Internacional
Por Agencias
Publicado el miércoles, 17 de enero del 2018 a las 17:38
Perris, California.- La pareja acusada de encadenar a sus 13 hijos y de mantenerlos en condiciones insalubres en una casa en Perris eran profundamente religiosos y creían que era por mandato de Dios el haber tenido tantos hijos, de acuerdo con los abuelos de los menores.
David y Louise Turpin fueron acusados de mantener a sus 13 hijos, que tienen edades de entre dos y 29 años, encerrados en una casa en condiciones oscuras e insalubres.
Los vecinos describen a los menores de tener una apariencia pálida y de mostrar señales de desnutrición. Las autoridades dijeron que muchos de ellos tenían la apariencia de ser menores a la edad que en verdad tienen, debido a la mala nutrición.
Los padres de David Turpin dijeron a ABC News que ellos están “completamente sorprendidos y en shock” sobre las acusaciones en contra de su hijo y de su nuera.
James y Betty Turpin, quienes viven en Virginia Occidental, dijeron que David y Louise creían haber tenido tantos hijo por “mandato de Dios”.
Recibían una “muy estricta educación en casa”, y tenían que memorizarse largos pasajes de la Biblia, según dijeron los abuelos. Algunos de los menores intentaban memorizarse la Biblia entera.
Mientras que David y Louise seguían los preceptos de la fe pentecostal, no contaban con una iglesia en el área donde vivían, y los padres de David no conocían a ninguna de las amistades de la pareja.
La última vez que los abuelos visitaron California, hace unos cuatro o cinco años, ellos creyeron que los niños estaban algo delgados, pero daban la apariencia de ser una “familia feliz”, según dijeron.
Según ellos, David Turpin era un ingeniero en sistemas computacionales que se graduó de Virginia Tech y había trabajado anteriormente para General Dynamics en Texas.
Los vecinos dicen que en raras ocasiones llegaron a ver a los niños afuera de la casa, y se sorprendieron al enterarse que los 13 vivieran juntos en la vivienda.
Algunos vecinos dijeron que en ocasiones llegaron a ver a los niños afuera de la casa trabajando en el jardín juntos, y luego todos entraban de nuevo a la casa al mismo tiempo.
“Se veían muy pálidos, como si nunca salieran a tomar el sol”, dijo una mujer que vive en el vecindario. “La mayoría eran niñas. De complexión demasiado pequeña. Casi se veían un poco desnutridas”.
La mujer dijo que la pareja eran un tanto reservada, y que ella nunca sintió curiosidad por saber algo más de ellos.
“Yo respetaba su privacidad”, dijo. “Pero ahora me rompe el corazón. Siento que quiero llorar”. (Con información de ABC7.com)
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