Arte
Publicado el martes, 23 de mayo del 2017 a las 19:33
Saltillo, Coah.- Ah, la infancia, qué extraña época. Siempre me ha parecido un poco curioso como todo el mundo siempre mira a su infancia con añoranza y nostalgia, cómo la recuerdan como una época mágica y divertida, completamente perfecta.
La mayoría de las personas siempre pasan de largo todo lo malo, lo triste, lo trágico que les pasó cuando eran niños. Tal vez no les pasó nunca nada malo, tal vez sólo no lo recuerdan. O tal vez no quieren recordarlo. La infancia es como la calma antes de la tormenta supongo, un tiempo donde sólo tienes que preocuparte por entregar una tarea, o aprenderte las tablas de multiplicar, o no romper nada en la casa. No tienes que preocuparte por pagar nada, por cuánto dinero tienes, por cuánto tiempo tienes que trabajar, por las presiones de la sociedad…
Creo que eso es lo que extraña la gente.
Boy. Relatos de infancia Si recuerdan, la ultima vez hablamos sobre el libro Volando Solo, donde se narra el tiempo que vivió Roald Dahl en su adultez, cuando fue a la guerra, viajo, exploro el mundo y decidió que quería escribir… Pero ese relato ya fue contado, entonces pensé que sería una buena idea hablar sobre el libro autobiográfico donde Roald Dahl narra, ¡lo adivinaron”, los relatos de su infancia. ¿Empezamos?
Bueno, para empezar si no conocen a Roald Dahl es muy probable que al menos reconozcan algunas de sus obras, como Charlie y la Fábrica de Chocolate, Matilda, Jim y el Durazno Gigante, Las brujas, El Fantástico Sr. Zorro… Todos estos libros que han sido adaptados a muchas películas. Entonces estoy apostando que ya habían visto su nombre en alguna parte, sólo que no lo recordaban.
Les voy a hablar un poco de lo que viene este libro, y por lo tanto, de la infancia de este autor. Con una persona tan creativa, imaginativa y divertida como Roald Dahl, que además tiene historias tan buenas, nunca imaginarias que tuvo una infancia difícil, pero así fue.
Tiempos difíciles
La vida del escritor no fue nada fácil cuando era chico. Su padre y su hermana pequeña murieron casi al mismo tiempo (de hecho, su papá murió a consecuencia de la muerte de su hermana). Su mamá era una inmigrante con muchos hijos y que quería conseguir lo mejor para ellos, cosa que llevó a que fueran enviados a un colegio inglés que, coincidiendo con la época, fue bastante estricto y severo.
Lo más suave que hacían en ese lugar era darles golpes con una varilla en las manos como castigo por alguna falta (sí, sé que suena barbárico, pero en la época era bastante normal. Por supuesto que no está bien, lo máximo que pueden hacer sus profesores es hablarles a sus papás, no darles golpes con una varilla de metal).
Pero no crean que todo era tristeza y depresión en su vida, Roald siempre fue un tipo optimista que buscaba divertirse, como cualquier chico de su edad.
El escritor cuenta historias como cuando una dulcería local les daba a algunos amigos suyos y a él muestras de dulces para que les diera su opinión, y cómo el dueño hacía listas con sugerencias de nuevos sabores y observaciones (una obvia inspiración para Charlie y la Fábrica de Chocolate).
Pero no diré más, creo que con eso tienen una buena idea de que va el libro, y que vale la pena conocer la vida de quien creó estas grandes historias. Buena suerte lectores.
Editorial: Alfaguara Infantil
Autor: Roald Dahl
Ilustraciones: Quentin Blake
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