ABC.ES / Estados Unidos.- En «Star Wars» hay un Universo lleno de civilizaciones alienígenas que conviven en un precario equilibrio. Las batallas pueden implicar a gigantescas naves espaciales y a soldados armados con potentísimas armas. En medio de ese caos, hay caballeros capaces de manipular las reglas de la física y pilotos capaces de moverse entre dimensiones. ¿Quién no querría vivir algo así en el mundo real? ¿Sería esto posible?

Una de las primeras cosas que haría falta para hacer un viaje al Universo Star Wars sería, evidentemente, un buen sable láser. Son capaces de cortar a cualquier enemigo o incluso atravesar una gruesa plancha de metal con facilidad. Si la situación se pone complicada, tambien pueden hacer rebotar disparos láser. Por desgracia, la física del Universo «real» se lo pone muy difícil a los sables láser. ¿Por qué?

-La luz atraviesa la luz: Tal como explica el documental «¿Puedes construir un sable láser real?» de Michio Kaku, uno de los primeros problemas que aparecen es que la luz no tiene masa ni sustancia, así que las «hojas» de estos sables jamás entrarían en contacto. Sería como hacer un combate con linternas de aspecto bonito.

-El láser no se detiene: la luz láser sigue su trayectoria hasta que se encuentra con un obstáculo en medio, tal como se explicó en Physics.org. Los sables láser podrían ser en realidad lanzas de varios kilómetros de largo, capaces de acabar con la cabeza de cualquier compañero de batalla. Una opción sería poner un espejo al final del sable, pero entonces ya no se podría cortar a nadie sin romper el dispositivo. También podría ser que el enemigo usase espejos como arma de defensa contra láseres, y que incluso los usase en nuestra contra.

-Haría falta un reactor de bolsillo: También se puede considerar que estos sables están hechos de plasma (gas a una temperatura extremadamente elevada) mantenido en una especie de campo de fuerza. El problema aquí es que la tecnología necesaria para generar toda la energía para producir el plasma y contenerlo requeriría inmensas cantidades de energía solo producidas hoy en día, y en teoría, por un gran reactor. ¿Podría llevarse algo así en el espacio de un empuñadura?

-El plasma estallaría: En todo caso, cuando dos sables de plasma chocasen, sufrirían probablemente un fenómeno de reconexión magnética. El resultado sería una explosión de plasma de preocupantes consecuencias para el esgrimista. También cuesta imaginar materiales capaces de soportar temperaturas tan elevadas para la empuñadura y demás componentes; de momento las cerámicas usadas por la NASA soportan temperaturas de hasta 4.000 grados centígrados.

-La luz no hace ruido: pocas cosas hay más inconfundibles en Star Wars que los sonidos de los sables láser. Por desgracia, un sable real sería totalmente silencioso, porque la luz no hace ruido. Probablemente también sería medio invisible, salvo que a su paso se encontrase con partículas de polvo o gas. ¿Pero quién vería una película con combates de sables invisibles y silenciosos?

El vuelo de las naves

-En el espacio no se derrapa: Las naves de Star Wars se comportan igual en el aire y en el espacio. Allí arriba, es frecuente que «derrapen» y planeen como harían si estuvieran volando por el aire, aunque en realidad estén en el vacío. Tal como explicó el físico Lawrence M. Krauss el motivo es que «queda guay». En el Universo real, los combates serían probablemente aburridos y fríos. Las naves necesitarían una buena colección de propulsores en el perímetro del fuselaje para generar las fuerzas necesarias para maniobrar. Lo bueno del vacío es que un mero empuje inicial les bastaría para deslizarse cuanto necesitaran.

-La aceleración puede ser letal: Además, la única forma de que los ocupantes de las naves no quedaran aplastados por las intensas aceleraciones generadas a esas velocidades sería producir algún tipo de campo capaz de anular las fuerzas. En las películas se habla de «compensadores de inercia».

En el espacio no hay arriba ni abajo, así que las naves podrían tener un diseño más eficiente que este
En el espacio no hay arriba ni abajo, así que las naves podrían tener un diseño más eficiente que este- 0th Century Fox / Lucasfilm Ltd. Production
-Las naves quedarían destruidas en los planetas: A la hora de entrar en los planetas, las grandes naves interestelares que entrasen en la atmósfera quedarían convertidas en grandes bolas de fuego. Sin alas ni timones, caerían a tierra como un peso muerto salvo que tuvieran potentes cohetes en la base (o impresionantes campos de fuerza o antigravedad). Vuelos como el del Halcón Milenario en el Episodio VII resultan difíciles de creer.

