México.- El poeta francés Charles Baudelaire cuenta que descubrió el opio en una circunstancia trivial: tras 20 días de un insoportable dolor de dientes, en un lluvioso domingo de otoño, se encontraba vagando por las calles de Londres para distraerse de sus molestias cuando un compañero le recomendó el opio. Una hora después de consumir la cantidad prescrita no sólo desapareció el dolor, sino que descubrió nuevos placeres, mundos interiores y el gran secreto de la felicidad, sobre el cual tantos filósofos habían discutido durante siglos por tan sólo un penique. Era 1804.

En 1842, China firmaba el Tratado de Nankín con Gran Bretaña para poner fin a la denominada Primera Guerra del Opio. El acuerdo firmado obligaría al Gobierno chino a pagar 6 millones de dólares de plata al Gobierno británico por el opio que había sido confiscado por Lin Zexu (comisionado por el emperador para detener el contrabando ilegal de opio a China desde Inglaterra) en 1839, así como la cesión de Hong Kong, isla que se convirtió en un gran depósito de droga en años posteriores.

Durante siglos, la ruta comercial de Asia a América Latina ha sido protagonista de un activo intercambio comercial entre ambos continentes, que inició formalmente en el siglo 16 con el mítico Galeón de Manila, mejor conocido como la Nao de China. No obstante, como han testimoniado algunos grandes autores del romanticismo europeo del siglo 19, como Charles Baudelaire y Thomas de Quincey (autor nada menos que de las “Confesiones de un opiófago inglés”), las mismas rutas que han transportado porcelana, tela y especias durante siglos son las mismas rutas de una multiplicidad de drogas y más recientemente de precursores químicos para la elaboración de drogas sintéticas, que inician su recorrido en Asia y tienen como destino final Estados Unidos, el principal consumidor de drogas en el mundo.

En México, para la elaboración de drogas sintéticas, los narcotraficantes requieren de sustancias químicas de difícil acceso en nuestro país. Gran parte de estas sustancias son adquiridas en el mercado asiático y trasladadas a México mediante el contrabando técnico, es decir, se reporta el ingreso a nuestro país de una sustancia menos controlada, cuando en realidad lo que se importa son los precursores de las metanfetaminas.

Con la finalidad de “mejorar la capacidad de los países beneficiarios para confiscar los precursores químicos ilegales”, en marzo de 2009, la Unión Europea a través de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés) destinó cerca de 2 millones y medio de cursos en el llamado programa de “prevención del desvío de sustancias precursoras de drogas en los países de América Latina y el Caribe”.

Y es que debido a una estricta supervisión o una producción inexistente de estas sustancias en países latinoamericanos, los narcotraficantes se han visto obligados a recurrir a mercados menos estrictos.

Tan sólo en México, durante julio y agosto de 2011, en los puertos de Lázaro Cárdenas, Manzanillo y Veracruz, casi 200 mil kilos de precursores químicos fueron detectados e incautados en las aduanas nacionales. Estas sustancias generalmente son transportadas hacia México vía marítima y acompañadas de documentación apócrifa.

La efedrina, por ejemplo, una sustancia obtenida de una pequeña flor que se cultiva en China desde hace millones de años y conocida como ma huang, es un estimulante muy poderoso del sistema central, utilizado también como mecanismo para bajar de peso por inhibir el apetito y acelerar el metabolismo. Al sintetizar esta flor, se obtiene un polvo que es base para algunos medicamentos y para muchas drogas prohibidas.

El fenilacetato de etilo es un químico aromático considerado por la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios como precursor de drogas sintéticas. Su uso en México está estrictamente controlado y sin embargo es importado ilegalmente desde India.

El safrol, importado desde Corea, es resultado de la síntesis del aceite de una raíz cultivada en el este de Asia y utilizado para la elaboración de éxtasis, se encuentra fuertemente regulado por la comisión europea y prohibido en Estados Unidos por considerarse cancerígeno.

De China e India también se importan ilegalmente cargamentos de monometilamina, otro precursor químico de las drogas sintéticas.

Con la detección de 200 mil kilos de precursores químicos por las autoridades durante julio y agosto de 2011 (y muchos más que muy probablemente pasaron sin ser descubiertos), ya no resulta sorprendente el hallazgo de grandes instalaciones industriales dedicadas a la producción de drogas sintéticas.

Es el caso de Querétaro, donde hace un par de meses se descubrió un laboratorio industrial valuado en más de 20 millones de dólares. Según las autoridades, este laboratorio producía 150 kilos de droga semanalmente y trabajaba 24 horas seis días a la semana. Este es uno de los muchos establecimientos ilegales que también han sido encontrados en Sinaloa y en Michoacán.

Dentro de los casos más célebres de empresarios de drogas sintéticas se encuentra el famoso Zhenli Ye Gon. El hallazgo de más de 200 millones de dólares en efectivo dejó en claro por qué los cárteles del narcotráfico estaban mutando hacia el negocio de las drogas sintéticas.

