Hermosillo, Son.- Los sacrificios rituales a la Santa Muerte que practicaba una familia de Nacozari, Sonora, donde asesinaron a dos menores y a una mujer, eran presenciados por los niños de la familia, quienes están ya al resguardo del Estado.

El DIF estatal custodia a una niña de 1 año, un niño de 2, y otro de 5, quien había presenciado el último ritual a finales de marzo, donde degollaron a un menor de 10 años.

Además, en el Instituto de Tratamiento y Aplicación de Medidas para Adolescentes (ITAMA), tienen a una joven de 15 años, quien desde niña participaba en el culto a la Santa Muerte y para quien, resulta “normal” esa forma de práctica religiosa de su familia.

Ernesto Munro Palacio, Secretario de Seguridad Pública, informó que la joven de 15 años se encuentra en buen estado, es una adolescente como cualquier otra, sólo que participaba en sacrificios humanos y los consideraba normales.

“El informe que tenemos es que para la niña no era algo malo lo que estaban haciendo, porque ella desde niña, desde más chiquita le tocó ver ese tipo de prácticas en la familia y ella no veía ninguna maldad, creía que era algo normal, que así era; obviamente le están haciendo ver que no”, informó Munro Palacio.

“Le van a dar por bastante tiempo terapia sicológicas y sobre todo educación en el sentido en que las acciones que realizaba su familia estaban equivocadas y fuera de la ley, ella no sabía que estaba haciendo algo tan grave”.

Francisco Javier Gómez Izaguirre, Procurador de la Familia y el Menor, informó que el DIF cuida a tres menores de esa familia, uno de los cuales, de 5 años, habría participado en el culto.

“De acuerdo con la experiencia y la opinión de los peritos, cuando son chiquitos como de 1 ó 2 años no hay daño, pero cuando un menor de 4 ó 5 años que alcanza a comprender el hecho sí existe una afectación y se inició con un procedimiento, se les está dando asistencia en psicología y psiquiatría”,
explicó.

“Se parte del supuesto de que uno de los niños realmente presenció el hecho delictivo”.

La semana pasada, la Procuraduría aseguró a ocho miembros de una familia que entre diciembre del 2009 y marzo del 2012 asesinó a dos niños de 10 años y a una mujer adulta durante rituales para pedir protección, salud y dinero a la Santa Muerte.

Tras ser detenidos, los responsables de la muerte de Cleotilde Romero Pacheco, de 44 años; Martín Ríos Chaparro y Jesús Octavio Martínez Yáñez, ambos de 10 años, declararon que realizaban ritos con sacrificios humanos.

La PGJ recuperó los cadáveres de las tres víctimas en un radio de 100 metros en el extremo norte de la población de Nacozari.