Allende, Coah.- Para los estudiantes de Ciencias Sociales, en la etapa de las batallas por la Independencia encabezada por el cura Miguel Hidalgo y Costilla cuya lucha social enarbolaba principalmente la abolición de la esclavitud a la que eran sometidos indios, mestizos y negros, no deja de sorprender que haya sido en Coahuila donde se consumó la traición y la aprehensión del Padre de la Patria y los Héroes de la Independencia.

En las Norias de Acatita de Baján, una zona desértica perteneciente a Castaños y cercano a Monclova, un Capitán de nombre Ignacio Elizondo, quien se dijo desertor del Ejército Realista para ingresar como espía en las filas de los Insurgentes, sometió al debilitado, sediento y hambriento contingente de Miguel Hidalgo, después de sufrir una derrota en Puente Grande, cerca de Guadalajara, el 17 de Enero de 1811.

Acatita de Baján quedó marcado para la historia en el cual el movimiento independentista vio frustrado su propósito de llegar a Estados Unidos por una familia acaudalada de apellidos Sánchez Navarro, dueña del dinero y las tierras de Monclova que ante el avance insurgente, lejos de brindarles protección, comida y apoyo para la causa social, cobró favores a quienes les debían préstamos, entre ellos al capitán Elizondo y el Teniente Tomás Flores, ordenándole detener a los rebeldes por temor a actos de pillaje y saqueo de sus patrimonios.

En un trabajo de investigación documental realizado por seis estudiantes de la preparatoria “Dr. Y Gral. Jaime Lozano Benavides” recabado de distintas fuentes históricas, aportan datos por demás interesantes en los cuales Coahuila y su zona centro desértica en Monclova contiene hechos, lugares y personajes poco revelados por la versión oficial que los ha minimizado.

Elvis Arturo Rodríguez Torres, Arianna Quiroz Martínez, Mariana Yoandra Medina Moyeda, Humberto de León Venegas, Zaira Estefanía López Barajas y Dariela Montelongo Herrera, trabajaron por espacio de un mes en la búsqueda de la información de este episodio histórico cuya parte medular de la aprehensión del Cura Hidalgo fue la traición y la emboscada dirigida por coahuilenses para contener así a los futuros Héroes de la Independencia.

Hidalgo, tras convocar a las armas el 16 de Septiembre a las 7 de la mañana de 1810 al pueblo nativo y explotado por los españoles, sumó un ejército de más de cien mil personas que en sus diferentes enfrentamientos venció a los Realistas del Ejército de la Corona Española en la Alhóndiga de Granaditas, en el del Monte de las Cruces, en Valladolid, en Aculco, pero en la batalla del Puente de Calderón, en Guadalajara, una explosión les causó grandes bajas en lo humano y lo material.

En esta última batalla perdieron miles de combatientes, dinero, armas y pólvora, por lo que decidieron, esperanzados, continuar al norte para reorganizarse y equiparse con armas que comprarían a Estados Unidos a cambio de oro y plata que llevaban consigo.

Ingresaron en Saltillo en donde planearon continuar con su caravana, al tiempo de recibir la invitación del supuesto aliado, el capitán Ignacio Elizondo que los esperaría en la loma de Acatita de Baján para suministrarles de agua y comida entre otros apoyos que requerían para dirigirse más allá de la frontera.

Hidalgo, dejó en Saltillo a más de dos mil insurgentes al frente del General Ignacio López Rayón, para hacerse acompañar nada más de 900 en la ruta que los llevaría al punto donde ya los esperaba el traidor Elizondo para emboscarlos, capturarlos y encarcelarlos en Monclova, el 21 de marzo de 1811.

En Monclova, debido a la gran cantidad de rebeldes capturados y atados, los encerraron en diferentes locales que improvisaron como cárceles, entre ellos un hospital en el cual permaneció Miguel Hidalgo, lugar que ahora opera como Museo sobre la historia de Coahuila y Texas.

