Arte
Por Christian García
Publicado el lunes, 10 de julio del 2017 a las 09:05
Saltillo, Coahuila.- En su primera visita a Saltillo, el cuarteto español de guitarras conocido como Los Romero fue el encargado de dar el concierto inaugural del Festival Internacional de Guitarra 2017. Acompañado de la Orquesta Filarmónica de Coahuila, ofreció una íntima presentación la noche del sábado en el Teatro de la Ciudad Fernando Soler.
Martín Madrigal, director del Festival, dio a conocer lo que se proyecta para el programa de este año.
“Tenemos 22 años de festejar al instrumento de las cuerdas y en cada edición hemos buscado traer a grandes artistas de nivel internacional, tales como Leo Brower, Costas Cotsiolis, Pavel Steidl, y en esta ocasión a Los Romero. Este deseo de acercar a las grandes figuras de la guitarra mundial al público saltillense es lo que nos mueve año con año a realizar este festival y ahora no fue la excepción”, comentó Madrigal.
El proceso para tener artistas de este nivel siempre es laborioso, pero en el caso de Los Romero, Madrigal asegura que fue lo menos, pues lo une con ellos una gran amistad que cosechó gracias al tiempo y a la misma guitarra como mediadora.
“Estudié casi tres años con Ángel Romero, con quien llevé una amistad con don Celedonio, Pepe y Celine, debido al tiempo que estudié con Ángel, y de ahí nació la amistad y el deseo de que vinieran al festival esta gran familia de guitarristas que son Los Romero, a quienes también se les conoce como La Familia Real de la Guitarra”, agregó.
Madrigal opina que el público es el que mantiene vivo el Festival y que lo ha hecho así más de dos décadas, pero también sigue asombrándose por la aceptación que el Festival tiene más allá de las fronteras saltillenses.
“Una cosa que me asombró mucho es que vienen de San Luis Potosí, Monterrey, Torreón, e incluso de Texas. Creo que esto da cuenta de lo consolidado que se volvió el Festival y de que se convirtió en una tradición muy importante. Espero que Saltillo vuelva a convertirse en La Atenas de México en el ámbito guitarrístico, ya que no sólo hemos traído guitarra clásica, sino todas sus variantes”, comentó el también guitarrista.
El director del festival mencionó que uno de los objetivos de que guitarristas de esta talla lleguen a la ciudad, es enseñar a los estudiantes a través de la experiencias de aquellos que han logrado un lugar en la música.
“Siempre ha sido una evolución hacia adelante, hablando en cuanto a asistencia del público y de los artistas que nos visitan. Lo importante del programa es que hay una variedad tremenda en donde cada quien aporta algo distinto.Digamos que vienen personas que nos enseñan a los alumnos que toman el taller o platican con ellos. Nos enriquece culturalmente porque aprendemos a tocar correctamente un tango o una seguidilla española, cualquier cosa”, declaró Madrigal, quien también opina que la comunidad saltillense se sigue emocionando año con año por el Festival, lo cual lo sigue impulsando en cada nueva edición.
Legendarios
Con un lleno total de las butacas, el Teatro de la Ciudad Fernando Soler sirvió como sede para el concierto de inicio para el Festival Internacional de la Guitarra. Los artistas que hicieron la apertura fueron Los Romero, legendarios guitarristas que, provenientes de España, cuentan con más de seis décadas de experiencias.
Con una sonrisa en el rostro, el primero de Los Romero en hacer su aparición fue Pepe Romero, quien cargando su guitarra se presentó ante la audiencia acompañado de las cuerdas de violines, de contrabajo, dirigidos por Natanael Espinoza. El tema a interpretar fue el Concierto de Aranjuez, del compositor Joaquín Rodrigo.
Pepe Romero comenzó con la pieza que tenía un tono español, en la cual la alegría se mezclaba con lo trágico y melancólico; el clarinete fue el instrumento que acompañó más que otros a la guitarra del español que destilaba notas para exaltar de valentía al corazón.
Al finalizar, Pepe Romero y su hermano Ángel subieron al escenario para ofrecer una pieza que llenó al teatro de una atmósfera de una cierta nostalgia por la Madre Patria, pues sus notas evocaban siempre a las llanuras españolas llenas del fragante aroma del césped.
Para la segunda parte del concierto y para finalizar, el cuarteto ocupó sus asientes y dieron vida a una pieza de inicio dramático, gracias a los metales de la OFDC y que debido a las cuerdas de las guitarras se sumió en una honda cadencia que sumergía las notas a una melancólica pieza final.
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