Espectáculos
Por El Universal
Publicado el viernes, 4 de marzo del 2011 a las 16:00
México, D.F.- Las diferencias ideológicas entre Francisco I. Madero y Emiliano Zapata surgidas hace 100 años determinaron el rumbo de la Revolución Mexicana y tuvieron eco político en el resto del siglo 20 en México, revela en su libro “Madero y Zapata, una difícil relación”, el historiador Salvador Rueda Smithers.
En su texto que presentó ayer en Chilpancingo, Guerrero, Rueda Smithers precisó que fue a partir de marzo de 1911 a noviembre de ese mismo año cuando se inició esta rivalidad que giró en torno a principios políticos y proyectos para el progreso de México que derivaron en la creación de varias leyes y reformas agrarias. El investigador reveló los dos momentos clave que provocaron dicha ruptura: el primero, cuando Madero impone como gobernador de Guerrero y jefe del movimiento revolucionario en Morelos al maderista Ambrosio Figueroa, situación que los zapatistas rechazaron pues eran territorios que ellos controlaban.
El segundo es la toma de posesión de Madero como presidente de México en noviembre de 1911, y exige la rendición y fidelidad de los grupos armados revolucionarios hacia su gobierno. Pero, Zapata, no estaba de acuerdo en dejar las armas ni el proceso de solución sobre los litigios de tierras, por lo que rompe toda relación y proclama el Plan de Ayala, el 28 de noviembre del mismo año.
“Este plan da pie a la esencia social de la Revolución, con un vocabulario político incluyente a favor de los pobres, las clases medias, los campesinos y los obreros, y con ello el movimiento armado trasciende más allá de la transformación política y establecimiento de elecciones”, subrayó el historiador del INAH.
Plataforma zapatista “En Guerrero se dio el primer desencuentro entre Zapata y Madero, al querer, este último, imponer como gobernador del estado y jefe del movimiento revolucionario en Morelos al maderista Ambrosio Figueroa”, expresó Rueda.
Además, agregó, Guerrero se proyectó como una de las plataformas zapatistas más importantes desde 1911 con la firma del Plan de Ayala y, posteriormente con la Toma de Chilpancingo, en 1914, que significó el triunfo de la Revolución en el sur del país.
El problema entre ambos personajes tuvo su origen en la cohesión de varios grupos de lucha a través del Plan de San Luis Potosí (5 de octubre de 1910) -el cual leían cada uno de ellos desde diferentes perspectivas-, “fue un llamado a desconocer las elecciones de 1910; a las autoridades emanadas de éstas, entre ellas al presidente Porfirio Díaz, y a iniciar la resolución de viejos problemas de índole agrario en el país, mencionó.
“Este último punto fue el que atrajo a los zapatistas, quienes se interesaban en la restitución y dotación de tierras que les fueron arrebatas a los campesinos durante el porfiriato y entregadas a los hacendados. Sin embargo, los proyectos de solución que tenían Madero y Zapata eran distintos”, explicó el historiador.
Refiere el historiador que los ideales políticos de Madero giraban en torno a un cambio de las autoridades de gobierno, federales y estatales, más no de las estructuras políticas. Además pugnaba por la construcción de un mejor país basándose en procesos democráticos como la no reelección y la libertad de expresión y discusión de ideas, mientras que en el ámbito agrario apostaba por litigios legales para determinar qué tierras se darían a los campesinos.
En tanto que para Emiliano Zapata la solución era dar el fallo a favor de la gente humilde sin considerar los procesos legales, pues las tierras eran una necesidad vital de los campesinos, para quienes no tenerlas significaba días de hambre y pobreza al no poder sembrar y cosechar productos de autoconsumo y venta, concluyó Rueda Smithers.
El también director del Museo Nacional de Historia “Castillo de Chapultepec”, abundó que esas diferencias de pensamiento entre estos dos personajes de la historia ocasionaron la ruptura definitiva entre ellos.
Salvador Rueda refirió que el Plan de Ayala fue el origen de la posterior creación de diversas leyes agrarias a favor de los campesinos, entre ellas, la Ley Agraria de 1915, emitida por Venustiano Carranza; la Ley de Ejidos de 1920, impulsada por Álvaro Obregón; hasta las reformas agrarias al Artículo 27 Constitucional, hechas en 1934 y 1947 por los presidentes Lázaro Cárdenas y Miguel Alemán, respectivamente.
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