Saltillo, Coah.- Hay en Saltillo edificios envueltos en misterios o contados a través de leyendas urbanas. Uno de esos sitios es el antiguo edificio de ladrillo enclavado en el llamado Campo Redondo. Decían los papás en otra época que se trataba de una correccional. Hoy sabemos que era todo lo contrario.

Para empezar, aunque todos lo llamaban y lo siguen llamando Internado Camporredondo, en realidad se llamaba Centro de Educación Fundamental Número 6 Vicente Suárez. Tampoco una correccional, sino una primaria para niños provenientes de los ejidos más pobres de Coahuila.

El nombre Campo Redondo no tiene nada que ver con la forma física del terreno donde se ubicaba el internado, más bien era el apellido del primer propietario de ese predio, don Francisco de Camporredondo, quien lo usó como rancho agrícola a finales de 1800.

No era un sitio lúgubre y misterioso donde azotaban niños o castigaban su mal comportamiento. Fue un lugar alegre, de educación básica y manual, donde muchos niños pobres lograron estudiar y ser profesionistas. Uno de ellos, el que da su testimonio en este Ruta Libre, no sólo fue alumno del internado, también fue maestro y hasta director.