La ruta de los precursores químicos y drogas sintéticas de Asia para el continente americano se ha hecho famosa a través de la historia de Frank Lucas, famoso traficante estadounidense de heroína en las décadas de 1960 y 1970. Muchos recordarán su historia por la película “Gángster Americano”, donde Denzel Washington encarna a este famoso personaje que compraba la droga directamente a un fabricante en Vietnam y la ingresaba a Estados Unidos a través de contactos en el Ejército norteamericano, aprovechando la confusión de la guerra en curso. La ruta de Asia sigue siendo la protagonista de los químicos en el continente americano.

Esta ruta, una de las menos mencionadas, pero muy familiar en el mundo de las drogas, pasa inadvertida, pues los ojos de la opinión pública están puestos por lo general en las rutas de los narcotraficantes en el Pacífico. Cientos de transportistas ilegales caen en las garras de las autoridades intentando pasar cocaína, mariguana o metanfetaminas desde Centro y Sudamérica hacia Estados Unidos. Pero lo que ocurre en el continente asiático, a miles de kilómetros de distancia, es un panorama virtualmente desconocido.

Actualmente se estima que de 432 mexicanos que se encuentran en prisiones en el extranjero, 392 purgan una sentencia por delitos contra la salud en Europa y Asia.

El continente asiático se ha convertido en el proveedor de los precursores para elaborar las drogas sintéticas y los

narcos mexicanos lo tienen presente. En esta región se encuentran un promedio de 22 mexicanos encarcelados en 14 ciudades; 14 de ellos lo están por narcotráfico.

En Japón por ejemplo, de 9 mexicanos prisioneros, 5 lo están por tráfico de sustancias ilegales.

El Medio Oriente también es un lugar de provisión. En el Líbano se sabe de la existencia de esos mexicanos en prisión. Se presume que están también por delitos relacionados con el narcotráfico, pero la cancillería mexicana sigue sin confirmarlo.

Todo indica que el negocio del tráfico de drogas y de personas, se extiende desde México a todo el mundo con el paso de los días.

No es la primera vez que nombres mexicanos terminan en prisión por delitos cometidos en Asia.

En septiembre de 2011 se detuvo a otros cinco mexicanos, pero esta vez por narcotráfico en Hong Kong. Con la participación de más de 100 policías antinarcóticos, en un histórico decomiso de 560 kilogramos de drogas valuada en 77 millones de dólares, ocho personas resultaron detenidas, dentro de las cuales figuraban cinco mexicanos, una colombiana y su esposo chino.

La bodega de más de 930 metros cuadrados en donde se logró el decomiso, era utilizada como centro de empaque y comercialización de estupefacientes. Los acusados han tratado de utilizar diferentes historias para tapar sus actividades ilícitas en Asia. Las investigaciones señalaron que no se descarta que el destino final de la droga encontrada fuera la China continental.

Ahora se conoce que los mexicanos fueron acusados de tráfico de drogas y no se señalaron inocentes ni solicitaron una fianza para salir de prisión. Cabe destacar que en Hong Kong, la pena máxima por tráfico de droga es cadena perpetua y una multa de 644 mil dólares.

AMOR PROHIBIDO

En el mundo del narcotráfico el único valor que predomina es el amor por el dinero. Si no hay droga, no hay negocio, y para que este negocio sea redituable los criminales tienen que adaptarse a las exigencias de mercado.

Es por eso que los grupos del crimen organizado invierten constantemente en mejorar sus capacidades y ampliar su territorio. La inversión en nuevas tecnologías que faciliten el transporte de la mercancía ilegal y el conocimiento de los cambios en la demanda resultan fundamentales para que el narcotráfico siga siendo un negocio redituable.

Todo apunta a que México podría estarse convirtiendo en una plataforma mundial de producción de metanfetaminas.

El pasado 9 d febrero, el Ejército decomisó en Jalisco 15 toneladas de metanfetaminas.

El hallazgo constituye un hecho sin precedentes. Las 15 toneladas corresponden a la mitad de todos los decomisos a escala mundial y su valor, calculado por las autoridades en más de 50 mil millones de pesos, constituye el equivalente a todo el dinero que ejerció el estado Michoacán en 2011. Es decir, que con el valor de un solo cargamento, los narcotraficantes podrían haber obtenido lo que gasta todo un estado durante un año. Es cierto que determinar el verdadero valor del cargamento es complicado, pero lo cierto es que a esa escala 10 mil millones de pesos más o 10 mil millones menos son lo de menos.

El decomiso de este cargamento indica que el cártel de Sinaloa ha logrado expandir sus tentáculos a nivel mundial, convirtiéndose en un productor y manufacturero de drogas sintéticas a nivel industrial.

“El Chapo” Guzmán y su cártel de Sinaloa tienen el dinero y la infraestructura suficientes para distribuir y producir drogas a nivel mundial y ahora se está convirtiendo en el mayor productor de drogas en todo el mundo, lo que lo convierte en un blanco de alta prioridad a nivel internacional.

“Los decomisos de esta magnitud podrían hacer imaginar una expansión del cártel de Sinaloa hacia los mercados de América Latina y Asia”, precisó Mazzitell en declaraciones hechas a la prensa nacional.

