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Por Redacción
Publicado el jueves, 29 de octubre del 2009 a las 02:15
Los celos pueden terminar con la vida del ser amado de la manera menos imaginada
(Recopilación Martha Santos de León) | Saltillo, Coah.- El escritor saltillense Froylán Mier Narro relata en su libro “Leyendas de Saltillo”, la historia del callejón de La Delgadina, misma que tiene su origen en un callejón que nace en la antigua calle de Santa Anna, hoy llamada Guerrero, y termina en el pequeño arroyo conocido como La Tórtola, a pocos metros al norte del puente de Gómez Farías.
Este vecindario –dice el texto de Mier Narro– junto con el del Águila de Oro, se distinguen de otros por las narraciones espeluznantes de las que fue teatro esta sección del sureste de Saltillo.
En 1786 en el callejón, conocido como La Delgadina, vivió un carnicero en una casa grande y sombría, que tenía más establos y pesebres que recámaras; por su estatura, al carnicero lo llamaban despectivamente “El Gigante Severo”, porque siempre usaba una camisa y un pantalón que cambiaba una vez al mes, y sus ropas estaban siembre cubiertas por enormes manchas de grasa de los animales, signos naturales de su negocio.
Crisóstomo Sánchez se llamaba. Aparentaba tener alrededor de 38 años de edad, y a despecho de su excesivo peso, no parecía ser muy viejo. Se casó con la hija de un portero que estaba viviendo en el mismo vecindario.
Ella, Isaura Delgado, era mucho menor que él, pero no menos robusta y fuerte. Por su tez bronceada y su largo cabello trenzado que le llegaba hasta los zapatos, obtuvo el despectivo nombre de “La Trenzona”.
La pareja era muy popular en el vecindario, pues aparentaban ser muy felices. Los domingos cuando salían a pasear, su poco común estatura y corpulencia, atraían poderosamente la atención.
Juan Cristóstomo no era celoso, pero un día sorprendió al “Freidor” (el empleado que le freía) platicando con su esposa Isaura. Él no tardó mucho para comprobarlo, pues por sorpresa una tarde encontró a su Isaura y al “Freidor” en actitud que no dejaba duda de que había una relación amorosa entre ellos.
Por varios meses “La Trenzona” no fue vista y los vecinos comentaban acerca de la causa de su repentina desaparición. Muchas personas estaban acostumbradas a pararse en el umbral de la vieja puerta de la casa de Isaura, y la veían debajo del puente de Tacubaya, lavando de rodillas con su cabello trenzado cayendo completamente sobre su espalda y amontonado sobre sus tobillos.
¿Dónde estaba “La Trenzona”? Nadie supo de su muerte.
Los vecinos se preguntaban por su paradero, pero ninguno podía encontrar una respuesta, hasta que una mañana corrió el rumor de que en un ángulo del arroyo “La Tórtola”, el cuerpo de Isaura Delgado apareció casi irreconocible, y se dedujo que era ella por el extraordinario tamaño y tupido del cabello en completo desorden.
¿Qué había pasado? La gente preguntaba y alguien reveló la historia entera del castigo, de una muy inhumana y cruel manera, que el carnicero había dado a la infortunada “Trenzona”.
Espeluznante venganza
Se decía que el marido rencoroso había dejado suspendida a su esposa en un gancho usado para colgar carne, en uno de los más escondidos cuartos de la casa.
Después de conservar su colgadura ahí por varios meses, dándole solamente migajas de pan y agua, hasta que comenzó a cambiar su lamentable figura por una marcada debilidad.
La colgó por el cabello dividido en cuatro partes, completamente desnuda. Cada sección de cabello amarrada de los cuatro picos del garabato suspendido a una pulgada del suelo, por lo que daba la ilusión de tocarlo con la punta de los pies.
Pasaron los días hasta que la pobre mujer llegó a ser esqueleto, y murió.
Cuando el cadáver fue encontrado, la gente decía que era un montón de huesos envueltos en una arrugada y amarillenta piel.
Cuenta el relato de Froyán Mier Narro que el carnicero desapareció de Saltillo y nadie ha sabido de su paradero. La gente empezó a llamar al callejón con el nombre de “La Delgadina”. No se sabe si este nombre fue originado por el apellido de Isaura Delgado, la infortunada protagonista de esta historia, o por el estado en el que la pobre mujer quedó en la cruel venganza del esposo.
Créalo o no…
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