Nota relacionada:
En Monclova, cabalgan en honor a la Guadalupana

Monclova, Coah.- Llevando como estandarte su propia fe, miles de católicos guadalupanos realizaron la tradicional peregrinación ofrecida por la Paz de México, la cual tuvo una duración aproximada de cuatro horas y un recorrido de poco más de cuatro kilómetros.

Bajo un cielo soleado pero con un viento frío, avanzaron los miles de peregrinos, teniendo como meta llegar al Santuario de Guadalupe.

La peregrinación que año con año celebra la clase trabajadora y sus familias se desarrolló este domingo con dos características diferentes: Mucha más participación de fieles y por primera vez la inmensa imagen de la Virgen no fue erguida en la parroquia Santiago Apóstol por medida de seguridad.

Minutos después de las 14:00 horas, del lugar conocido como los Cuatro Picos a la entrada de la empresa de Altos Hornos de México, partió el extenso contingente que ocupó los carriles del Bulevar Harold R. Pape de sur a norte, para luego tomar la calle Hidalgo y llegar hasta la Venustiano Carranza.

Fue necesario que decenas de fieles cargaran en su hombro la gigantesca imagen de la Santísima Virgen, la cual acompaña a los peregrinos año con año.

Carros alegóricos con escenas de la aparición de la Virgen María formaron parte del extenso contingentes de fieles católicos que una vez más demostraron con fervor la fe que tienen en la Santísima Virgen.

Los trajes multicolores de los matachines dieron color a la peregrinación que en honor a la Morenita del Tepeyac fue celebrada y ofrecida para que reine la paz en todos los rincones del país.

Rezos, cantos y diferentes muestras de agradecimiento fueron ofrecidos por los guadalupanos, quienes tomaron la calle Venustiano Carranza para enfilarse rumbo al Santuario de Guadalupe donde eran esperados por decenas de personas que también acudieron a dar gracias a la Virgen por algún milagro que les concedió.

A su llegada los peregrinos fueron recibidos con el rocío de agua bendita. El rostro de cansancio que ya reflejaban muchos de duró cuatro horas ellos cambió al estar cerca del tan esperado lugar: La casa de la Virgen.

Algunos aceleraron el paso, los matachines no dejaban de danzar y fue así como cada uno de los contingentes ingresó a la Iglesia Santuario de Guadalupe a rendir tributo a la también llamada Morenita del Tepeyac.

La misa fue oficiada por el padre Eduardo Neri, quien acompañado en el altar por el Padre Gilberto Almaraz, hizo un llamado a los fieles de María de Guadalupe a seguir su ejemplo y unificarse todos como hermanos. Dijo que la lucha contra la violencia no se logra de manera aislada sino unida, y que así como lo pidió la Virgen María cuando se le apareció al Indio Juan Diego, todos deben unirse sin importar el color y la clase social.

“María derramó en tierra mexicana todo su amor hacia nosotros que somos sus hijos, por ello quienes quieren cumplir fielmente la palabra de Dios, deben recordar a la Madre de Jesucristo, ejemplo de esperanza, fe y amor”, recalcó.