Segunda de dos partes | Monterrey, NL.- Para el doctor Miguel de la Parra Márquez el trabajo en equipo es una forma de aprender y lograr que las cosas salgan bien. El médico rockero, ex baterista en sus años de estudiante de la Facultad de Medicina, de la Universidad Autónoma de Coahuila, sabe que en un quirófano pueden ocurrir los milagros, más cuando las cosas se hacen con pasión.

La frase “nada se puede hacer”, para Miguel de la Parra, no existe. Tiene 34 años cumplidos y en su currícula aparece este primer reimplante de cara que se practica de manera exitosa en el país. Disfruta de lecturas especializadas en
microcirugía.

A nivel mundial se estima que al menos 15 operaciones de este tipo se han realizado con excelentes resultados, una de estas hazañas de la microcirugía es la que logró el médico De la Parra, en mancuerna con su colega michoacano, Sergio Iván Mondragón, con quien comparte que la idea de pasar las horas en el quirófano es lo mejor para un recién egresado de Medicina.

De la Parra, quien estudió esta carrera en una escuela pública de Torreón, Coahuila, dice que la intervención quirúrgica de Raúl Carrizales Jaramillo, menor que fue mordido por un perro, implicaba riesgos especiales por tratarse de tejidos de la cara, de venas con diámetros milimétricas que sólo con un microscopio especial pueden ver.

El 26 de junio, Raulito llegó a la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) número 21 del IMSS, sin una parte de la mejilla y los labios destrozados por la certera mordedura de un Pit bull, que lo atacó cerca de su casa en el municipio de García, Nuevo León.

En una ambulancia lo trasladaron hasta la sala de emergencia de la UMAE, localizada en la Zona Centro de Monterrey, en donde los paramédicos llegaron con el despojo envuelto en plástico y dentro de un vaso con agua y hielo, acción oportuna de un vecino, que permitió llevar la cirugía con éxito.

Luego de más de seis horas en quirófano para unir el trozo de piel arrancado de tajo de la cara del niño de 7 años, el doctor De la Parra reconoce el trabajo de los seis compañeros que participaron en esta exitosa operación. Uno de ellos, el doctor Sergio Iván Mondragón, residente de cirugía plástica y con quien comparte amistad y sueños de mejorar técnicas en la microcirugía.

Zócalo presenta en exclusiva esta segunda y última entrega de la entrevista con quienes hicieron posible que las manos milagrosas del lagunero Manuel de la Parra, le regresaran la sonrisa al pequeño Raúl.

MAESTRA DE TODOS

Como la mamá de los pollitos, la doctora Bertha Navarro Wallmark es quien guía a la nueva generación de talentos de la Unidad Médica de Alta Especialidad, en donde los médicos dan todo de sí con tal de devolver la sonrisa a sus pacientes.

La jefa de Cirugía Plástica de la Clínica del IMSS comparte con Zócalo cómo todo su equipo está formado con una gran vocación, y cómo es que todos están altamente capacitados para realizar cirugías como la de Raúl.

– Ocurre esta hazaña en una clínica del IMSS, con jóvenes que están a su cargo doctora. ¿Qué opina de esto?

“La institución es muy benévola, crea gente interesante, gente con mucha vocación, se está formando una escuela de que ya no es el doctor Miguel de la Parra que está capacitado para el asunto,  porque ya no es el doctor Miguel de la Parra el único que acude a las llamadas fuera de sus horas, y tampoco lo hacen por un sueldo.

“Vienen y vienen sin que se les pague porque no están en ese turno, no les interesa mucho el tiempo que están aquí, no lo ven como trabajo, es una satisfacción muy personal del médico, que de verdad tiene vocación por hacer esto. No es una cirugía estética que se hace afuera y que se cobra, es una cirugía reconstructiva que es mucho más agradecida para cualquiera de nosotros, más satisfactoria, puesto que se regresa la armonía que debería tener el organismo.

