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Para el pediatra Emilio Vega Arellano, su vocación, es servir a los niños

Por Camelia Muñoz

Publicado el miércoles, 21 de octubre del 2009 a las 14:00


Durante 33 años como pediatra, Emilio Vega Arellano se ha planteado que lo más importante es la vocación de servicio

Saltillo, Coah.- Durante 33 años como pediatra, Emilio Vega Arellano se ha planteado que lo más importante es la vocación de servicio en el área médica que decidió estudiar como resultado de haber estado al pendiente del desarrollo y educación de sus ocho menores hermanos.

“Me tocó cuidarlos, atenderlos y a lo mejor ahí nació el amor hacia los niños y he sentido que mi vocación es servir y qué mejor que estar en una actividad que me agrada y principalmente servir a los niños, que son los más vulnerables”, dijo.

El doctor egresó de la Escuela de Medicina de Torreón y al año siguiente fue nombrado director. Define a su profesión como la más noble en donde se tiene la oportunidad de tener la mayor satisfacción de conservar la salud y la vida a un recién nacido que es un ser indefenso.

Sin embargo, las ganas de atender a este grupo de la población en ocasiones lo ha puesto en una situación incómoda cuando su capacidad de atención no es suficiente, ante la falta de recursos en instituciones médicas, y debió de idearse la forma de atender el momento.

“Quizá eso sea lo más desafortunado que me ha pasado, pero son situaciones que escapan de nuestras manos. A veces siento la impotencia porque a pesar de saber cómo cuidar a un niño, no lograr su salud o su vida por la falta de un recurso que no depende de uno; eso sí es una mala experiencia”, manifestó.

Vega Arrellano es reconocido por sus compañeros de trabajo como el maestro en el área médica ya que ha formado varias generaciones de residentes, a quienes les ha inculcado la necesidad de mantener vivo el espíritu del servicio.

Y es que fue fundador del Hospital del Niño, donde también se creó la especialidad de Pediatría y después de 23 años hizo lo mismo en el Hospital Universitario con la residencia en la rama médica.

“Tenemos gente muy comprometida y al terminar su residencia se van a la clase y no hay un solo día del año que no tengan clase y están saliendo médicos muy prominentes y que siguen especializándose en su área y pueden competir con cualquier residente de otra institución”, dijo.

Ahora es el director del área de urgencias neonatal en el Universitario y define la Pediatría como el medio cómo se puede identificar al bebé con el médico y asegura que no cualquiera puede desempeñarlo.

“Se requiere la ternura, la paciencia para poder tratar a un bebé”, asegura y dice a las nuevas generaciones que es necesario motivar la vocación porque lo más importante es la salud y la vida de un niño.

Aunque Vega Arellano ha cumplido más de 30 años en servicio y pudiera jubilarse, lo cierto es que esa disponibilidad para seguir practicando la pediatría lo mantiene activo y asegura que no tiene ganas aún de dejar de trabajar.

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