Saltillo, Coah.- Bien dicen que cada familia guarda sus secretos, sobre todo las antiguas. A veces escondían el origen real de un tío o por qué la tía se quedó solterona. En esta semana que se celebra a los muertos, algunas verdades salieron a la luz.

Antes, a los hijos se les enseñaba a no preguntar ciertos pasajes incómodos de la familia. Hoy es distinto, pero seguramente si nos ponemos a indagar en los árboles genealógicos de los abuelos, encontraremos historias interesantes.

Lo mismo sucedió con las momias de San Antonio de las Alazanas. Dentro de sus tumbas su historia no le interesaba a nadie, pero una vez exhumados los cuerpos de la familia Nuncio, los secretos familiares comenzaron a emerger. Por ejemplo, que algunos de ellos vivieron la Independencia, otros participaron en la Reforma o quienes sufrieron la Revolución.

Sin embargo, uno de esos cuerpos se llevó a la tumba un par de secretos oscuros que el cronista de Arteaga no pudo dejar al descubierto y que la intervención de una médium terminó por revelar. De eso trata este texto de Ruta Libre. No es una simple historia de fantasmas, sino el relato de una familia que dejó al descubierto sus secretos.