“El IMSS es muy benévolo para esto, yo no digo que no tengamos que picar piedra, muchas veces para conseguir lo que se necesita, muchas veces afortunadamente lo tenemos y cuando no lo tenemos hacemos todo lo posible por conseguirlo, para que se vea en beneficio de nuestros pacientes”. 

-¿Pero también para hacer bien el trabajo y cumplir el objetivo de cada uno de ustedes son necesarias las condiciones óptimas de trabajo?

“Por supuesto, se trabaja mucho más a gusto, se trabaja mejor en cuanto a frustraciones de que necesito algo y no lo tengo, para el beneficio del paciente. Ahí, es nuestra función de la gestión de recursos de estar picando piedra. Obviamente, este es un hospital de alta especialidad y la concentración que tenemos es de muchos casos, no parecidos a éste, pero recordemos que las reconstrucciones de miembros, de accidentes, de muchísimas cosas, ahorita con todas las condiciones que se están dando en México, muchas lesiones por armas de fuego, en las que tenemos muchas limitantes, sin embargo se hace lo posible, siempre pensando en el paciente, y que sea lo mejor”.
 
– Lo preguntaba porque ya me ha tocado escuchar que tienen este tipo de limitantes que se viven a diario.

“Me quedó muy grabado en una conversación que los jefes no están para ordenar, están para servir y realmente nosotros tenemos que ver porque nuestros médicos trabajen en las mejores condiciones posibles porque esa es nuestra función, tratar de propiciar las condiciones para que esto se pueda lograr y obviamente la institución nos da mucha enseñanza, la satisfacción y aparte nos da un sueldo, pero realmente la satisfacción más importante es la que nos dan nuestros pacientes”.
 
– ¿Qué es lo que sigue después de esta historia, de este éxito?

“Como nosotros somos hospital, escuela y prácticamente estamos creando esto, los avances que se están logrando con los pacientes son retos que se ponen a corto plazo y a cortos alcances.

“Ahorita el doctor de la Parra está rompiendo paradigmas en muchos casos en los que le digo que le tengo que cuidar las manos y amarrárselas a veces porque de repente es muy temerario o trata de hacer algo temerario y para eso estamos el grupo de médicos para ir comentando, clasificando al grupo de pacientes e ir comentando los logros que se tienen.

“Con tres gentes preparadas en microcirugía, una gente preparada en reconstrucción craneofacial, prácticamente todos los médicos preparados para hacer reconstrucción mamaria, para hacer reconstrucción de miembros pélvicos, entonces esos logros son los que a nosotros nos benefician mucho, primero en cuanto a la motivación que tenemos qué hacer y luego la satisfacción personal, la autorrealización”.
 
– ¿Cuál es el equipo, cuántos cirujanos integran el equipo?

“Cirujanos somos 18, porque el asunto es que son siete días, tres turnos y estamos saturados de trabajo, por eso es donde más experiencia se tiene en cuanto a todo lo reconstructivo, son 18 médicos externos de base, son 4 médicos eventuales y 9 residentes de la especialidad.

TIMONEA EL BARCO

En todo gran barco se necesita un buen timón, y en la UMAE el doctor Juan Carlos Taméz es quien dirige al equipo de especialistas que lograron la hazaña de realizar con éxito el primer reimplante de cara en el país.

– ¿Qué representa este tipo de historias que a veces hacen tanta falta en la sociedad y que nacen desde el Seguro Social?

“En realidad es un logro para nuestro hospital. Su nivel es de muy alto nivel, porque su personal está muy capacitado incluidos médicos, enfermeras. Todo el personal que intervino en el tratamiento de Raúl Antonio.  

“El impacto que tiene en la comunidad es muy importante porque, primero, tenemos una población muy grande a la que atendemos aquí en este hospital y en segundo porque muchas de las personas de la comunidad de Nuevo León y el resto del país, se enteran o saben cómo manejarse en estas situaciones, como lo hizo el velador que recogió el tejido del niño dañado y que fue posible reimplantarlo. La comunidad está enterada que tenemos la capacidad para atender todo tipo de lesiones”.
 
