La Habana.- El gobierno de Cuba envió a Estados Unidos su primera delegación oficial tras la toma de posesión de Donald Trump, para explorar “las oportunidades de negocios e inversión extranjera en la isla”, informó el diario oficial Granma en su versión digital.

“Uno de los principales fines es promover las potencialidades existentes en el sector marítimo-portuario cubano, en particular, con el nuevo puerto de aguas profundas en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM)”, puntualizó el diario, vocero del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC).

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La ZEDM, situada al oeste de La Habana, es la principal apuesta del presidente Raúl Castro para atraer inversión foránea y utilizar su puerto como punto de reembarque hacia EU de las cargas que están moviendo desde Asia los transportadores que cruzan el renovado Canal de Panamá.

La visita fue acordada con la anterior administración de Barack Obama, la cual inició un deshielo con la isla a fines de 2014, restableció relaciones en julio de 2015 y desde entonces se suscribieron 20 acuerdos en diferentes esferas.

La delegación la integran Ana Teresa Igarza, Directora General de la ZEDM; José Sosa Barrios, Director Adjunto de la Terminal de Contenedores de Mariel S.A y otros altos funcionarios, incluidos representantes del ministerio de Transporte.

“Durante su estancia en la nación norteña, los empresarios de la isla antillana cumplirán un amplio programa de actividades que incluye visitas a seis puertos estadunidenses; así como la firma de memorandos de entendimiento entre la Administración Portuaria Nacional de Cuba y puertos de Florida y Alabama”, informó Granma.

Agregó que los funcionarios cubanos se reunirán también con directivos de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, que visitaron La Habana la semana pasada, y de la Asociación Americana de Autoridades Portuarias, así como con “congresistas, autoridades estaduales y empresarios norteamericanos de diversos sectores”.

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La iniciativa isleña contrasta con el silencio con que el gobierno cubano acogió la asunción presidencial de Trump, quien en línea con su discurso de investidura ha planteado revisar la normalización de relaciones entre La Habana y Washington pactada por el presidente Castro y ex mandatario Barack Obama en diciembre de 2014, para hacerla “más favorable a los intereses” de EU.

En reflejo de la posición gubernamental, todos los medios nacionales le han dado un bajo perfil a la toma de posesión del nuevo gobernante estadunidense, aunque Granma reiteró hoy que “el principal obstáculo al proceso de normalización de los nexos bilaterales es el bloqueo económico, comercial y financiero contra la isla” aun vigente.

La eliminación del bloqueo depende del Congreso de EU, cuyas dos cámaras son dominadas por el Partido Republicano, en mayoría opuesto a una decisión de ese tipo.