Versiones encontradas apuntan que más de 300 cadetes de Hidalgo fueron asesinados en un panteón donde es ahora la escuela primaria del Club de Leones, una versión no confirmada señala que también fue fusilado Juan Aldama, en tanto los demás líderes insurrectos, entre ellos Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Mariano Abasolo y Mariano Jiménez, habrían sido llevados a Chihuahua, en donde fueron enjuiciados, juzgados, fusilados y decapitados.

En la emboscada contra Hidalgo también participó el comandante realista Manuel Ochoa, quien había sido derrotado en Saltillo por Mariano Jiménez en la Villa de Saltillo, se replegó y en complicidad con Elizondo prepararon la aprehensión de los independentistas en Acatita de Baján.

Cuando los caudillos fueron llevados presos, humillados, maltratados y arrastrados como perros a Monclova, apareció el nombre de otro coahuilense más: el General Nemesio Salcedo, quien se ostentaba como Comandante General de las Provincias, les levantó cargos por traición a la Corona Española y ordenó su encierro inmediato en Monclova, mientras planeaban su traslado a Chihuahua.

Al igual que toda la familia del Cura del Pueblo de Monclova, de la misma parentela de Sánchez Navarro, el traidor Ignacio Elizondo, Tomás Flores y Manuel Ochoa, tras la Declaración de la Independencia de México en 1821, fueron detestados y negados de todo honor, puesto o subsidio que exigían del gobierno por esa “hazaña” de apresar a los principales líderes de la Independencia.

Ignacio Elizondo, al final fue asesinado y ese hecho fue celebrado por los Insurgentes en todo el país, por ser el traidor que frustró el movimiento de Miguel Hidalgo que a la postre sería continuada por José María Morelos y Pavón, por Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria hasta su consumación total.

Cabe subrayar que después de la muerte de Hidalgo, durante la década siguiente, mientras se libraban batallas generadas por Morelos y Vicente Guerrero contra el gobierno colonialista, los hacendados, caciques y realistas continuaron con una despiadada persecución contra los simpatizantes del movimiento, quienes pretendían honrar la memoria del cura Miguel Hidalgo en la tierra de Acatita de Baján donde fue traicionado y aprehendido.

En el sur del país el homenaje al Padre de la Patria es por demás notorio con el nombre de una entidad, numerosas ciudades, escuelas y estatuas, pero desgraciadamente en Coahuila, quizás por vergüenza, Acatita de Baján permanece ajeno a cualquier homenaje al iniciador de la Independencia de México, vergüenza aun no superada y menos cuando sus ancestros son señalados como traidores y cobardes.

A saber

• El capitán Ignacio Elizondo, los tenientes Tomás Flores y Manuel Ochoa, los traidores

• Los caciques, acaudalados y hacendados de la familia Sánchez Navarro ordenaron la detención del Padre de la Patria

• El cura Miguel Hidalgo únicamente quería llegar a EU para comprar y equipar a sus cadetes con armamento después de la derrota en Puente Grande.

• Desconocían el camino desértico del centro de la provincia de Coahuila, por lo que hambrientos y sedientos fueron sorprendidos y capturados en Acatita de Baján.

• Se confiaron del capitán Ignacio Elizondo, quien se dijo desertor del ejército realista para apoyar al movimiento de la Independencia.

• Los esperarían con comida y agua a la altura del cerro de Acatita de Baján, pero los apresaron y los ataron como animales.

• Fueron llevados a Monclova, permanecieron encerrados, sin garantías, muchos ahí fusilados y los cabecillas a Chihuahua donde los ejecutaron junto con Miguel Hidalgo.

• Seis estudiantes de la preparatoria “Jaime Lozano Benavides” investigaron y se documentaron sobre lo ocurrido en Acatita de Baján, del cual las nuevas generaciones saben poco o casi nada.

• Hasta la fecha los monclovenses y coahuilenses se avergüenzan del episodio histórico que los etiqueta como traidores de la independencia.