Saltillo, Coahuila.- La irreverencia, la banalidad y la intrascendencia son los temas que reflejan la decadencia de un país como el nuestro, que poco a poco se cae a pedazos, tópicos que el poeta José Eugenio Sánchez trata en su libro La Felicidad es una Pistola Caliente (Almadía, 2017), que se presentó en la Feria del Libro Universitario de Monterrey, UANLeer.

“Este libro es una reedición, lo publiqué por primera vez en Madrid en el 2004 en la colección Visor de Poesía y esta es la primera edición aquí, en el continente americano y en México. Le incluí dos poemas que escribí en aquella época y que no los había editado. El libro está dividido en tres apartados: Cool, Earthen y Bungaló”, dijo el autor en entrevista con Zócalo.

FRIVOLIDAD FILOSÓFICA

La división obedece a temas que el autor quería tratar en su estilo poético. Desde una visión profunda a través de los aspectos superficiales de la vida, hasta preguntarse qué nos hace quiénes somos, como también un repaso al México en forma de parodia.

“El primer apartado, Cool, habla a partir del lenguaje, la frivolidad y de elementos muy inmediatos, como el futbol, la pobreza, la violencia, el panorama de la ciudad, los eventos sociales y la devastación de la naturaleza, intenta a partir de estos temas frívolos, llegar a temas muy profundos y filosóficos.

“La segunda parte, Earthen es una interpretación del Yo. O sea, somos los que somos, pero a lo mejor si ganamos algún poder, y aunque seamos las mismas personas, ya no signifiquemos lo mismo para el resto.

“La tercera parte llamada Bungaló, es una parodia del México revolucionario y postrevolucionario, ya que vivimos en una fantasía sobre la revolución o que tal vez nunca sucedió tal cosa o que vivimos en ese impasse de que la revolución es una farsa”, explicó Sánchez.

SIN SERIEDAD

La poesía de Sánchez opta por ser divertida y jugar con elementos de la cultura pop, creando una mezcla fresca, a la que el pensamiento poético mexicano no está muy acostumbrado, pues siempre ha sido cuna de poetas más intelectuales y serios.

“México es un país muy serio, poéticamente hablando, o sea, tenemos una tradición de la picardía, la ironía y el humor, pero siempre ha sido una manifestación de lo que nunca ha sido la literatura preponderante. Siempre hemos abogado más por una literatura seria como la de Paz o José Gorostiza.

“Ahí creo que lo que representó mi poesía en el momento en que salió y lo que representó para la generación posterior fue como permitirse un poco más la relajación de no trascender; el representar los eventos cotidianos sin la intención de ser estrictamente literatura, bajarle la grandilocuencia. Ese es el único sentido que le encuentro”, declaró el poeta.

Sánchez también opina que la literatura de México está en una evolución y en acercamiento a la literatura que proviene de la baja cultura, que es, al día de hoy, la mejor representante de la identidad del país que habitamos.

“Eso que llegó a llamarse en algún momento ‘baja literatura’, es más representativa del México que mucha de la que se atesoró y se premió y se guardó y se puso en bibliotecas. Mucha de ella ha pasado al olvido precisamente por su seriedad y su grandilocuencia”, dijo.

POESÍA Y FACEBOOK

Aunque Sánchez aboga por una poesía cercana más al punk rock que a Octavio Paz, también sabe que hay que aprender el oficio, y cree que las redes sociales son armas de dos filos para la poesía.

“(Las redes) benefician y afectan. Por ejemplo, en los aspectos negativos se nota una enorme falta de cultura, de conocimiento, desconocimiento del lenguaje y de la ortografía y eso a final de cuentas afecta. Porque aunque digas que eres muy punk y te quieres rebelar, primero tienes que conocer para rebelarte.

“En el aspecto positivo es que también se necesita de inteligencia. Antes la literatura se escondía en la grandilocuencia, en la erudición y en la onda culterana para mantenerse. Ahora no, ahora el lenguaje necesita sorprender y ahí es donde se parten la madre”, finalizó.