Monterrey, NL.- En el gabinete del Gobierno de Nuevo León hay un gobernador electo, pero es otro el que está en funciones.

Para los ciudadanos, el rostro que dirige los destinos del estado es el de Rodrigo Medina de la Cruz; para la clase política y también para la clase empresarial, está claro que quien opera este gobierno se llama Humberto Medina Ainslie.

El papá del cuestionado Gobernador de Nuevo León está convertido en el poder tras el trono, dominando todo, desde la chequera estatal hasta la asignación de la obra pública.

De hecho, son políticos incondicionales a papá Medina los que controlan la administración de las principales carteras estatales, desde Tesorería y Obras Públicas, pasando por Seguridad, Desarrollo Social y Comunicaciones.

Y el delicado asunto ya pasó de ser un secreto a voces para convertirse en un asunto de Estado, en un tema que está no sólo en la mesa política local, sino también en la nacional.

En lo local, porque los pobres resultados de gobierno son atribuidos lo mismo a la inexperiencia de Rodrigo Medina, como a los dudosos negocios que hace el papá al amparo del poder de su hijo.

El tema del llamado “Papá incómodo” está en la agenda y en las preocupaciones de los principales empresarios de Monterrey, algunos de los cuales ya han estado en la mira de las ambiciones del padre del gobernador Rodrigo Medina.

Tan escandalosos son los negocios que maneja Humberto Medina Ainslie, que sus repercusiones sobre la debilidad del gobierno de su hijo se debaten lo mismo en el seno del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, que en la residencia oficial de Los Pinos.

Y los señalamientos van desde la toma de decisiones políticas clave, que el papá le arrebata a un hijo, que busca con desesperación rectificar el rumbo, hasta jugosos negocios en la asignación de obras o el cobro de comisiones a proveedores estatales por el pronto pago de sus facturas.

De hecho, el delicado papel de papá Medina en las decisiones de gobierno, es la causa por la que Rodrigo Medina no ha podido concretar el reforzamiento del primer nivel de su gobierno, que incluiría una nueva figura en la Secretaría de Gobierno.

Y es que, hasta ahora, casi todos los prospectos a quienes se han acercado el gobernador y otras figuras del priísmo nacional, para proponerles ocupar la silla que hoy tiene Javier Treviño, rechazan la oferta con el argumento, de que nada tienen que hacer en un gobierno que es manejado desde las sombras por el papá del Gobernador.

Sobre todo, porque las dos áreas críticas en el manejo de los recursos públicos, recaen no en los personajes que formalmente ocupan los cargos y que designó su hijo, sino en operadores formales de Humberto Medina Ainslie.

Para nadie es un secreto que aunque el secretario de Finanzas es Othón Ruiz Montemayor, quien opera y dice la última palabra es el subsecretario de Egresos Francisco Valenzuela.

Como tampoco es ajeno a los constructores, que aunque sea Luis Marroquín el secretario de Obras Públicas, el operador en estos terrenos, el que actúa por instrucciones del papá del Gobernador es Gustavo Cavazos. Ambos integrantes del ya bautizado “Grupo Allende”.

De sobra es conocido que el epicentro del poder en Nuevo León ya no está ubicado en el Palacio de Gobierno, donde despacha el gobernador formal Rodrigo Medina.

El nuevo domicilio donde se toman las decisiones clave del estado, se ubica en las oficinas de la Notaría Pública 18, de Humberto Medina Ainslie, en la calle Mississippi número 51, en la colonia Del Valle, de San Pedro.

Es la misma notaría que el papá del Gobernador pudo abrir gracias a que su amigo, el entonces mandatario Natividad González Parás, se la otorgó unas semanas antes de entregar el poder a su hijo Rodrigo Medina.

La distinción de la franquicia notarial asignada en septiembre de 2009, sólo fue concedida a Humberto Medina Ainslie y Luis Carlos Treviño Berchelmann, director Jurídico y procurador de Justicia, respectivamente, en el gobierno de González Parás.

Por eso los focos rojos están encendidos en las cúpulas políticas y empresariales de Nuevo León, y también en los altos mandos del PRI nacional, en los cuarteles de la precampaña de Enrique Peña Nieto y en la residencia oficial de Los Pinos.

