España.- La Policía de Pamplona se ha llevado una sorpresa en los encierros por las fiestas de San Fermín de este año al encontrar una mujer a la que le faltaba muy poco para dar a luz dispuesta a correr junto a los toros. Ha sido la primera vez que aborda una situación así. Sin embargo, bastó con que los agentes le explicaran el riesgo que estaba corriendo ella y su futuro hijo, para que por sí misma decidiera salir del itinerario de la carrera y conformarse con ver los toros desde la barrera.

Ocurrió el pasado viernes 7 de julio, en el primer encierro. La mujer, que no conocía al detalle la fiesta y estaba embarazada de ocho meses, se disponía a correr el tramo entre Santo Domingo y la plaza del Ayuntamiento, según publicó el diario local Orain Navarra. Los policías que hacen controles habituales para detectar a personas que no están en condiciones de correr se dieron cuenta de su avanzado estado de gestación y decidieron hablar con ella.

En realidad, no hay ninguna norma que prohíba específicamente que participe una embarazada, ha explicado el portavoz de la Policía Municipal de Pamplona, Jesús Bariain. La ordenanza de los encierros sí prohíbe otras situaciones: que la persona esté alcoholizada o bajo efectos de alguna droga, que lleve chanclas en lugar de un calzado adecuado, por ejemplo. En esos casos sí se le obliga a salir de las calles cerradas para el recorrido de los toros.

Todo fue un malentendido, según Bariain, que ha reconocido que nunca antes se habían encontrado con una mujer con un embarazo tan avanzado dispuesta a correr. “Ella no era consciente del peligro. Decía simplemente: ‘vine a la fiesta y estoy aquí’. Desconocía el funcionamiento del encierro. Simplemente se le explicó, y lógicamente salió del recorrido”, ha detallado. La policía no ha registrado los datos de edad o nacionalidad de la chica porque no cometió ninguna falta.

Las fiestas de San Fermín convocan cada año a más de un millón de visitantes de toda España y el resto del mundo. Muchos de ellos, llegan sin saber que el encierro se trata de un recorrido de 875 metros por el que corren seis toros salvajes y seis cabestros en entre dos y tres minutos. Una carrera que suele dejar a varios participantes en el suelo, otros con contusiones y algunos corneados. Tres, específicamente, el día que la mujer embarazada quiso correr.