Saltillo, Coah.- Si buscáramos un ejemplo que constatara cuán relevante es la música una película, sin duda a nuestra cabeza vendría Trainspotting, la peculiar creación de Danny Boyle que en 1996 el público ávido de una cinematografía diferente convirtiera en objeto de culto.

Sostenido sobre una sencilla y a la vez compleja premisa, la degradación que provoca el consumo de heroína, el filme se convierte en un ente que palpita con vida propia (muy aparte del libro en el que inspiró) gracias a su poderosa banda sonora, la cual, como un traje hecho a la medida, lo dotó de una energía extra, con la que se identificó la juventud de esa generación.

Por ello, cuando Boyle decidió realizar una secuela, sabía que el soundtrack que la acompañara debía estar a la altura de su antecesor, en simbiosis con la narrativa de la nueva cinta titulada T2 Trainspotting.

Los miles que se deleitaron con la placa que incluía a Iggy Pop, David Bowie, Blur, New Order, Pulp, Lou Reed, Primal Scream, Joy Division y Underworld, no quedarán decepcionados en esta ocasión, en que, 21 años después se concreta un compendio de similar calidad.

Fresca y trepidante, aunque también nostálgica y mucho más oscura, resultar ser la nueva colección de temas que visten las escenas del reencuentro de Renton, Spud, Sick Boy y Bergbie, el irremediable cuarteto de Edimburgo.

Si cabe duda cuando habla de nostalgia, basta decir que el soudtrack lo abre Lust for Life, el hit setentero de Iggy Pop, sólo que en un remix a cargo de The Prodigy; asimismo repite Underworld, esta vez con Slow Slippy.

A la lista se suman The Clash, Queen, Blondie, Wolf Alice, Young Fathers y Lincoln Barrett (más conocido como High Contrast), quien participa con el tema Shotgun Mouthwash.

Con ello, este nuevo álbum promete superar las expectativas, o al menos, ponerse al tú por tú con aquel de 1996.