Internacional
Por Agencias
Publicado el miércoles, 3 de mayo del 2017 a las 00:15
Univisión | Tucsón, Arizona.- Decenas de mujeres deciden emprender la travesía al ‘norte’ cruzando el territorio mexicano para cumplir lo que ellas piensan que será el ‘sueño americano’ sin saber que son presa fácil de abuso sexual en el camino.
Una inmigrante salvadoreña víctima de violencia doméstica por 15 años decidió huir en busca de un mejor futuro sin siquiera imaginar lo que viviría en el camino.
“Sufrí muchas violaciones en la frontera de Guatemala y México”, recordó Clara, quien prefirió omitir su apellido.
Esos momentos marcaron su vida, ella fue víctima de un coyote que se le acercó para ofrecerle cruzarla a Estados Unidos por un poco montó de dinero a lo cual ella aceptó. “Nos fuimos como unas cinco señoras, tres muchachas y dos niñas entre unos 8 a 10 años”, relató.
El hombre las llevó a una cabaña alejada, las amarró de pies y manos. Allí fueron violadas una y otra vez.
“Él nos violaba en grupo a todas, no [nos] agarraba separadas, él llegaba y agarraba a una y agarraba a la otra en la misma cabañita donde estábamos”, dijo Clara. “Yo miraba lo que le hacía a otras señoras, ellas miraban lo que me hacía a mí, y así pasamos varias semanas allí”.
Esta es la realidad que viven decenas de mujeres inmigrantes, la mayoría centroamericanas, en la travesía a territorio estadounidense.
“Las personas involucradas en el tráfico humano se aprovechan de las personas que cruzan de manera ilegal e incluso muchas veces ellos son la causa del peligro… hemos tenido reportes de que las mujeres han sido violadas y lastimadas”, explicó Daniel Hernández, vocero de la Patrulla Fronteriza en Tucson, Arizona.
El problema es que muchas prefieren callar estos abusos por temor a ser rechazadas en la comunidad.
“Para una mujer al denunciar una persona que la haya violado se expone a mucha humillación por parte de las autoridades que ya se sabe que esos casos rara vez tiene algún resultado”, dijo Anna Oleary, profesora e investigadora de la Universidad de Arizona (UA).
Después de ser rescatada, Clara colaboró con las autoridades mexicanas.
“Y nunca tuve ninguna ayuda de ellos, al contrario cuando tuvieron toda la información y las herramientas para meter preso al coyote, me deportaron a El Salvador otra vez”, recordó la mujer.
La Patrulla Fronteriza insta a las personas a reportar cualquier abuso que hayan sufrido en el camino.
“Queremos que las personas digan lo que le sucedió sobre su viaje si fueron víctimas de violencia o si fueron víctimas de abuso”, advirtió Hernández.
Muchas mujeres saben de los riesgos de violación que pueden sufrir durante el recorrido y por eso se preparan con anticonceptivos que compran en la frontera.
“Ellas [el grupo con que cruzó Clara en su nuevo intento] venían con una inyección anticonceptiva y traían preservativos en sus bolsas”, comentó.
La salvadoreña se casó con el hombre que la rescató de las manos del coyote, cruzó la frontera y estableció su residencia en Estados Unidos.
Según esta investigadora de la Universidad de Arizona, estas mujeres inmigrantes son vulnerables a narcotraficantes y coyotes.
“Hemos ido a lugares como Altar [Sonora] donde venden abiertamente anticonceptivos porque las mujeres saben bien que al cruzar la frontera es alta la probabilidad de que vayan asaltarlas sexualmente”, apuntó Oleary.
Además de ser violadas por los coyotes, en ocasiones lo hacen los mismos miembros del grupo que vienen con ellas.
“En esos grupos vienen personas que han sido previamente deportadas por ofensas sexuales”, agregó el vocero de la Patrulla Fronteriza.
Hay organizaciones en todo el país que ofrecen ayuda para mujeres que han sido violadas o asaltadas sexualmente en la travesía. Los consulados también ofrecen servicios como asesoría legal y atención médica y psicológica para las víctimas de violencia.
“Muchas personas psicológicamente se van preparando por decirlo así no van con psicólogo, no van con nadie pero los mismos factores que las están rodeando las empujan a vete y tomate el riesgo, es como una ruleta rusa posiblemente no me va a pasar”, sostuvo Martha Muñoz, psicóloga.
Los consulados y organizaciones sin fines de lucro ofrecen ayuda, incluyendo asesoría legal, así como atención médica y psicológica, a las víctimas de violencia.
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