Honduras.- El hijo de Alfredo Villatoro, el periodista asesinado en Honduras, clamó por justicia en el multitudinario velorio. El programa de radio, que el reportero animaba cada mañana, salió al aire el día que encontraron su cadáver

“¡Me lo mataron! ¡Ay, Dios mío, jamás pensé que iba a enterrar a Alfredo, a mi Villatoro! ¿Qué haré ahora sin él?”, gritaba desconsoladamente sobre el féretro Karla Fonseca, esposa del periodista radial ejecutado. Su cuerpo apareció el martes 15 de mayo por la noche en plena capital. El periodista habría recibido dos disparos en la cabeza y fue encontrado vistiendo un uniforme de los “cobras”, cuerpo de élite de la policía de Honduras, y una venda roja que le tapaba la cara. Las autoridades investigan la pista narco para dar con los responsables.

“Mataron a mi papá. ¿Por qué? Si no le hacía daño a nadie. Estaba tan joven. Solo tenía 46 años y le quitaron la oportunidad de cumplir sus proyectos”, clamaba Karlo André, hijo del reportero durante el velorio de su padre.

En el lugar había muchos colegas, personalidades políticas, amigos y también estaba Eva Rivera, madre de Alfredo, que, para mitigar el dolor, contaba todas las anécdotas que recordaba de su hijo. “Desde los tres años quería ser periodista y locutor. Siempre fue tan recto. No tiene idea de qué hijo tan bello me regaló Dios”, narró con voz entrecortada. “Será difícil no volver a escuchar a mi hijo, que me llamaba ‘mamita'”, agregó.

La voz de Honduras se quebró

El miércoles 16, el noticiero radial El Matutino, en la emisora HRN de Honduras, salió al aire con la peor noticia: habían encontrado los restos de su popular conductor. De lado dejaron las clásicas rancheras y dio lugar a la marcha fúnebre de Chopin.

“Han desmembrado el cuerpo de la noticia de la principal casa de radio de Honduras y de Centroamérica. Nos han quitado una vida, nos han acallado una voz, han silenciado a uno de los miembros de la prensa nacional, le han quitado la vida a un amigo, a un colega, a un hombre de lucha, a un trabajador, a un buen padre de familia, a un buen esposo”, dijo el periodista Rómulo Matamoros para abrir El Matutino. “Se nos ha ido Ángel Alfredo Villatoro Rivera, un hombre de radio, un hombre de Dios, un hombre de pueblo, un hombre de Honduras”, afirmó con la voz quebrada.

El mensaje de dolor, intercalado con cánticos religiosos, continuó: “Esta voz no se escuchará para siempre en esta casa de radio, en esta cabina, pero estamos seguros de que ustedes, que nos escuchan en cualquier parte del país, en distintos partes del mundo, la dejarán grabada, la mantendrán en sus corazones, para que esto cree nuevas generaciones en el país, para que el periodismo tome su bandera de lucha y, al igual que Alfredo, se le siga llamando pan al pan y vino al vino”.

El promedio de muertes violentas desde que Porfirio Lobo asumió la presidencia (en enero de 2010) es de 558,17 mensuales, equivalente a 19 víctimas diarias. La Organización Mundial de la Salud elaboró una lista con la tasa promedio de homicidios a nivel mundial, que es de 8,8 por cada 100 mil habitantes. Ese ranking está encabezado por Honduras, con la tasa de homicidios más alta del mundo, 86,5 muertes cada 100 mil habitantes. El país está sitiado por violentas pandillas juveniles, el narcotráfico internacional y altos niveles de impunidad.

En este país azotado por la violencia del crimen organizado, los periodistas han sufrido innumerables ataques en los casi tres años transcurridos desde el golpe de Estado de junio de 2009, y en 19 casos terminaron en homicidios, todos impunes.