Saltillo, Coah.- En un lúgubre refrigerador de la Facultad de Medicina hay un cuerpo humano, que sirve a los alumnos para estudiar y practicar. Se lo proporcionó la Fiscalía General del Estado. Y ahí puede ir a parar ‘don Pancho’, el adulto mayor que la semana pasada murió en la Plaza de Armas.

El reportero Luis Durón intentó reconstruir la historia de este hombre del que sólo se sabe que le llamaban ‘don Pancho.’ “Su muerte fue pública, aunque siempre vivió en el olvido”, escribió sobre quien falleciera sentado frente a Palacio de Gobierno, sin que nadie le diera auxilio médico.

Poco encontró sobre su pasado. Lo poco que los dueños de negocios pudieron decir es que se la pasaba todos los días en la Plaza, solo, vagando, a veces ahí dormía. Compraba vino y siempre andaba sucio y maloliente. Desconocen si tenía familia o casa.

Hasta el cierre de este suplemento el cuerpo permanecía en una gaveta del Servicio Médico Forense, con una ficha identificada con un número y en el nombre la letra N. Nadie lo había reclamado. Ni la autoridad lo había identificado.

Sin hogar, sin familia, sin amigos, sin apellidos cómo identificarlo, sin casa y sin nadie que lo reclame, el cuerpo de ‘don Pancho’ es candidato perfecto para ser uno de los cuerpos que la Fiscalía General del Estado otorgue en préstamo a la Facultad de Medicina de la UAdeC para practicar durante un año, antes de enviarlo a la fosa común.

Finalmente, el hombre que vivió en el olvido y murió de forma pública, podría terminar siendo también útil, sirviendo a futuros médicos en sus prácticas y estudios del cuerpo humano. Nunca es tarde para ser útil, incluso en la muerte.