Arte
Publicado el martes, 27 de diciembre del 2016 a las 16:01
Saltillo, Coahuila.- Desde hace varios años, primero como periodista y ahora como novelista, Jorge Zepeda Patterson ha mostrado los entretelones del poder. Ahora le llegó el turno a la sucesión presidencial de 2018 con el libro Los Usurpadores (Planeta, 2016), que forma parte de la serie Los Azules.
“Me interesa auscultar esta cosa tan terrible y fascinante que es el ejercicio del poder tras bambalinas, en estas zonas oscuras a las que a veces podemos llegar los periodistas. Es un esfuerzo por retratar esta clase política que es mucho más compleja que el blanco y negro, por generar estas tramas y personajes tan llenos de contradicciones son para mí un ejercicio casi terapéutico para entender por qué nos pasa lo que nos pasa a los mexicanos. Quiero que el lector no sólo tenga una lectura trepidante, un divertimento o una historia que lo apasione, también un acceso a esa radiografía de las entrañas del poder”, comparte el autor en entrevista con Zócalo.
La novela arranca con un atentado en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, en un salón en donde están reunidos políticos, intelectuales y escritores. Así que el suceso estremece al mundo entero.
“El atentado en la FIL Guadalajara me sirve para ilustrar la tesis de fondo de Los Usurpadores: la sucesión presidencial a la que nos acercamos es la que tendrá menos reglas del juego respetadas por los protagonistas. Hay una presidencia muy débil, con escaso liderazgo sobre la clase política en general; hay partidos políticos que están devastados, disputados por fracciones oportunistas; instituciones que no han sabido robustecerse para dar legitimidad a los procesos; un crimen organizado absolutamente suelto en muchas regiones; gobernadores fuera de control, ectétera.
“Creo que por primera vez en muchos años nos acercamos a una sucesión por el poder al estilo del viejo oeste, con muy pocas reglas, casi como si fuera un partido de final de futbol sin árbitro ni abanderados que respeten los jugadores. Esto se presta para escenarios en donde los contendientes se sientan con derecho a hacer cualquier cosa con tal de zancadillar al contrario, calumniarlo, destruirlo.
“En el fondo, la novela es una especie de Juego de Tronos, en donde tres grandes contendientes y sus cuartos de guerra están dispuestos a despedazarse a como dé lugar con tal de llegar a la silla presidencial”, detalla.
El director de Sin Embargo considera que la vida política ahora se ve afectada por las redes sociales, que si bien muestran el desencanto ciudadano, también banalizan algunos de los serios problemas que enfrenta el país.
“Es casi generalizado el desencanto de la opinión pública, del ciudadano, frente a la clase política, no sólo por los altísimos niveles de corrupción, también por la ineficacia que ha mostrado para resolver las amenazas del crimen organizado, la inseguridad pública, la economía. No sólo hay un desencanto de la clase política, sino de las instituciones políticas: el Congreso está muy deteriorado como ámbito de equilibrio de poderes con el Ejecutivo, los partidos políticos no merecen el respeto de la ciudadanía, la izquierda se caracteriza por una lucha fratícida y caníbal.
“Para el ciudadano predomina la sensación de hartazgo, de rabia, y eso es un mal caldo de cultivo para la disputa que viene. Además hay que añadir el nuevo espacio viral de las redes sociales, que muchas veces sirven de desahogo, pero también para la circulación del odio, la pseudoinformación, el infoentretenimiento de los memes y videos chuscos, más que la consulta de noticia. Esto favorece muy poco una toma de decisión ciudadana que compense toda esta desilusión por el fenómeno político”, considera.
Periodismo combativo
Con años de trabajo en las redacciones, Jorge Zepeda Patterson considera que el buen periodismo es clave para combatir los excesos de funcionarios, políticos y demás actores del poder.
“Soy un creyente de la importancia del buen periodismo, no es una panacea evidentemente, no está exento de errores y excesos, pero a mí me parece que en un México como el nuestro, en donde los tribunales y los fiscales son cómplices del poder, el verdadero ejercicio fiscal lo ejerce el periodismo honesto y profesional.
“Creo que es imposible pensar que, como las novelas norteamericanas y europeas, el héroe que descubre los pecados de los poderosos es un policía o un detective, en México nadie lo creería. Los héroes de mi novela son cuatro amigos, dos de ellos vinculados al periodismo, que desenmascaran parte de esta terrible trama que arranca con el atentado en la Feria del Libro de Guadalajara y que tiene un motivo oscuro de naturaleza política que hay que descubrir”, concluye.
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