Seguridad
Por AFP
Publicado el sábado, 3 de marzo del 2012 a las 04:34
Durango.- La jornada sangrienta del jueves en México se saldó en total con 28 muertos después de que el viernes se conocieran dos episodios más de violencia que dejaron ocho muertos, además de la detención de un expolicía líder de un grupo criminal que mató a cientos de personas.
Este viernes se supo que en Texcoco, un poblado del centro del país vecino a Ciudad de México, las autoridades encontraron los cuerpos de seis hombres de entre 25 y 40 años asesinados a balazos cerca de una zona residencial, reportó la secretaría de seguridad de esa demarcación, sin dar más detalles.
El cruento recuento fue completado con el hallazgo de los cadáveres de dos hermanas, de 25 y 35 años, en la cajuela de un automóvil abandonado en una zona residencial en el centro de la Ciudad de México, reportó la fiscalía local.
Además, en la capital se anunció la captura de un ex policía que dirigía el grupo criminal “La Mano con Ojos”, escindido del cartel de Los Beltrán Leyva, y que según las autoridades admitió su responsabilidad en cientos de asesinatos.
Marco Antonio Hernández, líder de “La mano con ojos” fue capturado el jueves cuando circulaba en una autopista de la Ciudad de México. Enfrenta acusaciones de la justicia mexicana por homicidio y narcotráfico al menudeo.
Hernández es el sucesor de Óscar Osvaldo García Montoya -capturado en agosto-, quien confesó haber participado personalmente en 300 ejecuciones y haber ordenado otras 600 a los miembros de su organización.
“La Mano con Ojos” es una organización delictiva escindida del cártel de drogas de Los Beltrán Leyva, uno de los más poderosos del país.
La violencia del jueves se manifestó particularmente en estados del norte del país como Durango y Tamaulipas, convertidos en el mayor escenario de la sangrienta disputa entre entre cárteles de drogas.
A estas disputas entre carteles atribuye el gobierno la mayoría de las 50.000 muertes ocurridas desde que en diciembre de 2006 se lanzó una ofensiva militarizada contra el narcotráfico.
En Durango (norte), aparecieron siete cadáveres decapitados en una camioneta en una calle del poblado de Santiago Papasquiaro, junto a mensajes del cartel de Los Zetas.
En ese estado, donde en el último año han aparecido 14 fosas clandestinas con 332 cadáveres, la violencia es provocada -según las autoridades- por choques de dos facciones del cartel de Sinaloa y por la irrupción reciente de Los Zetas, una organización creada a fines de los años noventa por militares que desertaron para trabajar con el narcotráfico.
La zona es considerada parte del “triángulo de oro”, una región que concentra actividades como el cultivo de marihuana y el transporte de alijos de cocaína hacia Estados Unidos, donde era dominante la presencia del cartel de Sinaloa, que encabeza Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, el narcotraficante más buscado por México y Estados Unidos.
Más al norte, la ciudad de Nuevo Laredo que constituye el principal paso fronterizo de mercancías hacia Estados Unidos, vivió una jornada de terror con enfrentamientos y balaceras entre militares y bandas del narcotráfico que se prolongaron por más de cuatro horas y dejaron 13 pistoleros muertos.
Esos cruentos episodios de violencia ocurrieron justo mientras en la capital mexicana altos funcionarios de los países de la Organización de Estados Americanos (OEA), expresaban su preocupación por la violencia y la capacidad corruptora del crimen organizado en el continente.
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