Coahuila
Por Berenice Silvia
Publicado el viernes, 17 de octubre del 2008 a las 13:55
Monclova, Coah.- Para muchos parece mentira en pleno siglo XXI, sin embargo para quienes fueron testigos de la muerte de algunas personas perseguidas por una maldición y el lamento de seres que ya no tienen vida, aún son escuchados por los habitantes del ejido Primero de Mayo, una hacienda maldita que ahora sólo son ruinas e intentos voraces por encontrar dinero enterrado en esa vieja hacienda que sólo los ha llevado a la muerte.
Alejandro Gallegos Espinoza de 75 años de edad, quien vive en la comunidad rural, relató la escalofriante historia de la hacienda propiedad de Miguel Sánchez Navarro, quien fue despojado de sus tierras por los campesinos.
Aún recuerda cuando era niño, llegó a los siete años al ejido junto con sus padres Rumualdo Gallegos, quien llegó a trabajar al lugar, era un pueblo tranquilo, luego se empezaron a escuchar lamentos severos y poco a poco fueron falleciendo personas que por ambición intentaron sacar el dinero y ladrillos de oro que escondieron los antepasados.
En la hacienda trabajaban ejidatarios, las familias dependían de esta fuente de empleo, pero eran maltratados por mayordomos que los hacían laborar por largas jornadas.
Era un lugar grande, sus puertas de madera gruesa y unas trabas gruesas que luego fueron destruidas, el dueño era Miguel Sánchez, expresó.
Era la casa grande, ahora sólo quedan algunas columnas de lo que fue en sus buenos tiempos, el trato a los empleados era malo, como no había instituciones bancarias como ahora, las personas tenían que esconder su dinero bajo la tierra para que no se los robaran.
Luego los campesinos se levantaron en armas, por mucho tiempo soportaron el maltrato y las largas jornadas de trabajo sin remuneración.
Lograron despojar al terrateniente de sus propiedades, y por fin los campesinos obtuvieron agua suficiente para mantenerse del campo, sin embargo aquel tesoro que por mucho tiempo guardaron, se quedó enterrado en la hacienda, muchos de ellos murieron en la lucha por su liberación.
Al paso del tiempo, Don Alejandro expresó que se siguen escuchando voces, se siente la presencia de los seres que ya no existen, “yo fui testigo de todo, a penas era un niño pero lo viví”, fue así como algunas personas decidieron buscar el dinero escondido en la hacienda, se suponía que era mucho, algunos nunca lo lograron pero aunque parece imposible otros sí, pero a la vez encontraron su muerte, ganaron dinero pero perdieron la vida.
Recordó a Andrés Amaya del ejido Lampacitos de Abajo, quien sacó dinero de la hacienda, aún no se sabe cuánto, pero a los 4 meses falleció, creen que fue la maldición de quienes lo enterraron que si alguien llegaba a tomar el dinero sería perseguido hasta morir.
“Sólo aguantó cuatro meses, sacó el dinero y empezó a enfermarse hasta que murió, algunos dicen que fue por la inhalación de elementos que expide el dinero cuando tiene mucho tiempo guardado”, dijo.
Señaló a Cuco Pérez, quien logró excavar y sacar algunas monedas de oro, pero fue acechado por la maldición hasta morir, todavía algunos intentan sacar el tesoro.
Se cree que hay mucho capital enterrado pero quienes jamás se atreverían a intentarlo son los habitantes del ejido, quienes constantemente viven bajo la trágica historia de la hacienda que les prohíbe tocar el dinero ajeno, saben que pierden la vida.
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