Torreón, Coah.- “Yo no la reconozco como mi hija”, comentó Silvia Élida Ortíz Solís, madre de Silvia Stephanie Sánchez-Viesca Ortíz, al ser cuestionada sobre una fotografía que se divulgó en redes sociales en la que aparecía Heriberto Lazcano “El Lazca” con una joven a la cual encontraron similitud con aquella niña de 16 años que fue raptada el 5 de noviembre de 2004, en la avenida Matamoros y calle Veintiocho, de esta ciudad.

A partir de dicha comparación, el teléfono de casa de Silvia Élida no ha parado de sonar y no deja de escuchar el rumor de que Silvia Stephanie, Fanny, era la novia de Heriberto Lazcano y está involucrada con la delincuencia organizada.

En la entrevista, la madre de Stephanie, desde la desaparición de la chica en 2004, dijo que una de las primeras líneas de investigación fue que a su hija la raptó un joven y que la habían entregado a un líder de alto rango pero no le dieron el nombre. “Yo siempre señalé a Rodolfo García Vargas como responsable de la desaparición de mi hija”, revela. A decir de ella, Rodolfo García “El Rudi” y su hermana “La Cony”, conocida así en el barrio, eran los dueños de la cantina Club Fox y el día de la desaparición de Fanny fue la reinauguración de ese lugar.

Recuerda que llegó al barrio con los vecinos de la 28 a la 1:30 horas (del 6 de noviembre) preguntando si alguien sabía de la chica y todos estaban en una fiesta. Había camionetas estacionadas con placas de Tamaulipas, Texas y Durango. La mujer menciona a “El Moyo”, sobrino de Rodolfo, y “La Cony”, su hermana.

En 2009 las autoridades de la Policía Judicial del DF hallaron a un hombre agonizante en la Delegación Gustavo A. Madero, quien era Rodolfo García Vargas, de 40 años, y minutos después murió en un hospital llamdo Balbuena.

LLAMA DE ESPERANZA

¿Qué opinión tiene sobre el asesinato de “El Rudi”?

“No me da gusto que lo hayan matado, porque los matan y es una pista menos que tengo. Yo quisiera que ni los tocaran, al contrario, qué daría yo por cuidarlos, al menos sería una velita encendida y pudiera ser que algún día se apiaden y me digan: ‘sí, yo me la llevé, ahí está’ ó, ‘sí yo la maté’¡ y que también me digan dónde”.

Menciona que fueron al funeral de Rodolfo García Vargas:

“Teníamos miedo, pero íbamos con la esperanza de encontrarnos con mi enana en el funeral. Al llegar cada uno se puso a limpiar y tirar escombro de diferentes tumbas. Estábamos a escasos metros del funeral de Rodolfo. Los que estaban allí se percataron de nuestra presencia y comenzaron a secretearse. Nos dispersamos al panteón para no levantar sospechas. No vimos a Fanny.

¿Y Cony?

“De ella sólo supimos que era amante del comandante René de León, del grupo de Antisecuestros de Torreón y quien estaba a cargo del caso de mi hija. Luego él desapareció tras haber sido capturado su “jefe” Enrique Ruiz Arévalo, secuestrado en mayo de 2007. Ya no supimos nada de él”.

¿Qué hay con la supuesta pista de que Stephanie estaba en Texas?

“En 2007 tuvimos una pista muy fuerte de su paradero. Alicia Elena Pérez Duarte, titular del Fevim, nos dijo que en Pharr, Texas, estaba mi hija y que había tenido un bebé, hijo de un líder, de un delincuente. Alicia no nos pudo acompañar, juntamos dinero y fuimos a Texas. Nos había dicho que era un sitio pequeño pero al llegar nos llevamos la sorpresa de que era un lugar con 46 mil habitantes. Luego nos enteramos que Alicia Pérez renunció a su cargo.

MUY PRETENDIDA

¿Cómo era la vida de Fanny?, ¿con quién se juntaba?

“Antes de comprar la casa en Quintas del Nazas, vivíamos en la Matamoros y Veintiocho. Ella desaparece en Matamoros y Veintiocho. Un año dos meses vivimos ahí, la molestaban como no te imaginas. Al grado de no querer ir ni a la tienda. ‘No me mandes a la tienda’, me decía. El camión lo tomábamos saliendo de la casa y era de que la tenía que acompañar a diario.

