Nacional
Por Agencias
Publicado el domingo, 30 de octubre del 2016 a las 14:43
Ciudad de México.- El priismo es un universo variado. Hay quien lo profesa hasta la muerte y otros sólo antes de nacer. Hegemónico durante siete décadas, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) representa en México mucho más que una formación histórica o un sistema de poder. Su presencia ha permeado de tal modo el país que ya forma parte de su osamenta. Para bien o para mal. En eso no hay acuerdo. Como tampoco lo hay sobre su definición.
En El Priista que Todos Llevamos Dentro (editorial Grijalbo), los periodistas María Scherer Ibarra y Nacho Lozano intentan dar respuesta a estas interrogantes mediante un amplio juego de entrevistas. El resultado es una polifonía a 36 voces, donde pensadores, políticos, escritores, poetas, activistas, chefs y artistas se ponen ante el espejo y se confiesan en voz alta. Una lectura ácida y nada complaciente que Scherer y Lozano explican a dúo.
Definan el PRI
Scherer: Es una especie de plastilina. Un ente amorfo que adopta la forma que desea. Y ese es su éxito: resulta absolutamente pragmático. Un presidente nacionaliza la banca y otro la privatiza. Hay gobernadores contra el matrimonio homosexual y el presidente está a favor.
Lozano: Cuando pienso en el PRI, pienso en un gran negocio editorial y empresarial que vela por sus intereses y los de sus cuates. Y es exitoso: ha generado el andamiaje que da forma al país. Evidentemente hay excepciones y existen personajes que no tienen nada que ver con este negocio.
¿El PRI es México o al revés? Lozano: El antropólogo Roger Bartra dice en el libro que la cultura mexicana no está unificada. Igual sucede con la cultura priista. El PRI ha sabido espejear las diversas realidades mexicanas y entender cómo hablan los mexicanos ya sea en Veracruz o en Chihuahua. En buena medida, el priista es el retrato de cuerpo entero de un mexicano.
¿Y cuáles son sus características? ¿Y eso tiene futuro? Lozano: El PRI tiene mucho presente. Es cierto que este año recibió un fuerte golpe, perdió siete gubernaturas en las pasadas elecciones, pero también ganó en otros lugares. Y vence porque los mexicanos votan por él.
¿Peña Nieto es el PRI moderno? Lozano: Es muy conservador; ADN puro del PRI, hasta admira a López Mateos.
¿Y Andrés Manuel López Obrador es priista? Lozano: Yo no creo que el PRI sea la única escuela. Hay un matiz. En el sistema solar de la política, el PRI es el sol y el resto gira a su alrededor, aunque sea un contrario.
¿No se podría haber escrito El Panista que Todos Llevamos Dentro? Scherer: Vaya por delante que toda generalización es falsa, pero no creo que los panistas hayan logrado el mismo grado de identificación con los mexicanos. Lo que sí han copiado es el pragmatismo priista y esa es la causa de su crisis.
P. ¿Son ustedes antipríistas? Lozano: Yo nunca he votado por el PRI.
Scherer: ¿Qué fue antes el huevo o la gallina? El PRI tuvo la habilidad de tomar rasgos mexicanos, algunos de ellos puros defectos, e institucionalizarlos. Y como son nuestros rasgos, nos sentimos cómodos e identificados con ellos.
Lozano/Scherer: Disciplinado, pragmático y jerárquico. También es patrimonialista en el sentido de que el presupuesto público es suyo. Ya se sabe: el que vive fuera del presupuesto vive en el error.
Scherer: Claro que lo tiene, todos dicen que el partido está en crisis, pero sigue gobernando a millones de ciudadanos. Un ejemplo es el expresidente del PRI Manlio Fabio Beltrones: en pocos años pasó de ser narcogobernador a prototipo de hombre de Estado. Se ha reinventado tanto como Madonna y ha tenido éxito. El PRI está absolutamente vigente, aunque sea en sus peores términos.
Scherer: Representa el lado más tradicional. Ni siquiera es tecnócrata: es un joven priista viejo.
Según los autores, el Presidente es un joven priista viejo.
Scherer: Todos los políticos en México tienen una sola escuela: el PRI. Y por eso todos presentan rasgos priistas. Beltrones, de hecho, es una figura aspiracional. El mismo PAN está priizándose y cada vez es más pragmático, e igual le pasa a la izquierda, de ahí que esté hecha pedazos.
Opinan que la formación de AMLO es totalmente tricolor.
Lozano: Sí, se puede. De hecho, la frase que da título al libro tiene su origen en una crítica del dirigente panista Carlos Castillo Peraza hacia quienes sufren una crisis de valores a la hora de actuar políticamente. No permitan que el priista que tienen dentro les gobierne, viene a decir.
Scherer: Honestamente, yo sí.
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