Saltillo, Coah.- Yago DeMarta, experto en oratoria, debate, comunicación no verbal y persuasión, el éxito de un político consiste en entender los problemas sociales y lanzar discursos entendibles, digeribles para el ciudadano y que el mensaje se quede en su pensamiento.

La clave es que fluya el discurso, dejarse llevar al momento; no planees todo, fluye con el público, déjate llevar por lo que pasa, por las reacciones de la gente, plantea en el Seminario Nacional de Campañas Políticas, organizado por la Revista Mitin México.

No es bueno estar presionado por el qué decir, cómo reaccionar ante el público: hay que tener tranquilidad, pensar que todo está controlado, concentrarse en el público, el mensaje y su ejecución.

Si me siento fuerte, lo estoy haciendo bien, traspasar la cabeza con mis ideas, sugiere, y hacerlo con energía, que el mensaje sea creíble, comprensible y memorable.

Solo existes tú, tu público y tu mensaje, no pensar en las luces, el sonido, el atril porque eso distrae, desconcentra y no se transmite lo que se desea.

La gente no cree nada al político y ahí qué falla; que debe ir a la par lo que se dice y qué se piensa, y por encima de todo eso, lo que se siente, transmitir emoción, meter imágenes en su cerebro, metáforas que no puedan olvidar,

Para eso primero se debe visualizar y entender el problema, esto implica hablar como el resto de las personas para que fluya la comunicación y se entendible el mensaje.

Al hablar, se debe transmitir el mensaje de que sólo tú puedes hacer lo que los demás no y ganarse la confianza del público; esto implica hacer tuyo los problemas, los anhelos de los demás.

En el mensaje, deben asegurar que pueden dar más que los demás: eso es lo que hacen quienes consiguen el éxito. Esto implica ponerse objetivos grandes, siempre buscar una meta superior que los oponentes y la gente necesita saber que eres capaz de hacerlo.

Debemos ser los líderes que deseamos tener, concluye.

Tips para precandidatos y candidatos:

La correspondencia es la base de la credibilidad.

La alta energía es la única constante de todos los discursos brillantes.

Cuanto mayor sea la distancia entre tus extremos, más rico será tu estilo de expresión; esto engancha a quienes te escuchan,

La forma más poderosa de persuasión es la identificación: que la gente que está delante sienta que al político le preocupa y le duele lo mismo que a ellos.

Mientras que tus palabras pueden ahuyentar a un público, el silencio recupera su atención.

Los silencios de más de tres segundos funcionan para atrapar la atención.

Planifiquen los movimientos en el escenario y desplazarse una vez atrapada la atención, sin ser un trompo porque la audiencia se distrae y piensa en otras cosas.

Conviértete en un T Rex: no mostrar inseguridad, inestabilidad: que la audiencia vea una imagen fuerte, que no puede ser movida por los golpes.

Al hablar hay que mover las manos

El oponente siempre es una amenaza, compórtate de ese modo.