Compártanos una anécdota de Fanny

“Enfrente (de la casa) entrenaba el boxeador Marco Antonio “Veneno” Rubio y un día ella salió a tomar el camión, yo la esperé en la puerta de la casa para ver que se subiera y de pronto dejaron todos de entrenar y se pararon afuera, también “El Veneno”, quien estaba recargado y todos se quedaban viéndola. Y un muchacho le dijo: ‘¡Mamacita!’ Y no sé qué tanto. ¿Y sabes quién le paró el alto? ¡El Veneno!, le dijo, sabes qué, “a ella no”. A mí me dio risa porque yo lo escuché. Y ya cuando llegó mi “enana” a la casa le eché carrilla y le dio pena. ¡‘Ya mamá, déjeme’! ‘No me gusta salir por eso’, me decía.

Comenta que encontró un escrito en una de las libretas de Fanny días después de su desaparición.

Decía “estoy creciendo y no me gusta, estoy pasando a ser mujer y no me gusta”. Me imagino que lo escribía por todo lo que le decían, pretendientes tuvo muchos. Le lloraron mucho, le llevaban cosas, estaba más volada yo que ella. Recuerdo decirle, ‘mira te trajeron chocolates’ y ella respondía: ‘mira mamá, si tú los agarras les das entrada así que hazme un favor, regrésalos’”.

¿Ella salía con sus amigos?

“Sólo en pocas ocasiones y nos daba gusto. Había fiestas y le decía a sus hermanos que la llevaran y a las dos horas me decían, ‘no mamá, ten tu hija. No baila, nomás está sentada, ni bailar puedo por quedarme con ella’. Ésa es Silvia, ella no salía”.

¿Cómo era el barrio?

Un día, en la Veintisiete y Matamoros le dije que fuera a la tienda y llegó Israel, un amigo de mis hijos, y le pedí que la acompañara a la tienda, necesitaba leche. Israel es el chico al que el día que desapareció Fanny, le llevaba el discman.

De rato llega un niño a la casa corriendo y me dice que mi hija estaba llorando, yo salí corriendo y sólo veo la leche en el suelo y ella en un llanto y el amigo tirado en el piso, bañado en sangre. Fanny estaba en “shock”. El brazo se lo partieron a Israel en dos pedazos. Él me dijo que la empezaron a molestar, que les dijo que le bajaran y lo golpearon. Fue gente de ahí mismo, de la zona que se conoce como ‘El Ranchito’”.

¿Qué pasó después?

Nos cambiamos. Nadie había regresado a la Matamoros y Veintiocho, hasta la tarde del 5 de noviembre de 2004, cuando Fanny salió de la escuela y se dirigió a casa de Israel para entregar un discman, quien no estaba.

¿Usted ha vuelto al barrio?

“Casi a diario paso en el carro por ahí, y me estaciono en la casa que era de Nancy; me han llegado a dar las 12 imaginando los pasos que pudo haber dado mi hija hasta el momento en que se la llevaron. Pero regresaré siempre y cuando me muera, ya le dije a mi familia que van a dejar mis cenizas ahí. Les voy a poner gorro toda la vida. Le arruinaron la vida a ella y a nosotros.

“En un aniversario de su desaparición, tuve un arranque de desesperación. Me puse a pegar mantas y cartones y llegué a la Veintiocho y con un ladrillo les dejé un mensaje que decía ¡Tú sabes dónde está!, ¡Dilo!”

¿Ahora cómo se encuentra su familia?

“Mi esposo temeroso por lo que pueda pasar, por las declaraciones, miedo por mí y por mis hijos. Le digo, ‘mira a mí deja que me retraten todo lo que quieras, a mí me van a ver en el Facebook y en las fotos. Sólo me dice que no tomen fotos de la casa”.

NO ES FANNY LA DE LA FOTO

Luego de mostrar fotografías de su hija y el único retrato hablado que le ha mandado la PGR a Silvia a casi ocho años de su desaparición, viene la pregunta ¿es Fanny quien aparece con “El Lazca”?

“¿Por qué están sacando eso?

No, no y no. Yo nunca he asegurado que es, y si me preguntan, de manera fehaciente voy a decir que por la pura nariz descarto que sea mi hija, pero esto fue creciendo como bola de nieve y la situación ya no la pude detener.

“Los medios nacionales ya lo publican como la novia de “El Lazca”, cuando no se le han hecho pruebas periciales, no se han verificado y además ¿de dónde salió la foto? Ya lo están afirmando, se supone que el tipo no llevaba documentos, cómo sí traía la foto. A mí que eso me lo expliquen ¿sí?, ¿cómo es que sacan todo eso? Yo no lo he asegurado y ahorita no lo aseguro”.

¿Qué le diría si la estuviera leyendo?

“Lo que le puedo decir es que la estamos buscando, que la amamos, nos hace falta en la casa, que sus hermanos ya no soportan; su padre se está desgastando demasiado. Todos estos años estamos luchando por ella por el solo hecho de poder abrazarla, estar con ella, que regrese.