Espectáculos
Por Notimex
Publicado el domingo, 3 de octubre del 2010 a las 02:39
México.- Para el afianzamiento de su movimiento armado, el general Francisco Villa se hizo de muchos de los inconformes del norte con las empresas mineras y del ferrocarril, informó hoy el historiador Juan Bautista José Soria Díaz.
Al dictar la conferencia “Importancia del ferrocarril. La División del Norte y Pancho Villa en la Revolución Mexicana”, en el Museo de los Ferrocarrileros, el especialista refirió que el revolucionario encabezó a campesinos, obreros y mineros.
Llegó a contar 30 mil soldados en sus filas, a lo que se suma que llegó a conocer, y se adaptó muy bien, la geografía, psicología y sociedad de un amplio territorio que comprende la mayor parte de los actuales estados de Chihuahua y Durango, destacó.
En su adolescencia, a los 14 o 15 años, tuvo que huir de la hacienda donde trabajaba con su familia e internarse en la sierra, refirió.
Vivió a partir de aquel entonces durante mucho tiempo en condiciones extremadamente duras, como robar, cazar, matar, engañar, disfrazarse, buscar refugio en la sierra y soportar un clima extremoso, expuso.
“Esto nos lleva a destacar un hecho muy importante, y necesario de subrayar. Villa, al momento que se inicia la guerra revolucionaria, tenía ya una clara conciencia de clase”, dijo el historiador.
Subrayó que en una ocasión Villa dijo que “también los hombres que se titulan pomposamente, honrados, matan y roban. En nombre de una ley que aplican en beneficio y protección de los pocos y en amenaza y sacrificio de los muchos; las altas autoridades del pueblo roban y matan con la impunidad más grande”.
Subrayó que “Pancho Villa fue quizá, el jefe revolucionario que utilizó el ferrocarril de mejor manera y en mayor medida, porque estaba también fascinado por la tecnología, pues adoraba las máquinas de coser, las motocicletas, los tractores y es el único mexicano que estuvo a punto de comprar un submarino”, apuntó Soria Díaz.
Al abundar sobre la gente que se sumó al mivimiento del “Centauro del Norte”, recordó que la industria ferrocarrilera presentaba una división de trabajo bastante desarrollada y compleja.
“Nos encontramos con puestos como ingenieros civiles, dibujantes, superintendentes, operarios, jefes de estación, conductores de pasajeros, conductores de carga, maquinistas, carpinteros, albañiles, bomberos, maestros mecánicos, engrasadores, fogonores y guardavías, entre otros”, señaló.
No obstante, puntualizó, el salario de los trabajadores mexicanos era más de cuatro veces inferior al de sus pares extranjeros. En 1910 se pagaba 6.49 pesos a los extranjeros y 1.58 a los mexicanos.
La inconformidad que creó esto y otros sucesos en la región, como la huelga en la mina de Cananea, dotó que soldados a la División del Norte, concluyó.
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