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Los favoritos del Inedec

Por Ruta Libre

Publicado el lunes, 27 de marzo del 2017 a las 16:31


Nepotismo, becas para una disciplina que no repunta y apoyos a promotores fantasma son flechas que apuntan al dinero

Por: Gerardo Alvarado

Saltillo, Coah.- No siempre dar en el blanco significa gloria deportiva. También puede ser un lucrativo negocio de nepotismo y compadrazgos, como el que vive el actual Instituto Estatal del Deporte en Coahuila (Inedec), donde mientras aumenta la cantidad de entrenadores de tiro con arco, y con ello las jugosas becas, disminuye el medallero.

Durante los últimos años ha sido claro a cuál deporte en el estado se le han dedicado más entrenadores, apoyos y becas, lo cual no tendría nada de malo si no fuera porque ni así se obtienen los resultados que se esperarían.

Pero más aún, resulta curioso que sea justamente el deporte que practica el actual titular del Inedec, Jorge Pablo Chapoy Bosque, el que cuente con más apoyos de becas que el resto de las disciplinas y que los beneficiarios sean familiares y amigos, que para colmo ni siquiera son coahuilenses.

Una investigación realizada por Ruta Libre, con base en información proporcionada por la Plataforma Nacional de Transparencia, muestra la forma en que se distribuyen los apoyos que deberían ser para atletas de efectividad y no para solventar plazas de choferes, mantenimiento u operativos, debido a la falta de plazas en diferentes áreas del Inedec.

LOS FAVORITOS

Los documentos en poder de este suplemento revelan la cantidad de becas otorgadas durante 2016 a los entrenadores de tiro con arco, mostrando que son quienes perciben más apoyos al mes que el resto de los entrenadores o los atletas.

Para comenzar, el entrenador originario de Mérida, Yucatán, Eduardo Avelino Magaña Poot, quien lleva varios años en Saltillo, aunque también labora en Monclova, percibió 30 mil pesos al mes durante el año pasado, es decir, en total se llevó 360 mil pesos.

Por otra parte, Eduardo Avelino, quien participó en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, para 2015, de acuerdo con un documento de la Subsecretaría de Auditoría de Obra Pública y Programas Sociales, se echó a la bolsa nada menos que 500 mil 140 pesos.

De esa suma, 325 mil provinieron de un importe estatal, mientras el resto, unos 175 mil 140 pesos, de un apoyo federal, recurso que se envía a las dependencias estatales, las que mediante un estudio se otorgan a entrenadores o deportistas.

Por tanto, Magaña Poot en estos dos últimos años suma un total de 860 mil 140 pesos, eso sin contar si llegó a recibir también apoyos federales durante el ejercicio 2016, lo cual elevaría su pequeña fortuna deportiva.

Pero la buena fortuna de Magaña se debe a que, en 2013, llega a Saltillo para ser parte de los entrenadores del Inedec en tiro con arco, invitado por Jorge Pablo Chapoy, cuando Javier Díaz era el director de la dependencia.

Años atrás, el yucateco entrenó en Monclova, pero fue hasta que llegó el relevo en la dirección del Inedec cuando ingresó a las filas de instructores en la capital coahuilense.

Se sabe que en un principio no recibía una beca tan alta, la cual se incrementó a la llegada de Chapoy Bosque a la dirección de Alto Rendimiento en 2014 y posteriormente a dirigir el deporte en el estado en febrero del año pasado.

Eduardo Magaña, en la edición de 2016, fue condecorado en el Premio Estatal del Deporte como Entrenador Absoluto, gracias a la participación de Ana Paula Vázquez e Iván Tobías, dos atletas de alto rendimiento en la disciplina.

El mérito del entrenador que justificaría lo alto de su beca estribaría en que tanto Ana Paula como Iván lograron un pase a los Juegos Olímpicos, sin embargo, ninguno de los dos alcanzó a dar marca y no se logró su cometido.

Mientras tanto, otro coahuilense sí obtuvo su pase a la Olimpiada del 2016 en Río de Janeiro, a donde fue representando a México, pero no debido al apoyo recibido por Coahuila, sino de Nuevo León.

Se trata de Ernesto Boardman, quien abandonó las filas del Inedec ante la falta de apoyos y la concentración de becas a los incondicionales de Chapoy, por lo que emigró al estado vecino, donde no sólo encontró cobijo a su talento, sino que dio los resultados que los entrenadores de Coahuila no lograron.

EN FAMILIA

Pero Magaña Poot no es el único favorito. Hay otros dos entrenadores con buenas becas, aunque ligeramente menores. Una de esas personas es Almendra Ochoa Vidal, una arquera originaria de Guadalajara, Jalisco, que, por cierto, es la esposa de Jorge Pablo Chapoy Bosque, titular del Inedec.

