Ciudad de México.- El recorrido del Papa por el territorio nacional marca una clara ruta de migrantes, del centro del país, en la Ciudad de México y Estado de México, pasando por Chiapas, hasta Ciudad Juárez, donde concluirá su visita.

La Arquidiócesis Primada de México incluso ha expresado que, durante su visita al país, el Pontífice visitará sitios “violentos y miserables” y se encontrará con un país que se convierte en un “campo de sangre” para los migrantes, “abandonado por intereses mezquinos e inhumanos”.

Foto: Excélsior

En entrevistas con Excélsior, miembros de la Iglesia católica que atienden el éxodo que transita a Estados Unidos coincideron en que el papa Francisco, a quien consideran como el líder moral más importante del mundo, se encontrará con una situación de maltrato a los migrantes, con violaciones a sus derechos humanos, desapariciones, impunidad e, incluso, una “ruta forense”, donde lo que hallan en su viaje hacia la frontera norte es la muerte.

El padre Alejandro Solalinde, del Albergue Hermanos en el Camino, asumió que la tarea que desarrollan los ha convertido en personas “incómodas” para las cúpulas del Estado e incluso del Episcopado Mexicano, al grado de ser excluidos de la mayoría de reuniones donde abordan el tema.

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El obispo de Saltillo, Raúl Vera, expresó que el papa Francisco dejó que la diplomacia ya no matizara el Evangelio y su lenguaje profético se convierta en crítica “para los poderosos del dinero”, por ser factor clave en orillar el desplazamiento humano forzoso.

Confiaron en que el líder de los católicos traiga a la nación un llamado de atención a la sociedad, gobierno e Iglesia.

Fray Tomás González, de Casa del Migrante La 72, recordó que en el país existen oficialmente más de 27 mil desaparecidos, muchos de ellos migrantes. Además, resaltó que México ya rebasó las deportaciones de centroamericanos que realiza anualmente Estados Unidos.

Al igual que sus compañeros de trinchera coincidió que Ayotzinapa, Guerrero, será una parada pendiente en la agenda papal, aunque resaltó que los lugares que visite el Papa no son lo más importante, “sino las personas con las que se tiene que encontrar”.

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El padre Sergio Cobo, director de la Fundación Loyola, opinó que aunque los Jesuitas de México pidieron audiencia con el Papa en el marco de su primera visita, la prioridad es que reciba a los grupos vapuleados de México: las víctimas de la violencia, los migrantes, los indígenas, los familiares de desaparecidos, entre ellos de los 43 normalistas desaparecidos en Guerrero.

Las injusticias

Datos de la Secretaría de Gobernación (Segob) indican que, del 1 de septiembre de 2014 al 31 de julio de 2015, como resultado de la coordinación intersectorial e interinstitucional para proteger a migrantes, se dio atención a 457 personas extranjeras víctimas de delito en el territorio nacional.

Sin embargo, el padre Alejandro Solalinde insistió que el panorama nacional es de impunidad para los migrantes, pues basta con revisar los casos de Chiapas y Oaxaca.

“Las últimas denuncias que hemos puesto son 811, de esas 811 denuncias de Chiapas y Oaxaca, una sola se resolvió favorablemente, de las demás, nada; todo queda en la impunidad. Cumplimos con ayudarlos, los acompañamos, sí les dan su regularización migratoria, pero no se hace justicia”, dijo.

Expuso que la situación se ha agravado debido a que el Instituto Nacional de Migración (INM) tiene a un comisionado como policía, lo mismo “el segundo mando y las demás jerarquías”.

Consideró, además, que el Papa se encontrará con un cementerio de migrantes, una “ruta forense”, sobre todo en Tapachula, Chiapas, Tabasco y Veracruz.

“Por parte de nuestro colectivo, a través de Raúl Vera, el Papa ya recibió una carta informándole la situación real que viven los migrantes aquí, informándole del México corrupto, y que no hay un día que no abramos la prensa y veamos un crimen de algún funcionario público, presidente municipal, eso va a ver el Papa”, manifestó.

Un mar de deportados

Fray Tomás opinó que el Programa Frontera Sur vino a alimentar el mar de deportaciones. El boletín mensual de estadísticas migratorias 2015, emitido en diciembre pasado, indica que, de enero a noviembre del año pasado, hubo 178 mil 254 eventos de extranjeros presentados ante la autoridad migratoria mexicana.

Del total, 144 mil 965 resultaron en deportaciones (141 mil 344 eran centroamericanos). Chiapas, uno de los estados que visitará el Papa, deportó a 57 mil 517 personas.

“El Programa justifica, de manera legal, atropellos; ha dejado secuelas bastante lamentables. Hoy somos, más que Estados Unidos, quienes más deportan gente a Centroamérica”, enfatizó.

Señaló también que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) está atrasada en sus recomendaciones. “Nosotros, aquí en la región, hemos documentado muertes de migrantes donde las autoridades están involucradas”, agregó.

“Cuando vi la agenda del Papa me decepcioné bastante pues es una agenda que abarca todo el territorio, pero los temas no están claros, por supuesto que depende mucho de lo que diga el Papa, pero es claro que el Episcopado Mexicano, de corte tradicional, no quieren hacer enojar al Estado. No tenemos un Episcopado que exija enérgicamente el respeto a los derechos humanos de cualquier grupo vulnerable.

“Yo espero que el Papa, como lo ha hecho en otras visitas en el mundo, vaya adelante, por encima de los episcopados. Ojalá no sólo tenga palabras de aliento y consuelo, sino palabras que muevan a la sociedad mexicana”, enfatizó.

Doble moral

El jesuita Sergio Cobo lamentó que en México se tenga una doble moral contra los migrantes centroamericanos, siendo que en el país se critica el trato que los estadunidenses dan a los connacionales indocumentados.

“Ése es el mensaje que quiere dar el Papa, quiere hacer una llamada de atención, no son visitas nada más de lástima. Quiere decirles a los migrantes: ustedes son personas, son dignas, sigan luchando por sus derechos; a la Iglesia: acompáñenlos, ustedes tienen un deber pastoral de acompañarlos, y, humildemente, creo que la Iglesia es la institución que está acompañando más a toda la travesía de migrantes a través de la República”, señaló.

Opinó que el mensaje del Papa para las autoridades es que dejen la corrupción y los maltratos a los migrantes.

Un profeta

Raúl Vera, obispo de Saltillo, describió al Papa como “un verdadero profeta”.

“Él ha abandonado el lenguaje diplomático, y no es que los demás lo hayan hecho, pero la Iglesia ha pasado un periodo donde el Evangelio ha estado matizado con expresiones que no molesten a los poderosos del dinero”, afirmó.

Confió, asimismo, en que Francisco buscará recursos para saber lo que realmente está pasando en el país.

Sobre los migrantes, considera que el narcotráfico, la Policía Federal y municipal y el INM “son unos buitres que sirven para chupar la mayor sangre que puedan a los migrantes; la migración para ellos es negocio, y los migrantes, en esas condiciones, son víctimas hasta la muerte”.

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