-¿Se convierten pues en héroes los médicos que están a su cargo?

“Más que héroes son médicos especialistas que tienen un entrenamiento muy completo, porque no basta en muchas situaciones la especialidad, sino que hay que seguir avanzando dentro de la especialidad en áreas específicas”.
 
-¿Por qué dicen que este procedimiento es el primero que se hace en este sentido? Porque anteriormente se han hecho procedimientos similares de reconstrucción facial, ¿por qué éste lo hacen especial y por qué ha sonado tanto?

“Yo estoy enterado que es el primer caso registrado o reportado en la República, pero yo creo que la doctora Bertha o el doctor de la Parra son los más indicados para responderle, ellos están más enterados de esto”.
 
-¿Y qué tipo de repercusiones tendrá este caso en particular con la cirugía a nivel nacional e incluso a nivel regional en Latinoamérica, qué tipo de impacto tendrá en un futuro?

“En la comunidad médica estamos preparados todos, creo que vamos caminando en el mismo sentido, en mejorar nuestra atención a los derechohabientes y a toda la comunidad en general”.
 
¿Más o menos cuál es el costo por una cirugía similar?

“No tengo idea”.
 
– ¿Y cada cuándo se atienden mordeduras de perro en este hospital?

“Hemos visto casos frecuentes de mordeduras de perro, desgraciadamente no hay mucha cultura al respecto porque nos encontramos perros en todos lados, también este caso ha hecho mella en este sentido de que cuidemos todos a nuestras mascotas”.
 
– Esta cirugía en especial ¿la hace un logro el hecho de que el velador, el guardia haya guardado el tejido?

“Eso influyó en el éxito de la cirugía y todo el tratamiento, pero también está en el equipo médico, en el equipamiento del hospital, el instrumental, todo lo que se requiere para este tipo de cirugías”.
 
– Insistiendo, ¿en promedio cuántos de estos incidentes atienden?

“Por mordedura de perro se reciben aquí diariamente, dos o tres únicamente en este hospital, que se supone que las que se reciben en esta institución son relativamente filtradas, son lesiones un poco más importantes.

“Las cirugías en cuanto a mordeduras de perros en niños, sobre todo en cara, creo que tenemos una al mes, de las que requieren hospitalización. Son lesiones tan extensas como ésta que fue un arrancamiento, que es una porción extensa de la cara, prácticamente toda la mejilla, las dos terceras partes de la boca, eso es lo que lo hace especial. En parte que se conservó bien la pieza, se dieron todas las condiciones adecuadas para que se pudiera hacer la reconstrucción con reimplante”.
 
– ¿La mayor incidencia es en el área rural o en el área urbana, de qué municipio provienen los niños con mordeduras fuertes?

“De todas partes, es indistinto. Nosotros aquí recibimos muchos pacientes diariamente, tres o cuatro, pero sabemos que en las unidades de Medicina Familiar también se reciben muchos, desde lesiones menores que son punturas por colmillos o dientes hasta las lesiones más grandes que son heridas, que no son arrancamientos severos, pero sí, hace 10 años aproximadamente tuvimos una lesión que terminó en amputación de un tobillo, de un pie con tobillo, también por el problema de una mordedura muy severa”.
 
-¿Y tienen identificado el perfil o el tipo de perro que más daño causa con su mordida?

“Los perros que utilizan como de pelea, en estos caso el Bull terrier, son de los más agresivos, pero indistintamente, prácticamente todos los perros son factibles de que ataquen a los niños, sobre todo porque los niños son muy traviesos y se dan a la tarea de estar jugando con los perros, y de repente el perro se molesta y los ataca. Es una cultura que todavía no tenemos y que hay que promover, la seguridad, la prevención sobre todo”.