Los decomisos significativos de metanfetaminas en México han hecho pensar que el cártel de Sinaloa está tratando de dejar la dependencia con Colombia, principal productor de cocaína.

Con el paso de los días, se ha demostrado que el consumo de metanfetaminas en Estados Unidos ha ido en aumento.

De ahí que “El Chapo” Guzmán y su séquito de producción y distribución de drogas se esté especializando continuamente en la producción de drogas de diseño.

Las capturas de mexicanos en China, Hong Kong y Malasia, demuestran que poco a poco el mundo de la mafia mexicana se expande por estos territorios, donde pueden obtener los precursores para la elaboración de drogas sintéticas y donde se tiene un mercado que cada día aumenta su capacidad de consumo.

Mientras vaya en aumento el consumo de drogas en Estados Unidos, siempre existirá la oportunidad de ir hasta Asia a conseguir los mejores precursores para la elaboración de estas drogas, Según el ex alcalde de Medellín, Colombia, Sergio Fajardo Valderrama, el narcotráfico tiene la capacidad operativa de comprar todo lo que pueda. El dinero pareciera no tener límites y en la cadenas de producción de drogas todo tiene un precio pagable o alcanzable. De ahí que importar toneladas de precursores sintéticos para la elaboración de metanfetaminas es un negocio rentable, mucho más que el de la cocaína, y de alta prioridad. Ir por químicos aromáticos o importar extractos de flores misteriosas es ya una constante.

Existe el dinero, la capacidad operativa y las ganas de seguir llevando drogas al consumidor por excelencia: Estados Unidos. Y mientras millones de adictos llenan su organismo con drogas ilegales, cientos de mexicanos ven la oportunidad de hacerse millonarios, aunque para lograr su cometido tengan que ir a Asia, África o Europa.

Tanto la presencia de mexicanos en cárceles en el exterior como los constantes decomisos en donde se encuentran sustancias que sólo proliferan en países como India, China o Malasia lo demuestran.

Para el narco mexicano, la ruta de trasiego de drogas por Asia es de vital importancia; como hace más de dos siglos, de allá vienen los químicos que ayer fueron el refugio de los intelectuales románticos en el viejo continente y que hoy ponen a vibrar a miles de estadounidenses al son de las metanfetaminas.

DEL TRÁFICO DE DROGAS AL TRÁFICO DE PERSONAS

No sólo en el mercado mundial de las drogas, los mexicanos ocupan un lugar primordial. Los tentáculos del crimen organizado se han extendido también al tráfico de personas.

Abiertas ya las rutas que transportan droga, ampliar el negocio a la ruta de personas es prácticamente una obligación para los grupos criminales.

En la segunda semana de enero de 2012, una familia mexicana fue arrestada en India. Los cinco miembros de la familia operaban como una célula mundial que trafica con ilegales hacia Estados Unidos. Ocho inmigrantes fueron rescatados en esta operación.

La captura de los mexicanos en esta zona se realizó gracias a una denuncia anónima desde diciembre del año pasado.

Diez días después, la SIEDO logró la captura de estos cinco mexicanos que al parecer también tenían nexos con el narcotráfico.

Se sabe que los indocumentados indios pagaban unos 50 mil dólares por ser trasladados de manera ilegal hacia Estados Unidos. El pago cubría los gastos de traslado y de alimentación.

Según la Procuraduría General de la República, estos criminales mexicanos transportaban entre 15 y 20 personas mensualmente. Se presume que desde 2011 a la fecha, este clan familiar ha transportado ilegalmente a más de 210 personas.

El ingreso económico para la red de traficantes de personas representó un promedio de 10.5 millones de dólares.

Se conoce que las mujeres eran las encargadas de cuidar y alimentar a los migrantes, mientras que los hombres eran los que transportaban y hacían los contactos tratantes de otros países para facilitar las rutas de acceso.

La SIEDO explicó que de acuerdo con la investigación, los migrantes partían desde India para ser llevados a México, pasando por Luxemburgo, Brasil, Perú, Nicaragua y El Salvador. Ya en territorio mexicano, los migrantes pasaban por varias ciudades del norte hasta terminar en Estados Unidos.

Todo apunta a que el centro de operaciones en México era la capital. Ahora se investigan los nexos probables con delincuentes y narcotraficantes en territorio nacional. Pero las redes de tráfico de personas también tratan con objetivos de alto impacto. En efecto, gracias a la llamada “Operación Huésped” se descubrió una red de contactos internacionales que pretendía ingresar a México a Saadi Gadhafi, uno de los hijos del ex presidente libio Muammar Gadhafi.

En el operativo trabajaron de manera conjunta los servicios de inteligencia de Estados Unidos y Canadá con los de México. Hubo detenidos en los tres países.

De hecho, se supo que uno de los guardaespaldas de Gadhafi ya lo estaba esperando en Punta Mita, Nayarit, donde Saadi ya había comprado una residencia.

Operación Huésped dejó en claro una realidad que pocos se atrevían a vislumbrar: la de un México instalado en el contexto de la seguridad global y la lucha contra el terrorismo… y un México donde las redes criminales se van entrelazando sin importar fronteras, idiomas ni nacionalidades.