-En el espacio no hay sonidos: al no haber atmósfera, en el espacio no hay sonido. Por eso los famosos combates de Star Wars serían como una película muda. ¿Quién iría al cine a ver un combate así? La alternativa es ver Gravity, una película que refleja fielmente esta situación.

-¿Y qué hay de la gravedad? Otro de los problemas clásicos de Star Wars es el de la ausencia de gravedad. Salvo que hubiera campos artificiales, los tripulante estarían flotando dentro de sus naves y golpeándose contra las paredes con cada maniobra. Los pilotos de caza tendrían que estar bien atados a la silla para no sufrir este mismo fenómeno.

-Ni arriba ni abajo: en el espacio no hay ningún punto de referencia que se pueda usar como arriba o abajo. En el Universo «real» los combates serían bastante más caóticos y no ocurrirían en un único plano.

-En el espacio no se derrapa: Las naves de Star Wars se comportan igual en el aire y en el espacio. Allí arriba, es frecuente que «derrapen» y planeen como harían si estuvieran volando por el aire, aunque en realidad estén en el vacío. Tal como explicó el físico Lawrence M. Krauss el motivo es que «queda guay». En el Universo real, los combates serían probablemente aburridos y fríos. Las naves necesitarían una buena colección de propulsores en el perímetro del fuselaje para generar las fuerzas necesarias para maniobrar. Lo bueno del vacío es que un mero empuje inicial les bastaría para deslizarse cuanto necesitaran.

-La aceleración puede ser letal: Además, la única forma de que los ocupantes de las naves no quedaran aplastados por las intensas aceleraciones generadas a esas velocidades sería producir algún tipo de campo capaz de anular las fuerzas. En las películas se habla de «compensadores de inercia».

-Las naves quedarían destruidas en los planetas: A la hora de entrar en los planetas, las grandes naves interestelares que entrasen en la atmósfera quedarían convertidas en grandes bolas de fuego. Sin alas ni timones, caerían a tierra como un peso muerto salvo que tuvieran potentes cohetes en la base (o impresionantes campos de fuerza o antigravedad). Vuelos como el del Halcón Milenario en el Episodio VII resultan difíciles de creer.

-En el espacio no hay sonidos: al no haber atmósfera, en el espacio no hay sonido. Por eso los famosos combates de Star Wars serían como una película muda. ¿Quién iría al cine a ver un combate así? La alternativa es ver Gravity, una película que refleja fielmente esta situación.

-¿Y qué hay de la gravedad? Otro de los problemas clásicos de Star Wars es el de la ausencia de gravedad. Salvo que hubiera campos artificiales, los tripulante estarían flotando dentro de sus naves y golpeándose contra las paredes con cada maniobra. Los pilotos de caza tendrían que estar bien atados a la silla para no sufrir este mismo fenómeno.

-Ni arriba ni abajo: en el espacio no hay ningún punto de referencia que se pueda usar como arriba o abajo. En el Universo «real» los combates serían bastante más caóticos y no ocurrirían en un único plano.

Viaje hiperespacial

-Viajar a la velocidad de la luz no es posible (que sepamos): La teoría física actual dice que es imposible que cualquier objeto físico llegue a la velocidad de la luz, salvo que su masa sea equivalente a cero. De lo contrario, haría falta una cantidad infinita de energía, cosa que parece imposible. También habría que contar con el problema de que la aceleración excesiva aplastaría a los tripulantes o destruiría las naves.

-Los viajes podrían llevar milenios: aun moviéndose a la velocidad de la luz, las distancias son tan grandes que los viajes podrían llevar fácilmente cientos o miles de años. Para recorrer la Vía Láctea de punta a punta harán falta 10.000 años. Para viajar a galaxias distantes, podrían hacer falta miles de millones de años. Tiempo de sobra para que a Han Solo le salieran un par de canas.

-¿Se pueden abrir dimensiones en el espacio-tiempo? La interpretación más plausible para Star Wars es que los motores hiperespaciales pueden permitir el acceso de las naves a otra dimensión: el hiperespacio, en el que los objetos con masa pueden viajar incluso más rápido que la velocidad de la luz. Esta teoría tiene varios problemas: ¿se viajaría al futuro o al pasado así? ¿Sería posible que hubiera comunicaciones entre naves que se desplazan así? ¿Por qúe el hiperespacio lleva a una misma dimensión y no a otras?