MICHOACANO Y FUTBOLERO

Sergio Mondragón, residente y compañero de Miguel de la Parra es otro de los médicos que participaron en la exitosa cirugía.

Originario de Michoacán y apasionado del futbol por Monarcas Morelia, también comparte la pasión por la microcirugía.

-¿Cuál es su participación en esta cirugía?

“Mi nombre es Sergio Iván Mondragón, soy residente en cirugía plástica, curso actualmente el sexto año, el último, y participé como ayudante en la cirugía de Raúl.

“Al igual que al doctor de la Parra, para mí es una satisfacción muy grande haber participado en esta cirugía de Raúl, sobre todo precisamente porque si no se hubiera realizado este reimplante, el niño quedaría con una deformidad que le cambiaría toda si vida”.

– ¿Hubo alguna limitante en las seis, siete horas que duró la cirugía, tuvieron algún riesgo durante este tiempo, de que no se formara la reconstrucción como la esperaban?

“Durante la cirugía al hacer la arteria y la vena, se tapó la vena, el pedazo de piel se comenzó a poner morado, en ese mismo momento tuvimos que abrir de nuevo y buscar una vena de un poquito de mejor calidad y volverla a pegar.

“En la misma intervención se tuvo que hacer de nuevo la misma cirugía, pero al final resultó, porque las venas son pequeñitas, del tamaño de un hilo”.
 
– ¿Y cómo lo hicieron?

“Con ayuda de un microscopio que da alrededor de diez aumentos y con materiales de hilo fino, que a simple vista se lo pone uno en la mano y no se ve, hay que ponerlo en el microscopio para que se vea bien y poner puntos y se cierra”.
 
-¿Cómo hicieron para suturar la parte y que no quedaran las puntadas que conocemos?

“Hay técnicas especiales de cirugía estética que conocemos para cerrar sin que queden los hilos marcados. Son hilos casi invisibles que si los ponemos en la palma de la mano, no los podemos ver a simple vista, se requiere un microscopio especial”.
 
– No es el objetivo, pero ¿pudiera ser un medio para mejorar las condiciones?

“Honestamente hay todo en el equipo de cirugía reconstructiva que tenemos, está el equipo completo, en la cirugía de Raúl utilizamos el equipo del hospital y no falta nada, acabamos de renovar el equipo”.
 
– ¿Y como residente, la experiencia qué te deja para terminar tu carrera?  Estar dentro de estas cirugías que son tan especializadas y que les dejan mucho aprendizaje

“Bueno como residente fue una oportunidad que se presentó, participar, mucha experiencia sobre todo también para seguir aprendiendo y no nada más a nivel profesional, también a nivel personal y ganas de seguir adelante, de mejorar día con día, como residente uno busca sobre todo aprender de los doctores, de los maestros que tenemos aquí en el hospital y es aprender en todos los sentidos, no nada más quirúrgicamente”.
 
– ¿En cuál escuela estudias?

“Yo salí de la Universidad Michoacana de San Miguel de Hidalgo de Morelia, Michoacán”.
  
– ¿Y por qué la cirugía plástica, cuál fue el interés de escoger este tipo de especialización?

“Porque yo también comparto la pasión por este tipo de cirugías que efectivamente sí ayudan e influyen de forma positiva en la vida de los pacientes, ese es el impacto que yo empecé a ver en este tipo de cirugías”. 
 
– ¿Piensas seguir especializándote en Monterrey o regresar a tu tierra?

“Yo pienso terminar y posteriormente especializarme en microcirugía, y si está abierta la oportunidad, quedarme aquí también verdad”.
 
– ¿Cuántos años?

“Yo tengo 32”.
 
– ¿Tus hobbies?

“El futbol”.
  
– ¿Qué equipo?

“El Morelia, Monarcas”.
 
– ¿Has pensado en casarte, tienes novia?

“Actualmente sí tengo novia”.
 
– ¿También se dedica a la medicina?

“Si, ella también está haciendo una subespecialidad”.