Internacional
Por AFP
Publicado el domingo, 22 de octubre del 2017 a las 12:39
Riad.- El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, intenta de nuevo a partir de este domingo mediar entre Arabia Saudí y Catar, aunque hay pocas esperanzas de avanzar en la grave crisis que vive el Golfo.
Su visita a la región también debería servir para frenar la influencia de Irán, enemigo declarado del presidente estadounidense Donald Trump desde su llegada a la Casa Blanca.
Tillerson participará en Riad en la primera reunión de una comisión de coordinación entre Arabia Saudí e Irak, en la que también estará el primer ministro iraquí, Haider Al Abadi, junto a diez miembros de su gobierno.
Esta reunión es un nuevo signo de la mejora de las relaciones entre el reino sunita e Irak.
Arabia Saudí quiere limitar la influencia del Irán chiita, su principal rival en la región, y para ello quiere acercarse a Irak tras años de relaciones difíciles con los gobiernos mayoritariamente chiitas que hubo en Bagdad desde 2003.
La cercanía con Irán es uno de los principales reproches a Catar de sus vecinos Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Egipto.
El 5 de junio, dos semanas después de una visita de Donald Trump a Riad, estos cuatro países árabes rompieron relaciones diplomáticas con Catar, a quién también acusan de apoyar el “terrorismo”, y le impusieron un bloqueo económico.
Catar rechaza estas acusaciones y denuncia un intento de “tutelar” su política extranjera.
Desde entonces esta crisis de una gravedad sin precedentes para el Golfo está bloqueada, a pesar de un intento de mediación de Kuwait y del optimismo de Donald Trump, que hace un mes predecía una salida positiva.
Rex Tillerson ya visitó la región en julio pero sin resultado. Y tampoco ahora espera “una resolución rápida”, reconoció antes de iniciar su viaje.
Tillerson cree que deberían ser los líderes de los cuatro países árabes que se oponen a Catar los que digan “cuándo quieren empezar el diálogo” y lamentó “la falta de auténtica voluntad por parte de algunas de las partes” en conflicto.
El objetivo de su gira parece ser de mínimos y nada garantiza que logrará convencer a los rivales para que hablen de nuevo.
Tras una cena de trabajo el sábado junto a su homólogo saudí Adel Al Jubeir, el jefe de la diplomacia estadounidense tiene previstas varias reuniones el domingo en Riad, antes de viajar a Doha.
Según Simon Henderson, del grupo de reflexión Washington Institute for Near East Policy, el mensaje de Tillerson será “¡venga niños, sean adultos!, olviden sus demandas absurdas y lleguen a un acuerdo”.
En junio los países árabes hicieron una lista de demandas a Catar que incluían cerrar la cadena de información Al Jazeera y dejar de apoyar a varios grupos de la región.
Pero Catar “no ha hecho ninguna concesión aparte de mostrarse dispuesto a negociar”, recuerda Henderson. “Estados Unidos tiene que implicarse”, reclama.
El presidente Donald Trump predijo el sábado una era de transición hacia la paz en Siria gracias a la implicación diplomática de Estados Unidos y tras “el fin del califato del Estado Islámico” con la caída de Raqa.
Tras su gira por el Golfo, el secretario de Estado norteamericano viajará por primera vez a Pakistán e India, para abordar el conflicto con los talibanes.
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