Ciudad de México.- En pleno movimiento transgénero en Estados Unidos, la primera hija biológica de Angelina Jolie y Brad Pitt, Shiloh, parece que se suma a la larga lista de personas en pos de su verdadera identidad. La pequeña, de 11 años y nacida en un hospital de Namibia el 27 de mayo de 2006, ha comenzado un tratamiento hormonal para frenar su desarrollo como mujer porque siempre se ha sentido un niño.

La idea, con el visto bueno de sus padres, es que su género coincida con su cuerpo, de acuerdo a la agencia francesa AFP, por lo que no se descarta en el futuro que la joven se someta a un cambio de sexo. Es una noticia que encaja con su trayectoria, convencida de su verdadera identidad desde que tenía uso de razón, de querer ser un niño, vestida siempre con ropa masculina y con cortes de pelo en la misma línea.

Sus padres, de corte liberal, detectaron su actitud desde temprano y nunca trataron de frenarla. Al contrario, siempre han mostrado el apoyo a su hija, nacida alejada de las cámaras de los paparazzi en Namibia, después de que Jolie y Pitt reservaran toda una planta del centro médico por cuestiones de privacidad. Pitt contó en una entrevista con Oprah Winfrey que a su hija no le gusta que la llamen Shiloh sino John o Peter, un fenómeno cada vez más común en los colegios de Estados Unidos y que no siempre es bien recibido por sus compañeros de clase.

Jolie, por su parte, madre de tres niños adoptivos -uno de ellos, Maddox, ya estaba con ella antes de comenzar su relación con Pitt- tampoco ha tenido problema en hablar del asunto en los medios. “Le gusta vestir como un niño. Quiere ser como un niño. Tuvimos que cortarle el pelo”, explicó en una entrevista con ‘Vanity Fair’, con la premisa de no decirle lo que tiene que hacer ni cómo debe sentirse. “Que ella misma encuentre su lugar”.

También ha recibido el apoyo de sus hermanos. Aparentemente le gusta jugar con los varones, Maddox de 14 años y Pax, de 11, protegiendo a su hermano de los comentarios del mundo exterior. El problema para Shiloh es que tendrá que vivir ese proceso de cambio tras el divorcio de sus padres, una dificultad añadida.