Internacional
Por Excélsior
Publicado el martes, 14 de noviembre del 2017 a las 14:47
Ciudad de México.- Han pasado dos años de la masacre en Bataclan, la icónica sala de conciertos de París donde los asistentes oían emocionados a Eagles of Death Metal.
La banda de rock estadounidense no llevaba más de media hora tocando cuando un grupo de yihadistas irrumpió en el concierto y comenzó a disparar. Solamente en la sala de conciertos, 89 perdieron la vida y más de 400 resultaron heridas.
Para los sobrevivientes de este terrible atentado y para los familiares de las víctimas, el 13 de noviembre siempre será un día amargo que recuerde este terrible hecho. Sin embargo, algunos de ellos han decidido canalizar el dolor tatuando en su piel esta traumática experiencia y convirtiéndola en parte de su presente y futuro.
Desde que estuvo “sepultada” bajo una montaña de cuerpos, Laura Levêque tenía la “impresión de llevar sobre sus hombros el peso de 130 cadáveres”. Así que “¿por qué no inscribirlo en la piel?” Laura, de 32 años, se tatuó en el hombro derecho un cuervo, rodeado de otros tatuajes más pequeños en la forma de un eclipse y una serpiente mordiendo su propia cola que representan “el ciclo de la vida”, así como flores creciendo en un campo de batalla.
David Fritz Goeppinger, de 25 años, sentía culpa por no haber resultado herido. “No tenía una herida. Necesitaba algo”, le dijo a la agencia francesa AFP, así que decidió tatuarse en números romanos la fecha del atentado. David agregó a su tatuaje los números V/V que significacn el número de amigos que tenía antes y después del ataque.
Nahomy Beuchet, que resultó herida tras el ataque en la sala de conciertos, tatuó en su brazo derecho la fachada del Batacalan, la fecha del suceso y las palabras amor, muerte y metal.
Fanny perdió a su pareja Olivier durante el ataque y decidió tatuar en su espalda la leyenda “A veces necesitas… dejar ir las cosas”.
Ruben, quien pasó seis meses internado tras el atentado decidió tatutarse el emblema de París “Fluctuat nec mergitura”, que significa “Batida por las olas, pero no hundida”.
“Quería marcarlo pero sin que fuese un letrero que dijera ‘Estuve en el Bataclan”, explicó.
Stephanie Zarev, de 44 años, optó por un fénix en el lugar donde recibió una herida de metralleta. “Le recuerda que a pesar del horror de esa noche, todavía hay cosas bellas por vivir”.
“Era viernes 13, eramos 13 amigos en la sala, y todos salimos vivos”, cuenta Ludmila Profit. Esta chica de 24 años tenía ya un trébol tatuado detrás de la oreja. Después del ataque, le añadió el número 13 y la palabra ‘Fuck’, para decir “a la mierda a los terroristas” y mostrar su “orgullo de poder vivir por aquellos que ya no están aquí”.
Sophie recibió dos balas en la pierna y ahora no puede mover el pie. Se cubrió el muslo con una enorme Catrina, icónica de la celebración del Día de Muertos en México, y añadió un girasol en su pie.
“No quería sublimar mis heridas, quería iluminarlas”, explicó.
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