Coahuila
Por Redacción
Publicado el martes, 14 de marzo del 2017 a las 09:04
Múzquiz.- La puerta principal permanecía cerrada en casa de las hermanas Obregón Castillo, en el interior, yacía la muerte.
En el suelo, los cuerpos de tres mujeres de edad avanzada, con evidentes huellas de violencia, fueron encontrados. Con una navaja o cuchillo directo al cuello les arrebataron la vida.
La Zona Centro de Múzquiz se vio copada de elementos policiacos y peritos. Una cinta roja con la palabra “Peligro” grabada, alertó a los habitantes de las inmediaciones de la calle Socorro.
Candelaria y Rosa María Obregón Castillo, de 80 y 70 años, respectivamente, así como María Elena Sánchez Buentello, presuntamente fueron sorprendidas por su o sus victimarios durante el domingo. Nadie en los alrededores escuchó algo mientras las tres eran masacradas.
Eran cerca de las 8:00 horas de este lunes cuando Lily, quien ayudaba a las hermanas Obregón con las labores domésticas, llegó para cumplir su jornada, pero nadie respondió a sus llamados. La casa emanaba un silencio inquietante.
Buscó de inmediato a familiares de Cande y Rosa –como las conocían en la comunidad–, para notificarles la falta de movimiento en la casa, ubicada entre las calles Justo Sierra y Jiménez. A esa hora, debían encontrarse en el sitio.
Entonces sobrevino el hallazgo. Integrantes de la familia acudieron para verificar lo que sucedía, lo que encontraron fue la escena de un triple homicidio.
María Elena era amiga cercana, quien, aseguraron personas cercanas a las víctimas, acudía con regularidad al hogar de las hermanas Obregón Castillo. La visita de este fin de semana, sería la última.
Indagan el móvil
Para ingresar a la casa fue necesario el uso de una barra de metal, la puerta no presentaba violación alguna, el cerrojo estaba puesto con normalidad.
Elementos de la Policía Investigadora, así como peritos estatales atendieron el reporte e iniciaron las indagatorias.
Sobre lo ocurrido, el delegado regional de la Procuraduría General de Justicia, detalló el hallazgo de los cuerpos con heridas provocadas por “arma blanca” en especial sobre el cuello.
En torno al móvil del triple homicidio sólo se limitó a adelantar que se podría tratar “de algún robo”, aunque insistió en que “apenas se están realizando las primeras investigaciones”.
Al no encontrar huellas sobre la posibilidad de que la puerta fuera forzada, emprendieron la búsqueda de indicios en diferentes puntos de la casa. Trascendió que la huella de un zapato fue localizada en la escena –sin correspondencia con las víctimas–, pero hasta anoche esto no fue confirmado por la autoridad.
También se informó de manera extraoficial que dos personas habrían sido detenidas por su posible relación con el triple homicidio. Uno de ellos incluso presuntamente fue detenido en el mismo sitio, al parecer un familiar.
Los cuerpos fueron trasladadas a una funeraria de la localidad, para practicar la necropsia.
Generó confusión
Ambas hermanas eran pensionadas, además de benefactoras de algunas familias de escasos recursos en Múzquiz, así lo comentaron amigas de las víctimas, quienes se congregaron en las inmediaciones de la casa en la calle Socorro tras enterarse de lo sucedido.
“Habían de creer que tenían dinero, pero ellas no eran ricas, eran muy ‘luchistas’, porque eran hijas de un señor que fue un comerciante muy trabajador, pero dinero no tenían como para que les hayan hecho lo que les hicieron”, manifestaron.
La tercera hermana Obregón, Pepi, estuvo entre las víctimas, aunque sólo en la especulación.
“Pensamos que también habían matado a Pepi, que habían matado a las tres hermanas, pero ya nos informaron que Pepi andaba de viaje en Monterrey”, precisaron.
Las hermanas Obregón Castillo vivían juntas, pero sólo ellas habitaban la casa, ninguna era casada.
‘No le hacían daño a nadie’
Sus amigas relataron sobre su relación de más de 30 años con Cande y Rosa. Trabajaron juntas en Almacenes Múzquiz, de donde se pensionaron.
Además, aseguraron que se dedicaban a la venta de ropa y al apoyo de la Casa Hogar del Niño municipal.
“No puede ser, cómo les fue a pasar esto a unas de las mejores benefactoras de los niños, siempre al pendiente de lo que faltara en la casa hogar”, narró María Partida, encargada del recinto.
“Llevaban despensas y estaban atentas para que a los niños desamparados no les faltara nada”, puntualizó.
Personas cercanas dijeron desconocer qué habría derivado en su asesinato, ya que, insistieron, “no le hacían daño a nadie”.
La puerta de la casa donde habitaban las hermanas Obregón fue abierta sólo para descubrir la magnitud de una tragedia que carga de dudas y consternación el ambiente en Múzquiz, en la que la vida de tres personas mayores fue arrebatada, y las autoridades avanzan en las indagatorias. (Con información de Enriqueta Delgado)
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