Río de Janeiro.- Una profunda investigación realizada por el diario Folha de San Pablo da cuenta de lo que podría ser un escándalo de proporciones mayúsculas: los investigadores del mayor hecho de corrupción de la historia de Brasil creen que uno de los directores de Petrobras habría transformado una piscina de su mansión en una bóveda para esconder dinero.

Se trata de Paulo Roberto Costa, ex ejecutivo de la petrolera. La sospecha surge a partir de la declaración de uno de los imputados -Jayme Alves Oliveira Filho, Careca- que el 18 de noviembre pasado dijo haber “escuchado” esa versión mientras trabajaba para un agente de cambio.

Las imágenes satelitales y aéreas aportadas por la Policía de Río de Janeiro alimentan esa hipótesis. En una de ellas puede verse la vivienda ubicada en la exclusiva zona de Barra da Tijuca donde puede verse nítidamente el natatorio. La fecha indica que era septiembre de 2009. Sin embargo, pocos meses después, en las fotografías podía notarse que algo había cambiado en el jardín de la casa: donde estaba el agua ahora había césped. Folha sobrevoló la zona con un fotógrafo ayer jueves y comprobó que todo sigue en su lugar: la pileta no está y en su lugar sólo hay una alfombra verde de césped.

Careca trabajaba como lo que se conoce vulgarmente como “valijero” o “transportador”. Era el encargado de llevar y traer maletines repletos de dinero que -según su versión- habrían sido depositados en la bóveda que se habría construido en donde funcionaba la piscina.

En su declaración, Careca señaló que el dinero no se lo entregaba directamente a Costa, sino a su yerno Márcio Lewkowicz. “Era la persona a quien le entregaba el dinero”. “Puedo asegurar que escuché informaciones que, antes de su prisión, Paulo Roberto (Costa) poseía una piscina en su residencia en Barra de Tijuca, donde está preso actualmente. Escuché decir que fue cubierta antes de su prisión y que posiblemente él tenía guardado valores”, añadió.