Saltillo.- Para el pediatra Antonio Ruvalcaba Ponce la Medicina no es sólo una ciencia, sino todo un arte que practica diversas capacidades que permiten no sólo atender lo más importante en un ser humano como es la salud, sino además ser comprensivo con el dolor de los demás.

“El juramente hipocrático es muy claro en muchos aspectos muy importantes como es reconocer los alcances de la Medicina y el compromiso de aplicarla con honestidad, con humildad. Se hace mucho énfasis en esto de ejercer como médico con mucha humanidad y muchas veces el paciente no es sólo ciencia, es todo un arte y de tal forma que la salud de un paciente no sólo es física sino mental”, expresó

Expresó que al tratar al paciente de forma comprensiva se puede lograr la efectividad del tratamiento, de la misma manera que una medicina.

Con 28 años como médico, si le cuentan su servicio social, es uno de los pediatras más reconocido en Saltillo. Trabaja en el IMSS, la clínica del Magisterio y el Hospital del Niño, y por ello no tiene un registro de cuántos menores ha atendido, pero en su trayectoria ha visto al menos a la mayoría de las últimas dos generaciones.

“Al médico se le ha comparado con el secreto de confesión y no por la relación que ha tenido la medicina con la religión, sino también porque se le ha comparado su compromiso no divulgar, en absoluto, lo que tenga el paciente”, expresó.

Él lleva al pie de la letra el juramento de Hipócrates y dice que desde el momento que puede salvar una vida ya está agradecido, más que esperar un reconocimiento.

“Así debe ser: que el médico se sienta agradecido de haberle salvado la vida a alguien y esa debe ser la mejor satisfacción de que otros semejantes se hayan beneficiado de su ejercicio profesional. A eso debemos aspirar todos: una vida donde me haya ganado el respeto y que me recuerden con afecto”, dijo.

Recuerda que fue en la preparatoria donde definió su formación profesional al llevar varia materias relacionadas con la Medicina, y luego la elección de la especialidad no fue nada difícil.

“La Medicina se va conociendo poco a poco y es cómo vas viendo a tus maestros, porque eso también es el médico: alguien que enseña y ahí está la inspiración”, manifestó.

Eligió la pediatría porque considera que es el grupo de edad donde más se puede hacer para cuidar la salud.

Es sencillo al describir la elección de su especialidad: “un niño se observa sano cuando está sonriendo y cuando está enfermo y logra sanarse vemos el cambio y una sonrisa es lo mejor de un niño”, expresó.

Agrega que su recuperación es asombrosa, a diferencia del adulto que tiene un sistema desgastado. Estos son organismos que tiene espectacular respuesta.

“Quien se resiste a la sonrisa de los niños y cuando están enfermos es lo primero que pierden y luego se recuperan, tenemos la posibilidad de darle seguimiento hasta que legan a la edad adulta. Me parece que es un rama de la medicina mas integral que muchas”, dijo.

Asegura que en lo personal lo que le motivó estudiar Pediatría es que los niños tienen todo un futuro y es significativo lo que se hace en la salud de ellos.