Nacional
Por El Universal
Publicado el miércoles, 12 de septiembre del 2012 a las 18:22
Nueva Jerusalén.- En la escuela primaria José María Morelos de La Injertada de nuevo fue imposible iniciar el ciclo escolar 2012-2013 con los niños de la Nueva Jerusalén, como anunció desde la semana pasada el gobierno estatal.
La comunidad de La Injertada en el tramo que la une con La Nueva Jerusalén fue custodiada por elementos de la Policía Federal y estatal a fin de cuidar la llegada de niños y padres de familia.
No obstante, la llegada casual del niño Santiago Ocampo de La Paz sirvió para que la Secretaría de Gobierno declarara, en un comunicado de prensa, como “inaugurado el inicio de clases” en las aulas provisionales colocadas en la escuela de La Injertada.
Los seis profesores de la escuela Vicente Guerrero de la Nueva Jerusalén se presentaron desde temprana hora en La Injertada esperando recibir a sus alumnos, pero esto no ocurrió.
La noche anterior, el secretario de Gobierno, Jesús Reyna García, sostuvo hasta altas horas de la madrugada una reunión a puerta cerrada con funcionarios de la Secretaría de Educación local y con su propio personal para dirimir sobre el acto protocolario formal, que presuntamente se llevaría a cabo este martes para dar por iniciadas las clases de los niños de La Nueva Jerusalén.
Según trascendió, no hubo acuerdo y se decidió que, ni el secretario de Gobierno, ni ningún otro funcionario estatal acudiría a La Injertada, debido a que “no había condiciones para iniciar el ciclo escolar y las negociaciones con los padres de familia no avanzan”.
Armando Munguía, director adscrito a la escuela primaria Vicente Guerrero, dijo a EL UNIVERSAL que el niño Santiago Ocampo de La Paz estaba inscrito el año pasado en el segundo año, pero que no acudía de manera regular a clases.
Este martes el menor de siete años llegó a la escuela José María Morelos, acompañado de sus primos que están inscritos desde hace ciclos anteriores en la escuela de La Injertada.
Fue a buscar a sus ex compañeros, con la esperanza de retomar sus clases, pero al ver los salones vacíos se acercó a su maestro Nicolás Martínez Morales para preguntarle si habría clases.
El profesor Martínez Morales se sentó con el niño en un mesabanco, hecho que se prestó a dar por hecho que iniciaban las clases. “Yo daré clases a uno o 30 niños que lleguen al aula”, dijo el maestro.
Hermenegildo Zeferino, vocero de los padres de familia de la Nueva Jerusalén, dijo que la comunidad mantiene su postura firme de no mandar a sus hijos a la escuela de La Injertada y aseguró que “no hay fracturas en el interior de este grupo, ni divisiones, como intenta manejar el gobierno”.
Señaló que los niños de la familia Ocampo viven en la localidad El Caballo Muerto, que está más cerca de La Injertada que de La Nueva Jerusalén, por lo que desde hace varios ciclos van a la escuela José María Morelos.
El dirigente de la CNTE, Jorge Cazares, nombrado por los padres de familia de La Nueva Jerusalén como su representante, dijo a EL UNIVERSAL que “es un chiste de mal gusto de parte de autoridades decir que está inaugurado el ciclo escolar con un solo niño”.
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