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No se confíe, y ahora… hijos ‘bullies’

Por Revista Saltillo

Publicado el jueves, 15 de diciembre del 2011 a las 00:54


Quizá el dicho “Cría cuervos y te sacarán los ojos” podría explicar por qué 40% de los padres se sienten agredidos por sus hijos

Saltillo, Coah.- Quizá el dicho “Cría cuervos y te sacarán los ojos” podría explicar por qué 40% de los padres en el Distrito Federal se sienten agredidos por sus hijos, según una encuesta realizada por “Reforma”. Expertos coinciden en que esto se debe a que los primeros no han sabido encaminar la agresión natural de los segundos, así como tampoco establecer límites.

Para los especialistas, los hijos también pueden ser agresivos con sus padres porque imitan su propia conducta o porque impera un clima de violencia en el seno familiar.

Luis Adrián Aldrete Quiñones, presidente del Instituto de la Familia, indica que en todo núcleo aparecen dos grandes fuerzas: la agresión y el amor, el problema es que hay padres que no tienen la capacidad de frenar la primera.

“Hay papás que no tienen capacidad de contener o neutralizar la agresión de sus hijos e incluso de lograr que se encamine a conductas favorables y aspectos creativos”, precisa el también académico de la Universidad Pedagógica Nacional.

Asegura que hay papás que no sólo no saben contener esta agresión, sino que incluso son motor de la misma, pues los hijos que viven en una familia donde no se contiene o no se redirecciona, se sienten en una situación caótica.

“Estos hijos en ocasiones piden a gritos, lo cual se refleja en eventos muy tristes, que el padre o la madre, o los dos, los contengan. De hecho, aunque los adolescentes digan que les molesta, internamente les agrada saberse contenidos y cuidados por los padres. Cuando esto no sucede pueden comportarse de forma muy lamentable”, alerta.

Ante el rechazo

Aldrete Quiñones explica que aunque parezca simple y superficial esta contención existe cuando en la familia predomina el afecto, el amor, una madre o un padre que de verdad quieran y pretenda cuidar a sus hijos.

“A veces no es así. En ocasiones, por poner un ejemplo, los padres son papás de una persona que llegó en un momento que no lo deseaban, en situaciones muy difíciles y aunque oficialmente se supone que deben quererlo, en lo más profundo lo rechazan y los hijos lo sienten.

“Cuando un pequeño se sabe o se siente rechazado y no hay una figura que lo rescate reproducirá lo que recibe, y si esto es agresión, tarde o temprano la devolverá hacia el exterior”, advierte el experto.

Explica que muchas veces no es que los papás no quieran a los hijos, sino que simplemente tienen una incapacidad severa afectiva. Estos hijos crecen con mucho resentimiento y después se convierte en reclamo.

“Así que les están reclamando más que agrediendo”, precisa.

El especialista menciona que la agresión de los padres hacia los hijos muchas veces no es explícita, pero el sólo hecho de no cuidarlos, de no estar al pendiente de su proceso de desarrollo y crecimiento es en sí una agresión.

Climaviolento

Por su parte, Ilán Lobatón, especialista de la Sociedad Psicoanalítica de México, indica que la agresión que manifiestan los hijos hacia los padres puede representar la manera en que expresan sentimientos que no saben mostrar de otra forma, como tristeza o enojo. También es síntoma de ansiedad, que puede tener que ver con alguna pérdida o angustia.

“El agresor lo que hace es descargar una frustración e impotencia”, comenta.

Lobatón señala que también pueden ser conductas aprendidas de los padres. “Es posible que estén repitiendo las conductas agresivas de una papá hacia el otro”, menciona.

De acuerdo con el psicoanalista, también tiene que ver con la falta de límites. “Hay papás que han sido incapaces de poner límites y los hijos los necesitan, tienen que aprender que su manera de actuar tiene consecuencias. No se trata de que los papás sean rígidos, sino firmes y consistentes.

“Tampoco necesitan ser autoritarios, pueden ser muy amorosos, muy sensibles y empáticos con los hijos y poner límites”, aclara.

Señala que los límites cumplen una función social importante. “Es la manera de aprender a llevarse bien los unos con los otros”, indica.

Los especialistas coinciden en que ante el panorama de agresión por parte de los hijos, los papás deben buscar ayuda terapéutica no sólo para sus hijos, sino también para ellos.

“Éste es un acto de afecto, un acto de amor, de querer cuidar a un hijo”, concluye Aldrete Quiñones.

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