Nacional
Por Redacción
Publicado el lunes, 9 de enero del 2012 a las 02:00
Animal Político | México, DF.- “Mientras decenas de miles de mexicanos perdieron su vida en la actual guerra contra las drogas, millones más se han vuelto devotos a la muerte”, inicia reportaje sobre la Santa Muerte publicado este sábado por “The Huffington Post”.
La Santa Muerte es definida por el autor, Andrew Chesnut, como “un esquelético santo del folclor, cuyo culto ha proliferado en ambos lados de la frontera durante la última década. La Muerte se ha convertido rápidamente en uno de los más populares y poderosos santos en el panorama religioso en ambos países.
Aunque es condenado por ser satánico por las iglesias católica y protestante, es defendible por millones de migrantes mexicanos y latinoamericanos en EU, con base en su reputación de poderes sobrenaturales.
Santidad eficaz
Los devotos creen que la dama huesuda es una de santidades que más rápido y más eficazmente concede deseos y, por lo tanto vende estatuillas y veladoras casi como la Virgen de Guadalupe y San Judas, los dos gigantes de la religiosidad mexicana.
En México y EU los medios masivos la han atacado por ser la patrona de los narcotraficantes, lo cual es cierto, pues juega un papel importante como “protectora” de traficantes de cristal, metanfetaminas y mariguana hacia EU.
La DEA y autoridades federales mexicanas frecuentemente encuentra altares suyos en casas de narcos. La administración del presidente Felipe Calderón la ha declarado enemigo religioso número uno de México. En marzo de 2009, el Ejército derrumbó decenas de “recintos sagrados” a lo largo de las carreteras a las afueras de Tijuana, Nuevo Laredo y Matamoros.
Proveer protección a narcos es sólo una de sus facetas, la Santa Muerte es también una sanadora natural, doctora amorosa, generadora de recursos y abogada.
Esta santa es una pieza del folclor que personifica a un femenino ángel de la muerte, con la misma guadaña, el mismo atuendo, pero a diferencia de los santos canonizados por el Vaticano, los santos del folclor son espíritus de la muerte considerados santos por sus poderes milagrosos.
En México y América Latina, al folclor como los santos Niño Fidencio, Jesús Malverde, Maximón y San La Muerte (la contraparte argentina de la Santa Muerte mexicana) guían amplía devoción y reciben frecuentemente imploraciones mayores a las de los santos “oficiales”.
‘Nos entiende’
Estos populares santos están unidos por nacionalidad y frecuentemente por localidades y clases sociales. Un vendedor callejero de la Ciudad de México explicó el atractivo de la Santa Muerte: “Ella nos entiende porque es una cabrona como nosotros.”
En contraste, los mexicanos nunca se referirían así a la Virgen de Guadalupe, lo cual es tanto como decirle “perra”. En lo que difiere la santa huesuda de otros santos del folclor es que para la mayoría de sus devotos ella es la personificación de la muerte misma y no de un ser humano muerto.
Ninguna presentación de esta santa mexicana estaría completa sin considerar una de sus características más particulares, su identidad sexual. Mientras los santos del folclor que abundan en el continente, y otros esqueletos sobrenaturales, en Guatemala y Argentina, la Santa Muerte es el único icono de veneración femenino desde Canadá a la Patagonia.
El autor pone un contexto importante para entender este fenómeno religioso en un país con un nivel educativo promedio de ocho años, con una gran mayoría de sus devotos siendo taxistas, choferes, prostitutas, vendedores ambulantes, amas de casa y criminales provenientes de la vasta población trabajadora mexicana.
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