Internacional
Por Notimex
Publicado el lunes, 7 de marzo del 2011 a las 22:37
Roma.- Si las mujeres en zonas rurales tuvieran el mismo acceso que los hombres a la tierra, la tecnología, los servicios financieros, la educación y los mercados, se reduciría entre 100 y 150 millones el índice de desnutrición en el mundo, indicó hoy la FAO.
En su informe anual sobre “El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA 2010-11)”, destacó que los rendimientos en las tierras que controlan las mujeres son menores que las que gestionan los hombres.
Pero, dijo, ello no se debe a que las mujeres sean peores agricultoras que los hombres. “Sucede sencillamente que no tienen el mismo acceso a los insumos”.
Según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), si lo tuvieran (el acceso), sus rendimientos serían los mismos que los de los hombres, producirían más y la producción agrícola en su conjunto se incrementaría.
“El informe plantea sólidas razones económicas para promover la igualdad de género en la agricultura”, señaló el director general de la FAO, Jacques Diouf.
De acuerdo con el informe, tan sólo con dar a las mujeres el mismo acceso que los hombres a los recursos agrícolas se podría incrementar la producción de las explotaciones de las campesinas en los países en desarrollo del 20 al 30 por ciento.
De esta forma se podría aumentar la producción agrícola total en estos países entre un 2.5 y un 4.0 por ciento, lo que a su vez puede suponer una reducción del número de víctimas del hambre en el mundo del orden del 12 al 17 por ciento, equivalente a entre 100 y 150 millones de personas, indicó.
Se calcula que 925 millones de personas estaban desnutridas en el mundo en 2010, de las cuales 906 millones viven en países en desarrollo.
Según la FAO, las mujeres representan el 43 por ciento de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo, desde el 20 por ciento en Latinoamérica hasta casi el 50 por ciento en Asia oriental y el Sudeste asiático y África subsahariana.
Indicó que cuando se emplea a las mujeres rurales, suelen quedar marginadas a ocupaciones peor pagadas, y con frecuencia en formas de empleo menos estable, como trabajo temporal, a tiempo parcial o con salarios bajos.
El SOFA señaló que los nuevos empleos en las agroindustrias de elevado valor y orientadas hacia la exportación ofrecen mejores oportunidades para las mujeres que la agricultura tradicional.
El informe documenta desigualdades de género en el acceso a un gran número de insumos agrícolas, incluyendo tierra, ganado, trabajo, educación, servicios de extensión, crédito, fertilizantes y equipos mecánicos.
En todas las regiones las mujeres tienen menos acceso a la tierra que los hombres. En los países en desarrollo en los que hay datos disponibles, tan sólo entre el 3.0 y el 20 por ciento de los propietarios de tierras son mujeres.
El porcentaje de mujeres en la fuerza laboral agrícola es mucho más elevado y se sitúa entre el 20 y el 50 en las regiones en desarrollo.
“Las mujeres campesinas alcanzan habitualmente menores rendimientos que los hombres, no porque sean menos capaces, sino porque se ocupan de explotaciones más pequeñas y utilizan menos insumos, como fertilizantes, semillas mejoradas y aperos”, aseguró Terri Raney, autor del informe.
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