Hércules, Coah.- Los últimos 50 trabajadores que rehusaban reingresar a laborar a la Mina Unidad Hércules propiedad de AHMSA, tras el paro laboral que terminó el lunes anterior, aceptaron finalmente las utilidades de la empresa, además obtuvieron el pago total de salarios caídos y el compromiso de no represalias laborales.

Esos mineros dijeron que tenían información errónea, lo que provocó su inconformidad y retornaron inmediatamente a laborar y a través de la dirigencia de la Sección 265 a cargo del secretario general Pilar Sosa Ponce, solicitaron que la empresa considerara pagarles el salario tabulado por los días no trabajados, lo que se aceptó.

Se les explicó que de acuerdo a la declaración fiscal entregada al Sistema de Administración Tributaria (SAT) y conforme con lo que marca la Ley Federal del Trabajo, correspondía a cada trabajador una percepción de 4,500 pesos.

Asimismo, que por gestión de los dirigentes del Sindicato Democrático de Mineros y de varias secciones, la empresa accedió a no deducir de esa cantidad los impuestos de ley y a sumar una cantidad de 5,500 pesos en calidad de préstamo de largo plazo para no generar impuestos.

Con ello, se aseguró a cada trabajador de Minera del Norte un ingreso de 10 mil pesos libres. La empresa reiteró que la disposición al diálogo es permanente, pues pese a los vaivenes de los precios se busca no afectar a los obreros.

Paros de ‘Napo’, por negativa a extorsiones

Continúan los perjuicios y daños de Napoleón Gómez Urrutia a los mineros coahuilenses y ahora tocó el turno a los trabajadores de Mina La Encantada de la compañía canadiense First Majestic, adheridos a las secciones 312 y 321 del Sindicato Minero Democrático, a quienes desde Canadá indujo a un ilegal paro laboral por el tema de utilidades, hasta que fueron desalojados por Fuerza Coahuila.

Francisco Alvarado Villarreal, secretario de Asuntos Políticos de la Sección 288 del Sindicato Minero Democrático, agregó que despidos, cierres, ausentismo y desalojos como consecuencia de ilegales paros laborales, es el fruto que deja Gómez Urrutia a los trabajadores cuando los empresarios no acceden a sus extorsiones para continuar con su lujoso tren de vida en Vancouver, Canadá, y países europeos.