Porque el asunto ya es insostenible y su desenlace podría tener serias repercusiones, y no sólo para la recuperación de un Nuevo León postrado por la inseguridad y la ineficiencia del gobierno.

El gobierno a trasmano de Humberto Medina Ainslie podría colocar en un serio predicamento a un PRI nacional y a un precandidato como Enrique Peña Nieto, que ven a Nuevo León como uno de sus bastiones clave para el 2012.

PAPÁ LA QUERÍA; EL HIJO LO LOGRÓ

La ambición de poder y negocios de Humberto Medina Ainslie, puede tener un claro origen en los logros de su hijo.

Y es que Rodrigo Medina alcanzó dos cargos que su padre nunca pudo tener, aunque estuvo cerca de ostentarlos en Coahuila y Nuevo León.

Porque en su natal Coahuila, papá Medina tuvo la oportunidad de llegar muy lejos en su carrera política en 1994, cuando era procurador del Estado y amigo personal del entonces gobernador Rogelio Montemayor Seguy.

En ese entonces, Humberto Medina Ainslie acariciaba el poder con una imagen que hasta entonces mantenía de intachable y con una posición personal muy cimentada en su amigo el gobernador.

Sin embargo, el procurador con futuro enfrentó un problema de dimensiones nacionales. Y es que se vio obligado a dejar su cargo y su estado natal, Coahuila, luego de una denuncia penal que le costaría muy cara.

Una querella que presentó la Procuraduría General de la República, por el presunto robo de equipo de terapia y enfermería que estaba confiscado en patios aduaneros y que era responsabilidad de la Secretaría de Hacienda.

Según difundiría más tarde el gobierno de Rogelio Montemayor Seguy, ese equipo estaba destinado al DIF de Coahuila, y ahí fue a parar.

Sin embargo, nunca se aclaró por qué Humberto Medina Ainslie y un fiscal del fuero común presuntamente ingresaron a los patios de la aduana y se llevaron la mercancía mediante el uso de fuerza.

Esa denuncia lo obligó primero a renunciar a su cargo de procurador y después a salir de Coahuila, cuando tuvo que solicitar un amparo contra una orden de aprehensión federal.

Y más tarde, luego de un proceso penal de unos 10 años, le costó en Nuevo León llegar a ocupar la Secretaría de Gobierno con su amigo Natividad González Parás.

Pero si papá no lo consiguió, su hijo Rodrigo Medina sí alcanzó la oficina más importante del gabinete estatal. Lo hizo cuando Rogelio Cerda renunció ante la primera cresta de la violencia desatada por el crimen organizado.

Papá Medina debió conformarse con ser el asesor jurídico de Natividad González Parás, de actuar tras las cámaras y los reflectores, mientras su hijo llegó en 2007 a ser el secretario de Gobierno.

Quizás por ello, Medina Ainslie empezó a sentir las mieles del poder tras el trono, a la sombra de su hijo.

Además de gozar de un poder transexenal, porque este año, papá Medina cumple ocho años de operar como asesor jurídico y mandamás de los administradores del gabinete.

Por ello, es que el padre de Rodrigo Medina creó toda una red de incondicionales, de enlaces y de operadores, que no solamente agobian al gabinete, sino a su propio hijo.

Y a la vez abruman a la ciudadanía de Nuevo León, porque en este momento histórico de inseguridad que vive el estado, la operación coordinada del aparato de gobierno es lo mínimo que pueden reclamar los neoloneses.

UN SUBTESORERO CON VARITA MÁGICA

Aunque Othón Ruiz Montemayor es el secretario de Finanzas y Tesorería de Nuevo León, existe un hombre ubicado estratégicamente, para que el dinero público fluya a la velocidad convenida con los proveedores.

Se trata de Francisco Valenzuela, subsecretario de Egresos, quien tiene una larga trayectoria bajo las órdenes de Rodrigo Medina, pero siempre recomendado e incondicional de Humberto Medina Ainslie.

Y al igual que otros operadores de papá Medina, está precisamente en el cargo de donde sale el dinero. Controlando la chequera.

A Othón Ruiz le corresponde dar la cara por el Gobierno estatal. Anunciar, por ejemplo, las renegociaciones de la onerosa deuda o que, por los excesivos compromisos heredados del gobierno de Natividad González Parás, la tenencia no desaparecerá en 2012, como ya se había prometido.