Ochoa Vidal, en el ejercicio de 2016, logró alcanzar la suma de 25 mil pesos por mes en beca como entrenadora de tiro con arco, por lo que en esos 12 meses se embolsó la cantidad de 300 mil pesos.

La cuestión con ella es parecida a la del entrenador yucateco, ya que en 2015 y en el mismo documento de la Subsecretaría de Auditoría de Obra Pública y Programas Sociales, Almendra obtuvo el beneficio final de 422 mil 564 pesos.

De esa suma, 335 mil provinieron de un importe estatal, es decir, una beca, en tanto que el restante, 87 mil 564, de un importe federal, logrando en dos años la suma de 722 mil 564 pesos.

Los beneficios que recibió iban orientados a dar resultados, conseguir objetivos y metas trazadas. Entre ellas un buen papel durante la Olimpiada Nacional, sin embargo, el medallero dice lo contrario.

Desde 2012 que llegó Almendra Ochoa a Saltillo junto con su esposo, traídos por Javier Díaz, en ese entonces titular del Inedec, se proyectó dar un gran impulso al tiro con arco para las siguientes ediciones de Olimpiada Nacional.

Ese año Coahuila obtuvo en la mencionada disciplina 6 oros, 10 platas y 5 bronces. Al año siguiente incrementaron el medallero con 10 oros, 7 platas y15 bronces, pero a partir de entonces, la cuenta no volvió a repuntar lo suficiente.

La Olimpiada Nacional de 2014 trajo sólo 7 oros, 13 platas y 16 bronces; en 2015, la cuota sube, no mucho, con 9 oros, 11 platas y 15 bronces. Sin embargo, en el 2016, cuando ya Chapoy era titular del Inedec, su esposa y Magaña Poot recibían altas becas, los atletas de tiro con arco sólo se traen 7 oros, 5 platas y 4 bronces.

Es decir, que de las 36 medallas traídas en el 2014 y las 35 durante el 2015, la cantidad se redujo a la mitad en el 2016, cuando se tenía todo el apoyo económico, siete entrenadores calificados con becas del Inedec y, a la cabeza del Instituto, a un tirador con arco.

Durante la Olimpiada Nacional de 2016 se trabajó con un equipo en el que no incluyeron al venezolano Luis Armas, quien laboró durante 10 años como entrenador, sin embargo, de un momento a otro ya no fue requerido y hoy se encuentra en una batalla legal para recuperar su trabajo.

Pronto se supo por qué habían prescindido del venezolano. Su lugar se lo dieron a otros entrenadores, uno de ellos Rubén Genaro Ochoa Vidal. Así es, el apellido suena, se trata del hermano de Almendra Ochoa y por tanto, cuñado del director del Inedec, Jorge Pablo Chapoy.

Todo quedó en familia. Así Rubén Genaro se incorporó como entrenador del equipo en preparación de la Olimpiada con una beca mensual de 20 mil pesos. De este modo, durante el 2016 recibió 240 mil pesos.

Otro entrenador de tiro con arco para Coahuila fue Ángel Ramírez Caballero, también procedente de Guadalajara. A él se le entregó una beca mensual de 25 mil pesos, por lo tanto ganó el año anterior 300 mil pesos.

Fueron cuatro entrenadores para Saltillo en la disciplina en 2016, que entre todos, acumularon 100 mil pesos al mes en becas, dando un total de un millón 200 mil pesos ese año, destinados a pagar a los instructores sólo de la ciudad, pues además se cuenta con otros tres en el resto del estado.

En Monclova, por ejemplo, estuvo Joan Jesús Chuc Canche, traído de Quintana Roo, quien percibió como beca 25 mil pesos mensuales durante el año pasado, para un total de 300 mil pesos anuales.

Con él estuvo Dimitri Foed Arriaga Villarreal, con 15 mil pesos mensuales. Entre ambos, el año anterior requirieron 480 mil pesos como apoyo deportivo.

Para Piedras Negras también hay entrenador, Pedro Enrique Martínez Caballero, con 15 mil pesos por mes.

Para los siete entrenadores de tiro con arco, la mayor cantidad de instructores para una disciplina en el padrón, se destinó en total un millón 860 mil pesos. Ni siquiera entre los siete entrenadores para la disciplina de Halterofilia se reúne esa cantidad.

EL DECLIVE

El favoritismo hacia un deporte como el Tiro con Arco se nota al observar el documento con la cantidad de becas para entrenadores, porque en el caso de Tiro Deportivo sólo hay apoyo para cinco personas; en Lucha Asociada, seis becas; en Rugby, solo tres, y para Baloncesto otros tres apoyos.

Pero tampoco en otras disciplinas hubo repunte. Pues luego de la llegada de Chapoy como director de alto rendimiento, en agosto 2014, para la edición 2015 de la Olimpiada, Coahuila se mantuvo en el mismo lugar a nivel nacional con respecto al año anterior.

