Saltillo|Monclova|Piedras Negras|Acuña|Carbonífera|TorreónEdición Impresa
Inflación está por arriba del objetivo: Banxico INE alista 12 conteos rápidos para la noche de la elección Afecta mega apagón sectores de Torreón Por una regulación segura y ordenada de cableados aéreos: Jericó Abramo Extraditan a Estados Unidos a “El Gordo”, operador de ‘Los Chapitos’

Zócalo

|

Ruta

|

Información

< Ruta

Ruta

El Faro Rojo: El viaje a la desgracia

Por Ruta Libre

Publicado el lunes, 28 de agosto del 2017 a las 16:21


Lo que debía ser el hogar en el que la pequeña crecería rodeada de felicidad, en realidad fue el que cavó su lecho de muerte

Por: Rosendo Zavala

Saltillo, Coah.- Con la boca amarga y el cuerpo deshecho por el abuso que había sufrido, Mariquita pidió un vaso con agua a su victimario para después recostarse en la cama y ya no despertar jamás. Murió en las garras de los sujetos que con engaños la trajeron a Saltillo, pintándole un futuro feliz que simplemente no existía.

Tras darse cuenta de que su sobrina estaba muerta, María la tomó en brazos para correr de-sesperada entre los rincones de la casa, aunque ya no había nada que hacer, pues la tragedia estaba consumada y nadie podía evitarlo.

Un viaje especial

Aquella tarde de verano, María y su esposo Javier buscaban en el ropero de la recámara con toda prisa. Las circunstancias los habían puesto en camino a Guanajuato, donde los esperaba el bautizo de una niña “conocida” que acababa de nacer.

Sin tanto pensar en el futuro, la pareja de desadaptados sociales retacó las maletas empolvadas que también sacaron del olvido, guardándolas en el vehículo en el que emprendieron su aventura al centro del país, en un compromiso familiar que cambiaría sus vidas para siempre.

Tras su arribo a tierras mineras, los visitantes trataron de congeniar con Fabiola, la anfitriona que durante su estancia en la ciudad los mantuvo como huéspedes distinguidos de la casona donde comenzó a fraguarse la desgracia en el plano intelectual.

Durante todo el fin de semana festivo, Mary se dedicó a convencer a su hermana para que le permitiera fungir como tutora de Mariquita, la otra pequeña de Faby, que hasta entonces crecía feliz entre las flores del colorido patio del que la arrancarían casi sin motivo aparente.

Luego de convencer a la madre de la infante para que la cediera bajo la promesa de que en Saltillo tendría una educación de primera, los visitantes emprendieron el camino de regreso al norte junto con la pequeña desconocida, que lejos estaba de imaginar su suerte a manos de aquellos depravados.

Comienza la pesadilla

Apenas pisó el suelo de su nueva casa, Mariquita sintió que un escalofrío le recorría el cuerpo inexplicablemente, pero aun así atravesó el umbral del enrejado que se cerró para no dejarla salir nunca más, porque sería entre los rincones de tan lúgubre vivienda donde encontraría una lenta y dolorosa muerte.

Cargando sus 5 años terrenales a cuestas, la indeseada inquilina empezó su trajinar diario como alumna de un kínder local, donde pretendía instruirse en el mundo de las letras y la formación que le prometieron sus potenciales victimarios.

Pero el estrés que padecía por la violencia familiar que le infringían comenzaba a hacer estragos en su desempeño escolar, convirtiéndose en el blanco de la furia de María, que veía en ella el objeto de sus descargas emocionales que mitigaba con severas golpizas.

Al paso de los meses, la relación entre los moradores de aquella triste residencia del sur de la ciudad se desmoronó por completo, fue así como la menor inició su calvario rumbo al trágico de-senlace que ni ella suponía.

Bajo ese panorama, el jardín de niños se había convertido en el único refugio real de Mariquita, el que la proveía de la seguridad que no encontraba desde que abandonó su verdadera casa en Guanajuato, pero que no bastó para protegerla de la maldad que ya le había puesto fecha de caducidad a su corta existencia.

Terrible final

Desorientada al imaginar lo que le esperaba frente a sus tíos, la alumna de preescolar se encerró en su recámara para olvidarse de la realidad, durmiendo, cuando un portazo la sacó de sus pensamientos para dar paso al vendaval de agresiones que finiquitaron sus ganas de seguir viviendo.

Frente al umbral de la puerta estaba Javier, que con ansias reprimidas se abalanzó sobre ella, aprovechando que no había nadie, humillándola con una bestial golpiza para luego violarla hasta que sació sus bajezas carnales de la peor manera.

Tras ver que su víctima estaba inconsciente, el agresor imaginó que dormía y se retiró tranquilo para disimular el ataque. Mientras, María llegaba de la calle para subir hasta el cuarto donde despertó a la pequeña y la dejó moribunda a punta de golpes, fracturándole la cabeza con un rodillo para escarmentarla porque su esposo le dijo que la niña se había portado mal.

En un intento por sobrevivir, la humillada pidió un vaso con agua a sus agresores y se recostó en la cama para dormir el sueño eterno, mientras estos hacían lo propio creyendo que todo estaba bien.

Con el amanecer del nuevo día, la mujer entró nuevamente a la pieza para despertar a Mariquita, pero no lo logró, por lo que asustada intentó reanimarla sin éxito, siendo así como notificó lo ocurrido a Javier, que sorprendido llamó a la Policía.

Tras varias diligencias practicadas en torno al deceso, las autoridades determinaron que Mariquita había sido golpeada, violada y asesinada, aprehendiendo a los tíos de esta, quienes terminaron por aceptar el crimen que alegaron involuntario, aunque eso bastó para que les recetaran más de 30 años de prisión bajo el delito de homicidio más las calificativas que se acumularan.

Notas Relacionadas

Más sobre esta sección Más en Ruta