A Francisco Valenzuela, en cambio, le corresponde tener la varita que operada de la mano de papá Medina, agiliza el cobro de facturas como por arte de magia.

Si un proveedor de computadoras, de papelería o de cualquier rubro quiere cobrar su cheque a tiempo, será mejor que primero conozca a papá Medina, para que se giren las instrucciones pertinentes a la Subsecretaría de Egresos.

POR SUS OBRAS LOS CONOCERÉIS

Luis Gerardo Marroquín Salazar, el secretario de Obras Públicas, es un hombre que ocupa ese cargo gracias a papá Medina, que arropa bajo su tutela al llamado Grupo Allende.

Ésta es quizás la primera vez que un hombre, que nada tiene que ver con la construcción, es el titular de Obras Públicas en Nuevo León.

Porque Luis Marroquín es un ingeniero, sí, pero agrónomo zootecnista. Sabe más de vacas o de leguminosas que de cimientos y columnas.

Agradecido con Humberto Medina Ainslie por la confianza en el cargo, obedece a sus intereses. Es un secretario cómodo, para firmar los contratos de obra pública con empresas que primero tienen que pasar por el visto bueno de la oficina de Mississippi 51, la Notaría Pública 18, localizada en la colonia Del Valle.

Inicialmente, para entrar a una licitación con aspiraciones de ganarla o con la seguridad de hacerlo, las constructoras tienen que acudir con papá Medina.

Incluso, antes de hablar de presupuestos con Humberto Medina Ainslie, primero tienen que acercarse al operador del papá del Gobernador, que administra los negocios en esta área de la obra pública.

Quienes pretenden ser proveedores deben hacer antesala con Gustavo “El Güero” Cavazos, un constructor que es el hombre de todas las confianzas de papá Medina.

Y es que de temperamento belicoso, un tanto nervioso y apresurado en sus negocios, el papá del Gobernador cuenta con la eficacia de “El Güero” Cavazos, para aligerar cualquier negociación con los constructores ansiosos de tener contratos de obra pública.

La historia de este operador de papá Medina tiene su origen en un vuelo a la Ciudad de México.

Un día, Cavazos coincidió con políticos nuevoleoneses en un vuelo a la Ciudad de México. Ahí, “El Güero” utilizó sus habilidades para relacionarse con la gente.

Cada vez que tenía oportunidad, Gustavo Cavazos aprovechaba para ver a integrantes del gabinete, para saludarlos y ponerse a su disposición para cualquier tipo de negocio.

De esa forma, “El Güero” se ganó la confianza de algunos políticos del gabinete, quienes tratando de conseguirle al papá del Gobernador un enlace, un operador dispuesto a todo y a guardar silencio, se lo presentaron.

Fue así como Humberto Medina Ainslie llegó a tener un operador que conocía a la gente, que era parte del grupo de constructores de Allende, y que estaba dispuesto a operar desde afuera del Gobierno lo que se le pidiera.

“El Güero” terminó convertido en el operador para que Humberto Medina Ainslie, antes de hacer una licitación de obra pública, fuera el hombre que palomeara a las constructoras de mediana dimensión o reciente creación.

Y también el operador que manejó los porcentajes para definir qué empresa sería la agraciada para construir ciertas obras públicas. Sobre todo en los meses recientes, cuando se asignaron de manera directa las obras de reconstrucción por el huracán “Alex”.

El mapa de negocios incluía a compañías que no figuraban en el padrón de constructores tradicionales y que empezaron a aparecer de la mano de “El Güero”.

Esto se vio reflejado en las recientes asignaciones de las obras de reconstrucción por el huracán “Alex”, que están siendo severamente cuestionadas por empresarios de Nuevo León que ven el surgimiento de nuevas “constructoras favoritas”.

Quizás por eso el tema ya fue abordado ante el presidente Felipe Calderón. Y quizás por ello también fue planteado a distintos personajes de la cúpula nacional del PRI.

Porque las operaciones de papá Medina son tan obvias, que constituyen la más seria amenaza a la de por sí deteriorada imagen del gobierno de su hijo.

