Internacional
Por Agencias
Publicado el martes, 22 de agosto del 2017 a las 08:00
Barcelona.- La fuga del terrorista que el jueves pasado asesinó a 15 personas y provocó heridas a más de 120 en el corazón de Barcelona finalizó ayer, exactamente cuatro días después de que la capital catalana entrara en la lista del terror en nombre del Estado Islámico (EI).
Younes Abauyaaqoub, un joven marroquí de 22 años, cuya radicalización no detectó nadie en su entorno, murió por la tarde a consecuencia de los disparos de una patrulla de los Mossos d’Esquadra en Subirats, a 45 kilómetros de donde cometió su matanza.
Como paradoja de su final, su posición fue delatada a la Policía por una ciudadana tan normal como las que mató en La Rambla.
Grito de ‘batalla’
El final de la huida de Younes comenzó a las 15:30 horas (tiempo local). A esa hora, una mujer llamó a la comisaría de los Mossos d’Esquadra en Sant Sadurní d’Anoia, tres horas después de que la Policía distribuyera fotografías del terrorista en busca de ayuda ciudadana.
La fórmula escogida por los Mossos tras cuatro días de búsqueda infructuosa surtió efecto casi de inmediato.
En su llamada, ella aseguraba haber visto al sospechoso. Es el mismo rostro que en las fotografías y viste de forma estrafalaria para esta época del año: manga larga y abrigado. No hay posibilidad de error, asegura.
Según explicó el jefe de los Mossos, Josep Lluís Trapero, su descripción coincidía, además, con la realizada en paralelo por los propios jefes de la comisaría a sus agentes, al observar a un sospechoso cerca de la estación de Cercanías. El cerco sobre el hombre más buscado se estrechó.
A las 16:11 horas, una unidad de Seguridad Ciudadana dedicada a tareas rurales encontró a Younes, solo y escondido entre unos viñedos, a medio camino entre Subirats y Sant Sadurní.
Tras pedirle que se identificara, el terrorista respondió abriéndose la camisa y mostrando un cinturón con explosivos, que resultaron ser falsos. También gritó “Alla uh Akbar” (Alá es grande) antes de ser abatido por varios disparos. Durante el registro del cadáver se le encontraron varios cuchillos.
La noticia de la muerte de un sospechoso se difundió con velocidad. Los Mossos d’Esquadra, sin embargo, no confirmaron su identidad hasta obtener positivos en los análisis facial y dactilar.
Antes de caer la noche Younes Abauyaaqoub fue dado por muerto de forma oficial. Falta por conocer dónde estuvo escondido, cómo logró alcanzar Subirats, qué pretendía hacer en esa zona o dónde obtuvo la ropa con la que fue localizado.
‘Les comió el cerebro’
Abdelbaki Es Satty, el imán que habría estado en el corazón de la célula que cometió los primeros atentados reivindicados por EI en España, falleció en la explosión ocurrida el miércoles pasado en una vivienda donde fabricaban explosivos.
Esta teoría, privilegiada por los investigadores desde el jueves, fue confirmada ayer por el jefe de la Policía autonómica de Cataluña, Josep Lluís Trapero.
En la pequeña ciudad de los Pirineos catalanes, donde vivía desde hacía dos años, se sospecha que el imán marroquí le “comió el cerebro” a jóvenes compatriotas suyos para que formaran el grupo que acabó con la vida de 15 personas, y dejó más de 120 heridos, principalmente a través de atropellamientos, en Barcelona y Cambrils.
El imán residía desde hacía dos años en Ripoll, donde alquilaba, por 190 dólares al mes, según su compañero de piso, un apartamento de dos habitaciones, decrépito, con vistas a la montaña y a los tejados de pizarra de la pequeña ciudad catalana, situada 90 kilómetros al norte de Barcelona.
“El martes por la mañana se fue, explicando que iba de vacaciones a Marruecos”, dijo Nordeen El Haji, vendedor de fruta, que llevaba cuatro meses en el apartamento.
Desde entonces, estaba desaparecido.
En pedazos
La Policía trataba de averiguar si había muerto en la explosión de una casa de Alcanar el miércoles por la noche, donde la célula de los ataques de Cambrils y Barcelona preparaban “uno o varios atentados” con bombas.
“Hablaba poco, pasaba tiempo con su ordenador en la habitación, tenía un viejo teléfono celular sin internet, pocos libros”, añade Nordeen El Haji.
En un mueble descansa la orden judicial de registro, fechada el viernes, pocas horas después de los atentados que dejaron 15 muertos y más de 120 heridos.
Radicalizarse
El imán estuvo en Bélgica en 2016, en la localidad de Machelen, en los suburbios de Bruselas, “entre enero y marzo de 2016”, dijo el alcalde de Vilvorde, Hans Bonte, que supervisa a la policía municipal de ambas localidades.
En M’rirt, una pequeña ciudad marroquí de 35 mil habitantes, la familia de los hermanos Younes y Houssein Abouyaaqoub culpan a “un imán de Ripoll” de ser el cerebro de los atentados.
“Hace dos años que Younes y Houssein empezaron a radicalizarse, bajo la influencia de este imán del norte de Marruecos, dijo su abuelo.
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