Guanajuato, México.- Las organizaciones criminales han dedicado gran parte de sus recursos para encontrar nuevas formas de mover su mercancía hacia territorio estadunidense. El uso de avionetas y submarinos evolucionó con la llegada de los narcotúneles, y otras formas creativas de contrabando hormiga.

Con el arribo de los drones, el negocio y sus estrategias de infundir miedo y demostrar poder ante las autoridades dan un giro de 360 grados.

Adquiridos primero a empresas con sede en Israel, los cárteles mexicanos han aprendido a construir y utilizar drones en sus operaciones, las cuales se tornan explosivas.

El cártel Jalisco Nueva Generación, reconocido por la DEA como el más grande y violento del mundo, les ha adherido una misión terrorista más allá del tráfico de enervantes.

Guanajuato, el comienzo

Durante la madrugada del sábado, elementos de la Policía Estatal de Guanajuato se sorprendieron al incautar, por primera vez, un dron con explosivos y equipado con un detonador de radiofrecuencia.

El hallazgo ocurrió durante el arresto de cuatro hombres presuntamente vinculados al crimen organizado, y quienes se trasladaban a bordo de un vehículo robado muy cerca del municipio de Salamanca, en una carretera que conecta con Michoacán, informó la Policía Federal desplegada en la zona.

Estos individuos “traían consigo un arma larga, (conocida como) cuerno de chivo, y también un dron (…) que se ha corroborado que es un artefacto explosivo con un detonador remoto y con una gran carga explosiva”, comentó el fiscal de Guanajuato, Carlos Zamarripa.

Según el funcionario, en otras ocasiones ya se han detectado artefactos explosivos de este tipo, pero nunca instalados sobre un dron.

“Tanto el explosivo como el arma son de uso exclusivo del Ejército, por lo que se hará lo necesario para que los acusados sean procesados en consecuencia”, comentó Zamarripa.

De su lado, las autoridades no han podido identificar el lugar en el que los criminales pretendían sobrevolar el aparato.

Estado que arde

Desde principios de año, los episodios de violencia ligados al crimen organizado se han multiplicado en Guanajuato.

La semana pasada, varios cuerpos aparecieron desmembrados en el municipio de Celaya, mientras que las autoridades arrestaron a numerosos cabecillas de bandas criminales.

Guanajuato es disputado, además del CJNG, por el cártel de Sinaloa y Los Zetas. Los dos últimos han aplicado tácticas de terror en contra de autoridades y sociedad civil en el pasado, con el empleo de coches bomba en ciudades como Ciudad Juárez, Chihuahua, y Nuevo Laredo, Tamaulipas.

‘Fuego contra fuego’

La Policía Federal adquirirá el próximo año 16 drones para que la división de Gendarmería vigile sitios de difícil acceso vulnerados por la delincuencia en zonas rurales o marginadas, principalmente en las fronteras norte y sur.

La intención es que estos drones, con autonomía de vuelo de hasta tres horas, permitan “garantizar la seguridad de la población y sus bienes en rutas de tránsito de insumos y mercancías”, así como en zonas de paso de migrantes, producción agrícola, pesquera y forestal.

El programa de inversión, reportado por la Secretaría de Gobernación, consiste en la “adquisición de drones para llevar a cabo las operaciones de identificación oportuna de delitos realizados en zonas de difícil acceso, principalmente en las fronteras norte y sur del país”.

Se prevé que estos equipos tengan una vida útil de seis años, durante los cuales sirvan como herramientas para llegar a zonas difíciles de transitar.

Momentos devastadores

En el pasado reciente, cárteles han operado coches bomba en ciudades del norte del país, en específico Ciudad Juárez y Nuevo Laredo, en su batalla contra las autoridades federales, por mantener el control de las plazas.

El 16 de julio de 2010, un coche bomba detonó en el Centro de Ciudad Juárez, en un ataque contra un convoy de la Policía Federal. Cinco años después, en el mismo mes de julio, fue desactivado un artefacto similar en dicha frontera.

Durante el primer semestre de 2012, dos coches bomba explotaron en Nuevo Laredo, uno de ellos frente a la Presidencia Municipal, dejando al menos 10 heridos.

Sacan ventaja

Cada vuelta exitosa recorrida por un dron para entregar droga de México hacia EU, puede llegar a tener una ganancia de 2 millones de dólares para el narcotraficante.

Sitios de ‘producción’

Tanto agencias mexicanas como de Estados Unidos tienen información que ubica a la Ciudad de México, Querétaro, Guadalajara y al estado de Nuevo León, como las entidades en donde con mayor frecuencia los cárteles han contratado a profesionistas por el doble o triple de su salario, que elabora en paralelo drones para esas organizaciones.

Sanciones para uso criminal

La senadora tricolor, Verónica Martínez, alertó en septiembre pasado en el Congreso de la Unión, sobre el uso de esta tecnología para cometer ilícitos.

La legisladora propuso imponer de cinco a ocho años de prisión, y de 400 a mil 500 días de multa, a aquellas personas que utilicen “drones” para transportar estupefacientes, sicotrópicos y demás sustancias o vegetales considerados como narcóticos.

Del mismo modo, sugirió que a las personas físicas o morales que usen esta tecnología para participar en delitos de delincuencia organizada, contra la salud, secuestro, extorsión o amenazas, se les impondrá una pena de entre seis meses a 12 años, y de 400 a mil 200 días de multa.

Otras variantes

La diversificación de los drones en la delincuencia organizada, les otorga una ventaja con relación a las autoridades.

» Son empleados para transportar tarjetas SIM, armas, drogas y pornografía a las cárceles.

» Las organizaciones criminales los usan para recopilar información sobre los blancos de secuestros, así como para monitorear operaciones policiales.

» Se han convertido en las “mulas” ideales para el tráfico de estupefacientes, pero también para transportar el dinero producto de la venta de los mismos, evitando el lavado.