Aunque cabe mencionar que durante el nulo avance hubo dos cambios de dirección, con Vladimir Ortiz, quien sólo estuvo unos meses; luego entró Jorge Vélez, con poco más de un año dirigiendo el deporte estatal.

Mientras que en 2014 el estado logró sumar 49 oros, 50 platas y 61 bronces, al siguiente año, con Chapoy en alto rendimiento, departamento encargado de fortalecer a los atletas, Coahuila se mantuvo en ese lugar 12, con un ligero aumento, trayéndose 43 oros, 49 platas y 69 bronces.

Ya como titular del Instituto, durante la Olimpiada Nacional 2016, las cosas cambiaron, ya que este evento se dividió en dos, Juvenil e Infantil, pero tampoco el estado lució. En Juvenil se consiguieron 6 oros, 6 platas y 6 bronces; en Infantil, 22 oros, 21 platas y 38 bronces, para un total entre ambos de 28 oros, 27 platas y 44 bronces.

Las cifras no mienten, de 160 medallas en el 2014 y 160 en el 2015, ya al mando de la nave deportiva del estado, Chapoy sólo se trajo en el 2016 la poco satisfactoria cantidad de 99 medallas en total.

PROMOTORES FANTASMA

Pero el alto costo de entrenadores que no dan resultado contrasta con la disminución de apoyos destinados a promotores deportivos, cuyos recursos en vez de invertirse en personal capacitado, se han tenido que entregar a empleados de mantenimiento o administración.

Con los recortes presupuestales y la austeridad de los últimos años, algunas dependencias tuvieron que prescindir de empleados de diversas áreas. El Inedec no se salvó.

Al prescindir de empleados en oficinas, para suplirlos se echó mano del programa de promotores deportivos, que debería estar destinado a personal que fomente el deporte en el estado.

De lo anterior hay pruebas. En otro documento obtenido mediante la Plataforma Nacional de Transparencia, con el número de folio 00209017, se entregó un listado con los promotores deportivos y los montos percibidos por mes.

En él no se aclara del todo cuáles son sus funciones, pero al momento de ser mostrado el listado en las instalaciones del Inedec, se dio una explicación del porqué aparecen o iban a aparecer personas que laboran como trabajadores percibiendo una beca de promotores.

Según explicaron en el Instituto, esos recursos fueron destinados para llenar esos huecos creados por la falta de plazas, pasando entonces de víctimas a victimarios, creando una bola de nieve que arrastra a muchos, y afecta a más.

Llenar esos huecos conlleva a quitar un lugar a un promotor deportivo que podría traer talentos al estado, para dárselo a alguien que fungirá como contador, chofer, electricista, limpieza o alguna otra labor administrativa del Instituto.

Con ese uso distinto de recurso, disminuye el número de promotores verdaderos y se dejan desprotegidas áreas para la implementación o fortalecimiento en la comunidad de programas deportivos en cuanto a la activación física.

Sí, se crea una fuente de empleo, pero a la vez se les otorga de forma ficticia, pues al firmar o estar de acuerdo con laborar bajo el rubro de promotor deportivo, ninguno de ellos tiene contrato, derechos a servicios médicos y mucho menos prestaciones de ley.

Muchos de estos falsos promotores deportivos fueron incorporados para dar atención administrativa y de mantenimiento al Centro de Alto Rendimiento Eulalio Gutiérrez, ya que al entregarles la instalaciones, lo hicieron casi sin personal.

Por eso, si se hurga en la lista de becarios a los que se les entregan apoyos como promotores deportivos, se pueden encontrar los nombres de las mujeres que realizan la limpieza, a los encargados de la vigilancia, a secretarias y hasta contadores, incluso hasta al chofer que conduce el recién inaugurado tren de la Ciudad Deportiva.

No sólo para ello, también para las oficinas centrales adecuaron espacios en “promotores”, pues si requerían de personal de sistemas tomaron un sitio, de contador otro, y así fueron llenando un hueco para dejar otros en el fomento deportivo.

El listado de promotores deportivos entregado mediante la Plataforma Nacional, se divide en Promotor del Centro Acuático, Promotor de Tren Ciudad Deportiva, Promotor Zumba y Promotor Deportivo, éste último es más para ser llenado para servicios al Inedec que el fomento deportivo.

Lo anterior muestra que las flechas que el deporte coahuilense lanza, no están apuntando al blanco adecuado, ni siquiera parecen acercarse a la diana. Los documentos muestran que la punta se clava en otro objetivo, los recursos mal invertidos, entre familiares y favoritos, o esparcidos para suplir plazas con promotores fantasma.

Todo lo anterior en detrimento del deporte y los atletas en Coahuila. Lo dicen la disminución de medallas. Lo dice el que ningún atleta preparado por el Inedec haya calificado a Juegos Olímpicos. Y lo dice que el único atleta que fue a Brasil 2016, es aquel al que el clan Chapoy le escatimó recursos y tuvo que irse a Nuevo León para sobresalir.

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