Y como Rodrigo Medina es pieza clave del rompecabezas político de Enrique Peña Nieto para la campaña presidencial del 2012, el riesgo de que el caso de papá Medina termine en escándalo es muy elevado.

LAS REDES DEL COAHUILENSE

FRANCISCO VALENZUELA SUBSECRETARIO DE EGRESOS

Es el tesorero de facto. Recibe las instrucciones de papá Medina sobre a qué proveedores se les debe acelerar el pago de sus facturas.

GUSTAVO CAVAZOS CONSTRUCTOR Y OPERADOR DEL ‘GRUPO ALLENDE’

Aunque no tiene cargo formal dentro del Gobierno estatal, los concursos y las asignaciones de la obra pública pasan por “El Güero”, el jefe más visible del llamado “Grupo Allende”.

LUIS MARROQUÍN SECRETARIO DE OBRAS PÚBLICAS

Para reemplazar a Lombardo Guajardo buscaron a un ingeniero… y lo encontraron en un joven agrónomo que fue un exitoso alcalde de Allende que opera bajo las instrucciones de Gustavo Cavazos.

JOSÉ LUIS MONROY DIRECTOR DE ADMINISTRACIÓN DE AGUA Y DRENAJE

Uno de los negocios más codiciados del Gobierno estatal es Agua y Drenaje. Su director formal es Emilio Rangel, pero el que opera las decisiones y los intereses de papá Medina es este administrador que negocia los más jugosos contratos.

ALBERTO RHODES DIRECCIÓN DE ADMINISTRACIÓN DE LA SECRETARÍA DE SALUD

Solía ser el administrador de Comunicación Social pero fue enviado por papá Medina a administrar la chequera de la Secretaría de Salud. Su relación con la poderosa área de Comunicación se mantiene a través de Gina Ramos.

GINA RAMOS ÁBREGO COORDINADORA DE PRENSA

Es la coordinadora de Prensa que operó la caída de Cynthia Yáñez, quien venía de ser operadora del alcalde panista Adalberto Madero y a pesar de ganarse la confianza de Rodrigo Medina no sobrevivió en el cargo.

ENRIQUE LAVIADA COORDINADOR GENERAL DE COMUNICACIÓN

Promovido por el llamado Grupo Zacatecas, que maneja intereses de constructores de aquella entidad en Nuevo León, se inició como asesor de imagen. A la salida de Cynthia Yañez y de la mano de Gina Ramos se hizo de la Dirección de Comunicación Social.TITO GARCÍA HEBERT

DIRECTOR DE OPERACIÓN ADMINISTRATIVA DE LA OFICIALÍA MAYOR

Viene de operar como subdirector de Egresos de Monterrey, director de la Feria de Monterrey, de Finanzas del ISSSTE León y de Seguridad Pública Estatal. Hoy es el administrador de los amplios presupuestos de la Secretaría de Desarrollo Social.

RODRIGO MONTALVO DIRECTOR GENERAL DE ADMINISTRACIÓN DE SEGURIDAD PÚBLICA

Desde que era subsecretario de Gobierno, Rodrigo Medina lo hizo su compadre. Pero la bendición de papá Medina es la que lo tiene como administrador de los presupuestos de la Secretaría de Seguridad Pública. Ni los cambios constantes de secretario lo mueven.

RAMIRO MONTALVO DIRECTOR DE ADMINISTRACIÓN DEL COCE

De manejar los dineros de Seguridad Pública, papá Medina lo mandó a manejar la Dirección de Administración y Finanzas del Comité de Construcción de Escuelas.

ROSALVA LLANES COORDINADORA DE RELACIONES PÚBLICAS INTERINSTITUCIONALES

A pesar de que depende de Carlos Almada, la encargada de Relaciones Públicas Institucionales tiene el padrinazgo de papá Medina para operar los presupuestos de eventos y logística del Gobierno estatal, con los que favorece a cuatro empresas privadas favoritas.

ÁLVARO IBARRA PRESIDENTE DEL CDE DEL PRI

Manejó el Registro Civil cuando Rodrigo Medina era secretario de Gobierno y al arranque del gabinete fue el Secretario del Trabajo. Pero ahora como Presidente Estatal del PRI obedece las instrucciones de papá Medina.