Ciudad de México.- El matador de toros Jesús Solórzano, falleció esta mañana a los 75 años.

Carismático y culto, Solórzano Pesado que nació en la Ciudad de México en 1942, y tomó la alternativa en 1966 en la Monumental de Barcelona, fue un torero que se significó por su manera clásica de interpretar las suertes.

Dejó como constancia pocas, pero históricas faenas como la que hizo de novillero a “Bellotero” de Santo Domingo o ya de matador a “Fedayín” de Torrecilla.

Además de ser un gran conversador, cuyas charlas siempre las acompañaba con gesticulaciones e inclusive muletazos de salón con los que las ilustraba, fue un hombre que tuvo una especial pasión por la fiesta brava.

“Estos dos son unos genios del toreo”, dijo de la tarde reciente de “Morante” y “El Juli” en la Plaza México.

“Ponce está hecho de porcelana”, agregó del matador valenciano tras las faenas del 4 de febrero.

“Eulalio “Zotoluco” es un torero al que México, le debe mucho por lo que aguantó, con un par de cojones, durante tantos años”, aseguró después de la despedida del maestro.

Y recientemente ponderó con “tiene mucho futuro, ojalá y lo sepan llevar adecuadamente”, la tarde de Sergio Flores en la Monumental de Insurgentes.

Y es que a Solórzano le gustaba, muy temprano, hablar por teléfono para comentar los sucesos sobre todo de la Plaza México, un escenario que siempre ponderó.

Fue también destacado jugador de polo en muchos campos del mundo, además de empresario taurino e inmobiliario.

Su muerte sobrevino de manera repentina luego de que ayer fue ingresado a un hospital de Santa Fe con un cuadro de infección intestinal que desafortunadamente tuvo el fatal desenlace esta mañana a las 5:00 horas.

Será velado en el Panteón Francés de Legaria y le sobreviven su viuda María Laura Palomares, sus hijos Bibiana y Jesús y sus hermanos Salvador, Antonio, Samuel y Verónica.

En 72 horas la fiesta brava ha registrado ya una terna luctuosa: el ganadero Jorge Barroso, el monosabio Gabriel Zepeda y ahora el matador Solórzano.