Saltillo, Coah.- Por fin, esta semana terminan las campañas electorales. Se acabarán los spots de radio, televisión, panorámicos, mantas por todos lados, dimes y diretes, guerras sucias y golpes bajos; debates con más ataques que propuestas y denuncias de corrupción salpicando a los principales candidatos.

Pero antes, los coahuilenses se llevaron una última semana de pleitos electoreros, donde tanto PRI como PAN, de pronto también Morena, soltaron sus principales bombas de ataque. El priismo oficial y el que siguió a Humberto Moreira se lanzaron contra Guillermo Anaya. Y el panista contraatacó.

Primero se ventilaron números de cuentas bancarias atribuidas a Guillermo Anaya. Para desmentirlo, el candidato citó a los medios de comunicación para ingresar esos números a un cajero de Banorte, en cuya pantalla apareció que tales cuentas no existen.

Después el PAN contraatacó denunciando una red de corrupción en torno al candidato priista Miguel Ángel Riquelme, en complicidad con funcionarios públicos para saquear más de 180 millones de pesos del erario de Torreón, usando empresas fantasma con prestanombres.

Y por otro lado, Armando Guadiana, candidato de Morena, citando a Riquelme y a Humberto Moreira en un negocio de los Estados Unidos y presentando denuncias electorales contra el diputado priista Luis Gurza Jaidar por promover el voto desde su curul en el Congreso.

Pero este jueves la guerra terminará. Por lo menos en las calles y medios de comunicación, porque las redes sociales, las llamadas a medianoche y los mensajitos por celular seguirán siendo campo de batalla al no estar regulados por la ley. Ahí arreciarán los ataques de aquí al 4 de junio, día de la elección, porque esto no se acaba, hasta que se acaba.