Monclova, Coah.- Dos desleales empleados de una empacadora denominada “La Violeta”, ubicada en Estancias, desde hace tiempo robaban mercancía, la cual vendían en el ‘mercado negro’, pero este hurto fue descubierto por la Policía Preventiva.

Los ladrones se identificaron como Gilberto Polendo 28 años de edad, mismo que vive en la colonia El Pueblo, además del vigilante del sitio, Ramón Ortega de 64 años, vecino de la calle Hidalgo, en Estancias.

APAGABAN LUCES PARA ROBAR CARNE

Los trabajadores fueron acusados de robo agravado por haberse cometido en local destinado a la industria, comercio, almacén o bodega en horas de la noche, siendo puestos en manos del Ministerio Público junto con doce cajas de cartón cerradas, con diferente peso y paquetes de carne.

Fue antes de las 04:30 horas de ayer, cuando los oficiales municipales al realizar sus labores de vigilancia se toparon con una persona trepando unas cajas a la cajuela de un automóvil Dodge Intrepid en color negro, por lo que no dudaron en parar su marcha.

Cuando le cuestionaron a Gilberto Polendo qué se encontraba haciendo; dijo que “sólo recogía la mercancía”, y cuando se le cuestionó por algún ticket de compra, dijo no tenerlo pero por la mañana regresaba a pagar la carne.

Mientras esto sucedía, el chofer de una camioneta en color rojo que estaba adelante del auto, no dudó en marcharse del sitio y otra persona, en este caso Ramón el vigilante, ingresó a la empacadora para cerrar la puerta.

Los elementos no dudaron en proceder con el aseguramiento de Polendo Sánchez, además de empezar a tocar la puerta con el fin de que saliera el vigilante, este proceso no fue nada fácil, ya que el señor Ramón no se quería entregar.

Pero al final de cuentas decidió salir y dar la cara, empezando a ser cuestionado por los representantes del orden, en esos momentos se negaba a decir algo y sólo se limitaba a mover la cabeza de un lado a otro.

Al verse descubierto el velador, no dudó en confesar que Gilberto era trabajador, que tenía las llaves del negocio y cada que iba por carne para venderla en el mercado negro, Ramón se ganaba 3,000 pesos.

También que cada semana hacían lo propio y para esto apagaban las luces con el fin de no ser captados por las cámaras de seguridad, hecho por el cual los dos tipos fueron asegurados para quedar en manos del Ministerio Público.