México.- El Gobierno de México anunció hoy que acudirá a organizaciones internacionales que reclaman la abolición de la pena capital para evitar que sea aplicada la condena a muerte impuesta en Malasia a tres hermanos mexicanos.

México “recurrirá a distintas instancias locales e internacionales que están en contra de la aplicación de la pena de muerte”, informó la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en un comunicado.

La condena a muerte de Luis Alfonso, Simón y José Regino González Villarreal, acusados de un delito de narcotráfico hace siete años, fue ratificada hoy por el Tribunal Federal de Malasia, lo que deja agotadas prácticamente las vías legales.

Los condenados escucharon la sentencia en el tribunal en la capital administrativa de Purtrajaya, donde estuvieron acompañados por algunos familiares y el embajador mexicano en Malasia, Carlos Félix.

“Estamos en la última parte del proceso judicial, hoy fue un revés muy serio. Se está revisando un resquicio final que podría ser la revisión de este fallo por otra sesión, por otra audiencia”, dijo Félix hoy en una entrevista con Radio Fórmula.

De no cambiar la sentencia en esta última instancia, quedaría la posibilidad del perdón real para evitar la horca, que es como se ajusticia a los reos de muerte en Malasia.

El embajador señaló que el monarca soberano del estado de Johor, donde aconteció el delito, puede cambiar la pena de muerte por la cadena perpetua o más años de prisión en base a “cuestiones estrictamente humanitarias”.

Aseguró que no hay antecedentes en este tipo de circunstancias y explicó que el proceso puede tomar “dos o más años”.

“No los ahorcarían en estos días, insisto, hay un resquicio todavía de pedir la revisión del fallo de hoy”, sentenció Félix, quien comentó que desde su llegada al país hace año y medio visita mensualmente a los reos.

En el boletín, la SRE ratificó su posición contraria a la pena de muerte, “lamentó” la decisión y reiteró que brindará asistencia consular a los imputados.

En el juicio, además de Luis (47 años), Simón (39) y José Regino (37), se sentaron en el banquillo el singapurés Lim Hung Wa y el malasio Lee Boon Sid, a los que los jueces también confirmaron la pena capital.

Prevaleció la acusación de la fiscal, Mangaiarkarami Krishan, quien afirmó que los restos de droga encontrados en las ropas de los acusados demostraban que habían estado inmersos en un proceso de producción de narcóticos.

Los cinco condenados fueron detenidos el 4 de marzo de 2008 en una redada realizada por la Policía en la ciudad de Johor Bahru.

En la operación, los agentes de la brigada antinarcóticos decomisaron unos 29 kilos de metanfetamina, un alijo valorado en 15 millones de dólares, aunque cerca de un tercio desapareció bajo custodia policial.

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