Saltillo, Coahuila.- El temblor de 4.5 grados en la escala de Richter registrado al suroeste de Saltillo no causó daños materiales ni estructurales, sin embargo dejó una estela de temor en los habitantes de un pueblo cercano al epicentro del movimiento telúrico.

El ejido Buñuelos, ubicado a 50 kilómetros de la capital coahuilense, es donde se percibió el movimiento de la tierra. A las 7:55 horas las 80 familias que viven ahí sintieron cómo la tierra se cimbró.

Un estruendo recorrió el poblado, cimbrando ventanas y haciendo tronar la madera o la lámina con la que están construidas las casas. Los niños apenas estaban entrando al salón cuando las ventanas de la escuela comenzaron a temblar.

“Se sintió cómo vibraba la tierra, escuchamos que la madera crujió y que las láminas se movían. Fue cuestión de segundos y luego quedó la duda de qué pasaba, hasta que los maestros nos explicaron que era un temblor”, relató una madre de familia que percibió el movimiento.

Doña Gloria es la encargada de la tienda de Diconsa en el ejido Buñuelos y relató que escuchó un trueno y sintió que se movió la tierra al tiempo que varios cartones de leche cayeron al suelo.

“Sí nos asustó, corrimos a la calle a ver si nada más nosotros lo habíamos sentido, pero vimos que la gente empezó a salir de sus casas, ahí nos dimos cuenta que había temblado”.

Personal de Protección Civil Municipal acudió a verificar la situación, pero debido a que no hubo daños estructurales se retiraron sin dar explicación.

Ante esto, los habitantes externaron su temor de que se repita la situación y cause daños a las casas de adobe. El camino para llegar al pueblo no está pavimentado y los cuerpos de auxilio demorarían hasta 45 minutos en llegar. Por eso exigieron al Gobierno municipal que pavimente el camino para tener un mejor acceso.